A pocos días para la elección presidencial 2024 deseo dejar la presente reflexión a todos ustedes. Voy a ser muy breve pero conciso. Nuevamente, el ciudadano francés y los partidos políticos de esa nación nos enseñan cómo salvar a la democracia del autoritarismo o del totalitarismo. ¿Cómo lo hicieron? Los partidos políticos se agruparon mediante pactos en bloques ideológicamente afines; y el ciudadano francés votó cruzado.
En Venezuela teníamos un pacto, el Pacto de Punto Fijo. Mucho se ha comentado al respecto, pero poco se ha dicho sobre la eficiencia del voto cruzado. ¿Por qué me enfoco en la eficiencia del voto cruzado? Simple, nos evitó los costos del autoritarismo, y prevaleció la alternabilidad, como sus virtudes y defectos. Bajo ese esquema fundamental para la democracia, en aquel entonces la representativa, convivimos 40 años. Fuimos ejemplo político y de cierta prosperidad económica, ambos aspectos estaban sujetos a reformas indispensables.
A causa de esas reformas indispensables y postergadas, llegó la democracia participativa con la CRBV’99 y sus Leyes Orgánicas. Sin embargo, después de los primeros dolores de parto, la oposición venezolana en bloque decide abstenerse en la elección parlamentaria 2005; acabando con el derecho del ciudadano venezolano opositor a votar. Fue un doble suicidio a la democracia más longeva de Suramérica, que al sol de hoy no se ha podido recuperar para la desgracia de toda la nación.
A pesar de la desgracia actual observo la irresponsabilidad de los partidos políticos mayoritarios en mantener la fase de dolores de parto. ¿Qué esperan, que nazca una dictadura? El ciudadano venezolano ha madurado significativamente; pero los partidos políticos actuales no llegan a comprender ese nivel de madurez. Se ha creado una peligrosa dicotomía partidos políticos – vocación democrática del ciudadano. Tenemos que rescatar la eficiencia del voto cruzado.
¿Cómo hacerlo? En Venezuela hay tres bloques: el oficialismo, la oposición MUD y la oposición independiente. ¿Divisionismo? No, primero es reducir la enfermiza polarización, y segundo es la distribución sana de la conciencia popular para la formación de pactos con miras a la gobernabilidad de Venezuela en las próximas etapas. Que nadie se abrogue el derecho exclusivo de la salvación de la democracia, cuando todos han sido causa de la desgracia actual.