Yo estudié mi primaria en el Grupo Escolar Simón Rodríguez, ese que queda frente a la Plaza Santa Rosa en Valencia, Venezuela. En ese centro escolar no solo se repartía el vaso de leche escolar, también había almuerzo integral y la comida era bastante buena, el servicio médico gratuito funcionaba y las maestras de cuarto grado nos llevaban a bailar joropo y participar en actos culturales. Fue una buena época. Yo comía en el comedor escolar y, ojo, mi papá y algunos de mis tíos tomaron partido por la insurgencia armada, esto no impedía que yo fuera parte de las tropas de "termitas" que íbamos a devorar los platillos que nos servían.
A la salida de mis actividades escolares se podía escuchar un pregón: "Aquí van los perritos calientes". Era un señor conocido como "Cachete". Era el perrero, o sea, el vendedor de perros calientes. El perro caliente normal a 0,50 bolívares y el "capao" a 0,25. Antes del 28 de julio del 2024, el PSUV era un perro caliente y después es solo un "capao", o sea, un perro caliente sin salchicha; no tiene proteína, tiene todo el cuento, incluso el papel para que no te ensucies las manos con las salsas, tiene repollo y cebolla, pero no es un perro caliente. Al verlo nos engaña, pero no es un perro caliente.
El PSUV se quedó, así como diría cualquiera que dijera "dame un capao"; simplemente estaba pelando bola. En la lógica electoral, los votos son como la salchicha del perro caliente, y el PSUV, después del 28 de julio, podrá hablar y decir o alegar que el "capao" es más sano, que la salchicha no es buena para la salud, que el repollo es importado de Turquía y la cebolla viene de Rusia. Pero sigue siendo un "capao" y el cuento, el blofeo y el aguaje no logran convencer a nadie de que un "capao" es un perro caliente.
Son como una arepa de carne mechada, sin carne mechada o un raspao de tamarindo, sin tamarindo. Los medios del Estado seguirán hablando y diciendo que el PSUV ganó las elecciones, pero todo el que haya puesto un mínimo de atención al proceso electoral y al "escrutinio" sabrá que las elecciones fueron un perro caliente sin salchicha, sin proteína, solo un pan y una servilleta. Solo los pelabolas de papilas gustativas, confundirán un "capao" con un perro caliente.
Mientras tanto vamos molestos a la casa, y caminamos incómodos, y es que, aunque pagamos 0,50 bolívares, nos dieron un "capao"; sí nos dieron una arepa de carne mechada sin carne mechada y además nos cobraron por un producto que no nos entregaron a 0,50. Ya se acerca el primero de mayo y también el Día del Civismo Nacional el 28 de julio, que es en los hechos mucho más importante que el 4 de febrero, aniversario de un intento de golpe de Estado. El 28 fue día de la insurgencia electoral y de la derrota democrática y espiritual de los vendedores de humo o de los que quedaron capaos, aunque digan tener salchicha.
Notas a pie de página: De otros perritos calientes sin salchicha y cosas menores. Fidel Hernández, "poeta sin poesía". La Revista Poesía de la Universidad de Carabobo aparece este año 2025 como un intento de catapultar a poetas muy menores y ante todo a "poetas" orgánicos o correas de transmisión de textos gubernamentales.
En Carabobo, todos los centros de educación artística y estética desaparecieron o están en estado agónico. La Escuela de Teatro Ramon Zapata no tiene sede y los metieron en un salón de clases del otrora bien cuidado Liceo Pedro Gual, tampoco la Escuela de Música o la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena. Los artistas afiliados al madurismo militante se agrupan para el besamanos al jerarca de turno; ya vendrán otros tiempos y los veremos hacer filas para quien venga a gobernar, pequeños genuflexos muy pequeños.