Viendo la publicidad de Cantv por Venezolana de Televisión (VTV) y las redes sociales, me emociono tanto que aun sin línea siento alegre el repique en el aparato telefónico empolvado y envuelto en una tupida tela de araña, abandonado en un rincón de la casa por el silencio al que lo tiene sometido la ineficiencia de esa compañía.
Me salta el corazón ya maltrecho con la euforia de la gente celebrando que se puede comunicar gracias a los "impecables" trabajos de la telefónica en las diferentes comunidades del país, sin embargo, mi línea distinguida con el número 0261-7340538, Maracaibo, estado Zulia, tiene más de dos años que no da tono ni proporciona servicio de internet.
Pero es tan buena la publicidad que yo propongo enviar a los publicistas a la calle a reparar las averías, y que entonces sean los técnicos de Cantv quienes hagan la publicidad para los medios de comunicación social y las redes sociales. Salimos mejor los usuarios y beneficiaría más al Gobierno que, al parecer, tiene plena confianza en la gestión de esta empresa "revolucionaria".
Ya estoy cansado de hacer el reclamo a través de Whast App a los números: 0416-6000132 o 0416-5423026, así como a la página de internet de Cantv sin obtener resultado. Aunque en la página tuve mejor suerte. Al primer contacto, me hicieron un reporte con el número: 23323676. Y al otro día llegó un técnico al frente de mi casa, le plantee la situación, se trasladó a pie hasta donde se encontraba el problema y me dijo: no puedo hacer nada, ese tramo de cable no sirve, hay que sustituirlo, se marchó y no volvió.
Insólito. ¿Qué es lo que reparan entonces? ¿Sería que ese técnico pensaba en meterse el extremo de un cable en la boca, pelar la punta con los dientes, hacer un empate con la punta de los dedos, y resolver de una vez la avería sin ningún contratiempo?
El Gobierno revolucionario debería estar atento a esas instituciones que hacen una gestión óptima, pero por las redes sociales y VTV. De allí la sorpresa en los períodos de elecciones, en los que no entiende o simula no entender por qué la abstención es cada vez mayor, por qué de tanto descontento y tanta indignación en el país.
No se da cuenta que la respuesta está en esos detalles, la gente se siente burlada; la atosigan con una publicidad sobre una gestión que no existe, tal vez para engañar al Gobierno bolivariano, porque a la gente que sufre las consecuencias jamás las van a confundir con esa ineficiente gestión.
Y esa práctica no solo la aplican empresas del Gobierno, también gobernaciones y alcaldías, se deshacen por las redes sociales y los medios de comunicación sobre un supuesto trabajo en beneficio del pueblo, cuando sus estados y municipios son un verdadero desastre.
Creo entonces que el Gobierno bolivariano debe estar a la expectativa ante esta situación que la hace un daño grave a la revolución, sobre todo ahora que vamos a las megaelecciones el 21 de noviembre.