Rastros del tiempo (XXII)

La Batalla de la Victoria: Un triunfo de la Juventud en la Lucha por la Independencia de Venezuela

En los rastros del tiempo, la Batalla de la Victoria librada el 12 de febrero de 1814, se erige como un acontecimiento crucial en el proceso de la independencia de Venezuela. Este enfrentamiento no solo marcó un hito en la lucha contra el dominio español, sino que también destacó el papel fundamental de la juventud en la defensa de la soberanía y la libertad, en un contexto histórico, donde el protagonismo de los jóvenes y los efectos de esta gesta, son elementos que merecen ser analizados en profundidad para reforzar el conocimiento de nuestra historia.

A inicios del siglo XIX, Venezuela se encontraba en una encrucijada. El proceso de independencia, que se inician con los sucesos del 19 de abril de 1810, había enfrentado numerosos altibajos. Luego, la caída de la Primera República en 1812; la persecución a los patriotas y la llegada del realista Monteverde; el exilio de muchos patriotas entre ellos Simón Bolívar, el país se sumerge en un periodo de inestabilidad.

En 1813 se produce el regreso de las tropas patriotas lideradas por Simón Bolívar, que vienen de manera decidida por el rescate de la Republica, desde territorio de la Nueva Granada, a través de la heroica Campaña Admirable, lo que significó un inmenso intento por recuperar los ideales de libertad y justicia, que habían inspirado los primeros revolucionarios. La Batalla de la Victoria se sitúa en este contexto de resistencia y lucha por la emancipación.

Uno de los aspectos más significativos de la Batalla de la Victoria es la participación activa de la juventud. Una gran mayoría de combatientes eran adolescentes, casi niños en edades entre 12 y 20 años, que motivados por un ferviente deseo de cambio y justicia, se unieron a las filas patriotas. Estos jóvenes no solo aportaron su valentía, sino también su energía, su sangre y la determinación combativa, convirtiéndose en símbolos de la lucha por la independencia de Venezuela. La figura de José Félix Ribas, uno de los líderes de las fuerzas patriotas, es representativa de esta juventud comprometida. Ribas demostró un liderazgo excepcional y una estrategia brillante que inspiró a sus tropas. Su capacidad para movilizar y motivar a los jóvenes, fue crucial para el éxito en la batalla, también Vicente Campo Elías, que gracias a su intervención oportuna, en horas de la tarde de aquel glorioso 12 de febrero dio el remate victorioso; Ribas Dávila otro oficial patriota, que ofrenda su vida a la libertad, al lado de centenares de jóvenes.

El enfrentamiento tuvo lugar en el pueblo de La Victoria, hoy Estado Aragua. Las fuerzas patriotas, enfrentan a las tropas realistas comandadas por el oficial realista Francisco Tomás Morales, que fueron vencidas, por las tropas republicanas al mando de José Félix Ribas. A pesar de la desventaja numérica y de recursos, los patriotas, con un fervor indomable, lograron una victoria decisiva. La batalla no solo fue un triunfo militar, sino también un gran impulso moral para el movimiento independentista.

La historia nos cuenta que ante la escasez de soldados de línea, ​ el general José Félix Ribas optó por armar a ochocientos estudiantes de colegios de la capital, incluyendo del Seminario de Santa Rosa de Lima, de Caracas y de la Universidad Real de Caracas, que tomaron las armas, completamente inexpertos en el arte de la guerra. Antes de entrar en batalla, el general José Félix Ribas se dirigió a los jóvenes, con esta arenga:

"Soldados: Lo que tanto hemos deseado se realizará hoy: he ahí a Boves. Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos; pero aún me parece escaso para disputarnos la victoria. Defendéis del furor de los tiranos la vida de vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria; mostrarles vuestra omnipotencia. En esta jornada que será memorable, ni aun podemos optar entre vencer o morir: ¡necesario es vencer! ¡Viva la República!"

El triunfo de La Victoria tuvo un impacto significativo en la moral de las tropas patriotas, quienes vieron en este triunfo, una reafirmación de su valor por alcanzar la independencia. Además, la batalla se convirtió en un símbolo de la capacidad de los jóvenes, para cambiar el rumbo de la historia. La valentía y el sacrificio de esa juventud combativa resonarían en los ideales las generaciones futuras, legando un mensaje de lucha y resistencia por la liberación.

De igual manera tuvo repercusiones, tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, la victoria reforzó la confianza de los patriotas y permitió a Bolívar consolidar su liderazgo en la región. Este triunfo estratégico facilitó la recuperación de territorios y el fortalecimiento de las fuerzas independentistas en la lucha contra el dominio español y, a largo plazo, la batalla sentó las bases para el proceso de independencia que culminaría en 1821 con la Batalla de Carabobo.

Sin embargo, los realistas no estaban vencidos a pesar de la derrota. Cuando ya Boves recuperado de las heridas sufridas en la Batalla de la Puerta, sitia a Bolívar en San Mateo, pocos días después, 25 de marzo de este mismo año. También nos dicen las fuentes históricas, que de los seminaristas, que combatieron en La Victoria, para el mes de marzo solo quedaban vivos seis y para el mes de julio apenas uno. Debido a estas circunstancias bélicas, donde los jóvenes seminaristas ofrendaron sus vidas, muchas regiones de Venezuela se quedaron sin sacerdotes por varios años. He aquí pues, el ejemplo de lo que puede hacer la juventud por lograr con su sacrificio la dignidad, la justicia y la libertad.

La participación activa de la juventud en esta batalla y en otras luchas a lo largo de la historia ha demostrado que la lucha por la libertad no es solo un asunto de expertos estrategas, sino, de contar con el ímpetu de los ideales y la energía de las nuevas generaciones. Este legado de participación y compromiso social se convierte en un pilar fundamental, para la construcción de la identidad venezolana.

La Batalla de la Victoria del 12 de febrero de 1814 es un testimonio del valor y la determinación de la juventud, en la lucha por la independencia de Venezuela. Este evento histórico no solo simboliza un triunfo militar, sino también el despertar de una conciencia nacional en las nuevas generaciones. La valentía de esos jóvenes, liderados por figuras como José Félix Ribas, Vicente Campo Elías, Ribas Dávila, entre otros conductores del proceso independentista, pero todos dirigidos por la espada de Nuestro Libertador Simón Bolívar, se convirtió en una luz de esperanza para el pueblo venezolano, que inspira a continuar la lucha por la libertad y la soberanía. La historia de la Batalla de la Victoria nos recuerda que la juventud tiene el poder de transformar el futuro y que su compromiso con la justicia y la libertad, es esencial para el desarrollo y la liberación de los pueblos.

El 12 de febrero de 1947, la Asamblea Constituyente decretó celebrar cada aniversario de la batalla de La Victoria, como el Día de la Juventud, en honor a aquellos jóvenes que con su sacrificio en defensa de la patria, ofrendaron su vida por la Independencia del país. En la plaza principal de La Victoria, Estado Aragua, hoy llamada Plaza José Félix Ribas, se colocó un monumento, esculpido por el escultor monaguense Eloy Palacios, inaugurado en 1895, que representa al General José Félix Ribas instruyendo a unos jóvenes sobre el manejo de las armas. 



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Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

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