I
Unos (hasta la pata implicados) y otros (buscando enturbiar el ambiente) patalean en lo que se ha dado por llamar la trama del Brazalete Blanco. Suerte de drama que por capítulos nos lleva en ascuas (entre culpables, no tan inocentes y asomados) a lo que fuera los intríngulis de otro de los intentos de golpe de estado en el país. Donde desde el "yo no fui" hasta el ingenioso "yo soy una ONG" todos le andan sacando el brazo al susodicho brazalete.
Historia de las tantas que solo cuando son exitosas aparecen sus protagonistas reclamando los créditos de su valentía. Por la manera como le están echando tierrita parece que no solo hay esperanzas sino que hay planes de que todo aún se pueda materializar. Por lo que hasta desde el extranjero se revive el viejo cuento de La Dictadura por parte de aquella otrora izquierda de algo (tan) esponjado actuar.
Por lo que para nada casual parece que don Pepe haya dejado de echarle llaves a su escarabajo y la Pili (muy aterrada y oportuna) no diga mucho pero lo dijo todo. Cuando ni que habiliten a la inhabilitada será noticia electoral. Saltan y resaltan las amenazadoras palabras de Erik Prince (Blackwater), y la llegada del portaaviones nuclear USS George Washington a puertos argentinos. ¿A qué vendría míster Lavrov.
II
Cuando la derecha te aplaude y tú aplaudes a la derecha todo debe resultar civilizado y democrático para los que en este mundo dicen que mandan, y cómo les gusta ser obedecidos. Pero para que a alguien de izquierda la derecha lo aplauda, qué está obligado a hacer. ¡Si!, solamente sentirse orgulloso de ser el presidente más pobre, para que nadie sienta que es malo ser pobre y no quieran dejar de serlo.
Por aquello de que la envidia solo trae problemas muy razonable resulta que ande en su volkswagen (celestico) para demostrar que ha sido Dios quien otorgó las riquezas. Cómo te aplaude la derecha con todo y sus "¡Bravo Pepe!" y sus "¡Así se hace Pepe!" cuando te prestan todos los encabezados de sus Grandes Medios para que descargues contra Venezuela, donde hierve una lucha de clases por los pobres.
Y no blasfemar en contra de ese Israel que por mandato divino se tiene que ensañar contra mujeres y niños (pecadores) para continuar erigiendo nuestro reino de Dios en la tierra. Pero qué buenos son los que no se hacen problema con los problemas de los que siempre han estado en problemas, y mueren por ellos. A los que no les hierve la sangre ante las injusticias. Los que no se venden, se regalan. "¡Brav...