Al finalizar el día 14 de mayo y recordar el 5to. aniversario de aporrea vienen a mi recuerdo muchos hechos, situaciones y experiencias personales, que me ligan a Venezuela y al proceso revolucionario en que está inmerso el país. Mi encuentro con aporrea en las semanas posteriores a las jornadas de abril del 2002 significó como un renacer de la esperanza de que otro camino era posible. Significó también un medio para estar cerca y seguir día a día, los acontecimientos de la Venezuela del presente y del pasado. Por la información diaria, por los aportes y análisis de tantos camaradas que ponían su pensamiento y pluma al servicio de la causa de todos, aprendí aún mucho más, de la historia del país y de los acontecimientos que abrieron el cauce para el triunfo electoral del 98. Por medio de aporrea tomé conciencia de las transformaciones que fueron tomando cuerpo con las primeras iniciativas del Presidente Chávez y decidí acompañarlos, desde la lejanía de mi país.
Algún día, allá en los primeros meses del 2004 pude establecer contacto por la vía de internet con compañeros de aporrea y enviar mis primeras colaboraciones, con información de mi país, Costa Rica. En en julio del mismo año, tuve la feliz oportunidad de saludarlos personalmente a muchos de ellos y conocer de primera mano sobre sus sueños y esperanzas, sobre su trabajo diario. Han pasado tres años de mi primer contacto y aporrea se convirtió en parte de mi cuota diaria de información, para conocer y seguir los acontecimientos de Venezuela. Desde la modestia de mis posibilidades intelectuales me he convertido en un propagandista de aporrea, porque tengo plena conciencia de su significado, como medio de información al servicio de la revolución venezolana. Aporrea me ha ayudado a desarrollarme y muchas veces me he animado a asomarme a la evolución del proceso, por medio de comentarios y artículos sobre la vida de Venezuela. Gracias al equipo por mantener siempre vigente a aporrea. Gracias por considerarme su amigo y camarada. Al terminar este día 14 de mayo, no puedo cerrar la jornada, sin enviarles un abrazo desde la lejanía de mi país, Costa Rica. Gracias Gonzalo, gracias Iván, gracias a todos, a los que temporalmente están fuera del equipo por atender otras obligaciones y frentes de trabajo, gracias Ana Sofía, no desmayen y sigan adelante. Aporrea pertenece a mundo, a todos aquellos que creemos que otro mundo es posible. .
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