"La perfecta hora de comer es, para el rico,
cuando tiene ganas;
y para el pobre, cuando tiene qué"
Luis Vélez de Guevara
La mujer, se tongoneaba de un lado a otro, consciente de su bien proporcionado cuerpo, el cual parecía salido de un quirófano, pero el solo hecho de ser mujer, le sirve de atractivo a pesar de las críticas, que no faltan y más, cuando parece una competencia estimulada por las redes, el cual sirve para curiosear y más en una discusión, como la que se presentó y tuve la oportunidad de participar, sin llegar a tomarme el momento, como si era dueño de la verdad, ya que, no dejaba de ver la encantadora dama. Apenas me vio intervenir, se soltó, pasándose de presumida con la voz altanera, como si estaba mandando a un atajo de inocentes, queriendo aprovecharse de su bien moldeado cuerpo para imponer su opinión: ¡Dentro de poco nos vamos a comer unos a otros! No había terminado de hablar, cuando le respondí en medio de una tímida risa, pero muy apartado del tema en discusión: "Con tal que estemos cerca ese día, para comérmela sin masticar"
La expresión prácticamente acabó con la cuestión y la señora, que atendía en la panadería muy concurrida, no paraba de reír sin dejar de laboral, para finalmente aportarle un ingrediente más a la finalizada discusión, al dirigirse a mí con la sonrisa y la mirada, alzando la voz, como para que todo los presentes se enteraran: "Mire pelón, a esa edad se le va hacer bastante difícil probar ese bocado, porque además usted parece, que lo único que tiene es la jodedera, el cual nunca le falta y la suelta en los momentos oportunos como este, cuando se consigue a uno de estos opositores, que llegan todos los días y parecen ser los únicos dueños de la razón Desde, que comenzó a mandar el comandante Chávez, estoy oyendo esas necedades: y qué nos vamos a comer unos a otros; aquí lo repiten cada rato, pero usted la puso en su sitio y no se envalentonó, porque era un piropo disimulado muy jocoso"
Lo cierto es que a la edad –75– poco discuto y menos me alteró, a pesar que cada momento oigo verdaderos disparates, incluso de personas preparadas, ya que, en la misma panadería estaba un profesor, quien le dio clase a mi hija, medica de profesión –pediatra y especialista en infectología–al saludarlo de manera muy cortés ¿Cómo está? levantó la cara sin saludarme, la tenía casi pegada al celular a pesar de los lente correctivos; la expresión, como si estaba oyendo a María Corina ¡Aquí esperando la libertad! Le respondí en medio de la despedida ¡Profesor, la vejez es una prisión, si no sabemos llevarla y más, cuando tenemos la cabeza metida en el teléfono, viendo y oyendo, cuanta mentira y disparate se le ocurre a la oposición; hasta luego cuídese!
Definitivamente el celular, es una herramienta para mal y bien, cuando no se sabe emplear y los opositores, empezando por María Corina, lo han venido utilizando para manejar a su antojo, como un verdadero rebaño de personas a sus seguidores y la prueba la tenemos el mismo 28 de julio el día de las elección presidencial, ya que, al sentirse derrotados incitaron a la violencia y el resultado es ampliamente conocido por los muertos y heridos, ¿Qué coincidencia?, prácticamente todos eran del lado del gobierno y después nadie fue. Todo queda en el poder mediático, con el cual incitan, amenazan, matan y después hacen todo por ocultar la verdad, presentándose, como unos inocentes agredidos. Ese silencio de una buena parte de la oposición, para no decir toda, es parte de su propia acusación.
La oposición se le descompuso el carruaje, donde cargaban el arsenal de mentiras; pero oposición al fin sin argumento creíbles, ahora, recurren al mismo libreto, con el cual engañaron a una buena parte de la población. La fulana libertad, ya parece un chiste infantil, porque nadie se traga ese anzuelo, asi lo conviertan en un estribillo y ahora menos, cuando muchos de los que se encontraban o están privados de la libertad, han reconocido el error cometido, cuando formaron parte de las hordas lanzadas a la calle por el Edmundo González y su muleta María Corina. Pero, además, cuando hablan de manera figurada, que nos vamos a comer unos a los otros; esa es la criminal intención, que siempre han tenido en mente, desde el mismo momento, cuando produjeron una escases de alimentos sin precedente para luego tratar de producir un estallido social propio de unos energúmenos sin conciencia y sin patria.
Narciso Torrealba narciso_t_29@hotmail.com