Hay un país de América del Sur que está en una situación extraña, en un estado de desequilibrio interminable y agotador. Los ojos del mundo se centraron en el por la atención puesta de los presidentes estadounidenses, se llama Venezuela. Por ser el país que cuenta con las mayores reservas petroleras y minerales del mundo es un gran atractivo para el imperio y el mundo, por supuesto también para los de la derecha venezolana, así como para algunos nuevos ricos boliburgueses de la revolución. Se notan dos tendencias entre las fuerzas de la izquierda: una, son las fuerzas partidarias que apoyan al poder, aquellos mal llamados cuadros que representan las instituciones que dan la espalda a la clase obrera, otros que representan las fuerzas del partido del gobierno para imponer candidatos que no representan la voluntad del electorado sino sus intereses particulares, también los hay los que desde el gobierno hacen pactos con la derecha y la burguesía empresarial como una forma de mantenerse en el poder. La otra, son las fuerzas de izquierda representada por los campesinos, por la clase obrera, estudiantes, poetas, cultores, y todo nervio que esté claramente dispuesto a tomar el poder no solo contra el imperio y la oposición burguesa representada por Guaidó, Capriles, Ma. Corina Machado, Lorenzo Mendoza y un largo etcétera, desde nuestra lucha moral en pro del proyecto Bolivariano, sino contra las fuerzas de izquierda débiles que yo llamo dormida pero muy hábil para aumentar su peculio, y hoy repudiamos por la conducción a la que han llevado al país, traicionando los principios básicos de lo que debe ser un revolucionario, el legado de Chávez quien tuvo como bandera la cristalización del plan de la Patria de Bolívar y a todo un país. Es la derecha enquistada tomando los espacios del proceso para hacerle juego al imperio y entregárselo de manera más solapada.
El presidente Maduro está obligado a ganar esta batalla interna también, pues sería el triunfo de su gobierno, o más bien de un nuevo gobierno. Es la opinión que debe dar un revolucionario en momentos de tanto peligro y de tanta necesidad de toma de decisiones urgentes, viables, efectivas y radicales. A estos efectos, sería el éxito también de todo el país que se extrapolaría a toda la región. Un liderazgo en este continente que se debe conquistar, el cual está siendo asumido por el presidente de México, a costa de las propuestas del comandante Chávez sin dar crédito a su proyecto antiimperialista. Con las elecciones internas del PSUV de cara a las megaelecciones del mes de noviembre, que no fueron tan internas, ya que votaron los militantes y no simpatizantes del partido (una jugada de derecha para manipular un proceso de izquierda, pero con tendencia a crecer hacia la derecha), fue simplemente una transacción o reafirmación de poderes de los candidatos escogidos, bajo la tutela o el amparo de nivel central y en detrimento de la decisión del pueblo, en contra de las distintas denuncias formuladas contra algunos de estos candidatos y violando los principios y reglamentos establecidos para tales fines. Esto es un choque violento entre las fuerzas populares de la izquierda despierta y las fuerzas de izquierda trasnochada de opresión, quienes ya empezaron a enfrentarse, dejando ver claramente las contradicciones que se están dando porque no existe una profunda y radical transformación de esos mal llamados cuadros revolucionarios, de su consciencia, de sus costumbres, de sus valores; por el contrario hay una mutación peligrosa de su cultura, de sus creencias, ideología y concepción socialista, aspectos estos que denotan seres alienados por el sistema capitalista.
Ejemplos puntuales, como: el estado Portuguesa, donde se impuso a un candidato que no fue postulado por el pueblo sino por su actual gobernador, en virtud de que éste no tenía opciones, desconociéndose la realidad sociopolítica de esta entidad, que tan solo por méritos de ser un estado con más altos votos por el proceso debió revisarse. En el estado Trujillo se impuso a un candidato enemigo de Chávez, quien no quedó entre los dos primeros que se disputaban la candidatura, pero que gracias a Diosdado —más bien diosdedo— se impuso a un traidor. En el estado Mérida se adjudicó a un candidato que no cumplió con uno de los parámetros del reglamento, ya que la diferencia entre él y su más cercano contendor fue cerca del 8%, no pasó a revisión sino a imposición. Los casos de algunas alcaldías tampoco fueron a consideración, a pesar de las denuncias de algunos ediles, como el municipio Campo Elías del estado Mérida. Se estima que votaron más de 3.5MM de electores; pero con el atractivo que utilizaron alcaldes, protectores y gobernadores, otorgando cajas CLAP, repartiendo dólares y gasolina mientras el pueblo no consigue, con recursos del Estado. Los gobernadores que no pudieron quedar para repetir como tal fueron premiados otorgándoles un ministerio. Es indignante lo sucedido en este proceso electoral, es un daño moral ético para la revolución; si no somos capaces de condenar y exigir sanciones basados en los reglamentos, entonces el partido de gobierno está obligado a desaparecer políticamente pues de lo contrario se avizora un partido de derecha disfrazado de izquierda para captar izquierdistas traidores que defiendan a la derecha y no al proletariado.
El gobierno estadounidense está logrando sus objetivos poniéndonos de rodillas y la izquierda light junto al gobierno lo ha manifestado en las negociaciones, las cuales están por encima del Estado de Derecho, de las políticas sociales y económicas. La mesa de negociaciones es otro insulto al proceso bolivariano, ya que se negocia con representantes del imperio como Guaidó, el mismo que se auto postuló como presidente interino, que ha entregado al país y se ha robado algunos activos del país. Ya desde el norte se impuso pactar con Fedecámaras, por lo que el gobierno va a aprobar pronto la Ley LOZEE, que no es más que la entrega del país que pone en peligro el proyecto socialista. Desde el norte se decidió soltar a Freddy Guevara, terrorista que estuvo implicado en los acontecimientos de la Cota 905, supuestamente para lograr los avances en desmontar el bloqueo, terrorista que; pero entretanto en el país siguen presos camaradas por denunciar a contrarrevolucionarios, para ellos no existe este tipo de "concesión" imperial. Los camaradas María Alejandra Díaz, Pascualina Curcio y Tony Boza (sacado de la comisión de Finanzas de la AN), son censurados por replantear un nuevo modelo económico, incluye la indexación del salario mínimo al dólar. Estamos conviviendo con el enemigo, con traidores revolucionarios que deshonran al proceso y al gobierno bolivariano que se eligió para continuar con el legado de Chávez; con candidatos, diputados, gobernadores y ministros fariseos que engañaron al pueblo para hacer de sus trincheras prácticas populistas, demagógicas, capitalistas e imperialistas, que cayeron en lo "atractivo del reformismo burgués", coyuntura que aprovecha el imperio para atacar al socialismo; por eso no solo nos han dominado por la ignorancia, también por la desunión. Mao Tsé Tung logró transformar una sociedad y advirtió que era preferible la crítica de buena fe que los desechos y alimañas contrarrevolucionarios. Solo el pueblo salva al pueblo.
Fecha: 22/08/2021