(Además de heroísmo, aprendizaje político)

La Comuna de París: cerco, bloqueo y guerra (I)

Estamos en tiempos donde se ha afectado de manera radical la vida de una porción significativa de venezolanos, probablemente de la mayoría; quienes durante un siglo hemos estado integrados a una economía rentista-petrolera, extremadamente dependiente de factores políticos y tecnologías foráneas; cuyo impacto en la vida nacional ha sido de tal magnitud, que llevó al notable pensador venezolano Rodolfo Quintero, a definirla como "Cultura del Petróleo".

En el marco de esa economía dependiente, Venezuela tuvo una destacada posición como productor- exportador de hidrocarburos y líder en la OPEP y en el mercado mundial. Los políticos que han accedido al poder del Estado, nunca han ignorado el valor estratégico de los hidrocarburos, igualmente también han estado bien enterados sobre los vaivenes de nuestro principal comoditie en el mercado global, donde se imponen los intereses geo-económicos-políticos del capitalismo mundial.

Aunque sea reiterativo decirlo, los venezolanos hemos tenido en el pasado voces de distintas tesituras, que muchas veces nos alertaron sobre la búsqueda de nuevos rumbos para la economía, previendo futuros borrascosos y tratando de evitarle a la nación, un lanzamiento al vacío sin paracaídas; hoy sabemos que no bastaba tener el instrumento para tal cometido, sino también saber utilizarlo.

Los tiempos borrascosos llegaron, y los timoneles del navío venezolano no han generado la confianza necesaria para arribar con seguridad al puerto. La navegación interna es de creciente deterioro, donde se desplazan fuerzas centrípetas y centrifugas, con muy escasa posibilidad de acercamiento a un ritmo que pueda oxigenar el asfixiante ambiente político en que andamos. Por otra parte el contexto geo-político internacional, es de sumo cuidado y exigente, los poderosos países capitalistas están en lo suyo, en un juego que va más allá de jugarse a Rosalinda en una partida de dados. Se trata de procesos complejos de ambiciones de poder y dominio, por una "nueva humanidad", cuyas hipótesis y formulaciones ya transitan senderos entre la realidad y la ficción.

Mientras tanto, los seres reales actuales, sencillos, comunes, ajenos a las complejidades de la alta política y los planes que incluyen la inteligencia artificial, tocamos la tecla para autoevaluarnos corriendo el riesgo que descubramos que somos ciudadanos de pocas aspiraciones; pues, como se explica que a estas alturas de la modernidad, estemos atrapados y mortificados por la cantidad de dificultades para acceder al gas doméstico, brutal paradoja en un país petrolero; ó que no dispongamos de dinero nacional para poder realizar las más básicas transacciones en la vida cotidiana, bueno y de las divisas ni se diga; igualmente, cada vez nos angustia más, la frecuencia con que los conocidos y desconocidos, nos tocan la puerta para pedir alguna ayuda alimentaria; asociado esto a un cada vez más distante Clap, mecanismo asistencialista de suministro de carbo-hidratos, frecuentemente utilizado por los vecinos como trueque para complementar el pago de algún servicio o procurar alguna proteína; por otra parte la infinita cola de la gasolina subsidiada, (cuando hay)en cambio, las estaciones de servicios dolarizadas, permanecen con muy poca clientela; también resulta paradójico que en la aldea global de la información, nuestras comunicaciones telefónicas sean una calamidad, así como el internet cada vez más costoso e inalcanzable para una significativa porción de usuarios (¿Y la educación On Line?). Y qué decir del ingreso familiar, donde los trabajadores activos, jubilados y pensionados, están sujetos a unas condiciones salariales y bonos que no pasan de ser malos chistes monetarios, degradantes del valor del trabajo y de la persona y no hablemos del desempleo y la economía informal, sumergida.

Ahora bien, nosotros integramos una sociedad constituida por diversas capas sociales, crecida y modelada en el capitalismo, en su desarrollo manufacturero, industrial y tecnológico y en sus desigualdades. En ese marco hemos participado en lo que se ha llamado "elevación del nivel de vida" expresado en amplios sectores mediante la adquisición de viviendas familiares mediante el esfuerzo personal y a través de políticas del Estado, generando a su vez, la adquisición de un conjunto de artefactos electrodomésticos, y en muchos casos algún automóvil ¿Necesidades creadas por el capitalismo? ó ¿derivaciones de la modernidad humana?.

Pues, desde hace varios años esos hogares venezolanos de las capas medias, bajas y pobres, se están poblando de bienes averiados, arrumados en algún rincón, sin ninguna posibilidad de arreglos y restauraciones y menos con el "salario cero", y las jubilaciones y pensiones que conocemos. En la práctica estamos ante una brutal descapitalización de los sectores de la población que menos tienen, haciéndoles cada vez más pobres. Las desigualdades en el teatro político actual venezolano se han desnudado de manera asombrosa. Hay quienes dejan correr la tesis de que esto ha sido una hábil política para fortalecer la "conciencia de clase en las masas", creando las condiciones necesarias para hacer la revolución (¿¿¿???) y otros seguramente maledicentes piensan que es sencilla y básica incompetencia para hacer un gobierno medianamente democrático en el marco del modelo capitalista.

Para el colmo de la desdicha nacional se presenta el Corona virus, el parto de la abuela, que ha originado políticas sanitarias de confinamientos radicales, sin que la población disponga de holgura para ello, por toda la crisis que nos arropa. Y esto llega en el peor momento cuando tenemos severas dificultades por todas las razones de minusvalía económica expuestas, para adquirir los fármacos industriales, que usualmente utilizamos, cuyo aporte durante un largo tiempo ha sido muy importante para cierta protección y prolongación de la vida; de repente de golpe y porrazo, por diversas razones no están al alcance del bolsillo común. Dada tanta confusión, hipótesis e incertidumbre sobre el exceso poblacional mundial, como no pensar que estamos en presencia de políticas de control demográfico, algo así como la aplicación de hecho de la eutanasia.

En este soliloquio estaba, en pleno apagón habitual, cuando dos buenos vecinos vinieron a conversar sobre un hecho importante que se conmemora en estos días: "La Comuna de París" y además, una discusión que sobre las Comunas se plantea en la Asamblea Nacional.

Ciertamente en días como estos, en los meses de marzo abril y mayo de 1871, hace 150 años, el proletariado parisino y ciertas capas medias entre otros los maestros y la pequeña burguesía organizados para la defensa de la ciudad ante el sitio impuesto a partir de septiembre de 1870 por los alemanes vencedores en la guerra franco-prusiana, que luego tuvieron que combatir contra el propio ejército francés subordinado al gobierno de la Defensa Nacional, sustituto del derrotado emperador Napoleón III, y negociador en Versalles de la entrega de la ciudad, bastión de la resistencia antiprusiana.

Esta conversación nos atrapó y derivó en otras sesiones, debido a lo interesante que resultaba, por cuanto percibimos que ese acontecimiento histórico tan recordado por algunas plumas en varios medios incluyendo Aporrea, posiblemente contenga claves para entender con mayor amplitud el desarrollo de una sucesión de eventos políticos y económicos ocurridas en Francia, Europa, y en una buena parte del mundo, en la segunda mitad del siglo XIX, cuyas proyecciones no son tan ajenas a nuestros tiempos. En ese sentido revisamos algunos textos entre otros "las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850", escrito por Marx, allí nos encontramos en la introducción a la edición de 1895, escrita por F.Engels, con un análisis que es una verdadera joya histórico-reflexiva, donde nos presenta una visión sobre las experiencias de las revoluciones sociales: revueltas callejeras, barricadas, incluyendo a la Comuna de París y las luchas democráticas electorales, de masas, y el alcance y particularidades de cada una de ellas en su tiempo histórico, muy útil para aproximarnos a la comprensión de las luchas sociales en el avasallante desarrollo del liberalismo-capitalismo-imperialismo europeo.

Napoleón III, en el marco de las contradicciones entre los grupos de la burguesía monárquica de los borbones,(Orleanistas y Legitimistas) el 2 de diciembre de 1851, da un golpe de estado estableciendo el II Imperio francés, hasta su derrota en 1870, en Sedán, por los prusianos liderados por Bismark.

La Comuna de Paris se produce en el marco de las contradicciones geo-políticas de dos colosos europeos, la burguesía francesa tanto manufacturera-industrial y financiera, representada en esos tiempos por el emperador Napoleón III, derrotado en Sedán y la contraparte con claros fines de dominio imperial liderada por Bismark, el canciller prusiano…(esta conversación continuará en el próximo articulo)

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL






 



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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