Fue Aristóteles quien lanzó la primera piedra. El filósofo dijo: “el todo es más que la suma de las partes”. En efecto. Todo sistema, cerrado o abierto, está constituido por un conjunto de elementos o subsistemas que interactuan creando una estructura cuya interrelación hace que el sistema como un todo, tenga una característica diferencial que supera a las partes y a la simple sumatoria de las mismas.
Suele llamarse “sinergia” a esta interrelación entre elementos o subsistemas de un sistema, que lo hacen cualitativamente superior a cada uno de ellos. De este modo uno más uno, es mayor a dos. Una mano, mas una mano, no son dos manos; son manos unidas. Une tu mano a nuestras manos para que el mundo no esté en pocas manos, sino en todas las manos.
Cuando nos juntamos o relacionamos para cooperar, esta acción solidaria y de mutua ayuda, hace que el resultado final sea mejor. Por eso, es común escuchar en distintos espacios de discusión colectiva que hay que lograr la “sinergia” necesaria para obtener éxito en la gestión ¡Sinergia¡ se ha convertido en una palabra de obligada referencia en reuniones de trabajo y en las organizaciones que aspiran cumplir con su misión.
Este concepto, tiene muchos usos y definiciones. Fue introducido por Ruth Benedict, a partir de sus observaciones sobre culturas en las que se valora altamente la cooperación. También ha sido utilizado por organizaciones sociales, culturales, financieras y religiosas. Los japoneses creen mucho en la sinergia. El origen de la palabra sinergia no está muy claro y algunos dicen que es un antiguo término médico utilizado para describir la forma cómo las partes del cuerpo trabajan armoniosamente, en tanto que otros dicen que es una palabra artificial.
En estos días, mientras deshojábamos en PDVSA opciones y alternativas de estructuras organizativas para crear la Gerencia de Desarrollo Social, escuché varias veces, que era necesario hacer “sinergia”, tanto entre las unidades organizativas internas, como con aquellas instituciones del entorno vinculadas. Es decir, que debíamos interactuar en un juego ganar – ganar con los otros para que esta interacción “sinérgica” nos permitiera, en un proceso de entre-ayuda, cooperar y tener éxito.
Si queremos juntar, acumular, sumar o multiplicar la energía, para generar un sistema cualitativamente superior, entonces el término “sinergia”, no es el más adecuado para expresar este interés. Por eso pienso que en lugar de sinergia debería hablarse de “CONERGIA”. Es decir, lograr las cosas con fuerza de voluntad, con vigor y tesón, con entusiasmo, con eficacia, con poder y virtud para obrar, con alegría, con pensamientos proactivos, con honestidad y transparencia, con deseos de superar dificultades y obstáculos, con intención de dar lo mejor de nosotros, con amor…con mucha energía.
Conergia. Nos preparamos así, en PDVSA, para impulsar, a través de la Gerencia de Desarrollo Social, un conjunto de actividades que nos permitan contribuir a la superación de los altos niveles de pobreza, a través de la capacitación y la organización comunitaria, la planificación, coordinación y ejecución de proyectos económicos y sociales de alto impacto en la generación de riqueza real y de empleo estable y productivo. Al ritmo acelerado y emocionado de las comunidades organizadas, y con un sostenido trabajo solidario y cogestionario, tenemos que contribuir al desarrollo integral de nuestra población. El capital conergético debe potenciar y articular todas las demás formas colectivas de capital y de progreso de una sociedad para generar un "sendero de desarrollo", a saber, "la paz como la base fundamental, la economía como factor del progreso, el medio ambiente como base de la sostenibilidad, la justicia como pilar de la sociedad y la democracia como buen gobierno". Y este sendero de desarrollo sólo lo conseguimos con la unidad y la acción colectiva.
En PDVSA, nos preparamos para hacer “conergia” a favor de los sectores más desfavorecidos y excluidos de la sociedad. ¡Sí! ¡Con mucha energía”.
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