Que se cree la Coordinadora demoníaca; acaso matar y herir personas; del lado que sea, es el mejor saldo político que se pueda obtener en una confrontación social. Hasta donde van a llegar; si Petare sobrepasa el millón de habitantes cómo es posible que se pretenda de parte de esta absurda oposición conquistarla; lo que se vivió en este sector es frustrante no solo por las victimas –las que se conocen- sino por usar la dignidad de una parroquia para dañar a nivel internacional más la imagen de nuestro país donde los Medios de Comunicación orquestan para dar pie a posibles acciones legales contra nuestro gobierno.
Alfredo Peña es uno de los más principales ejecutores de este plan; con esto se está demostrando cada vez más la manera que será el gobernar de la oposición si llegase a derribar este proceso; si AD y COPEI complacieron a la oligarquía criolla con políticas de saqueo del tesoro público del país; el ingrediente nuevo en una posible oportunidad de que estos fascista volviesen al poder sería una cruenta persecución a mansalva que va desde el Clero Católico contra el liderazgo religioso que se identificaron con el Proceso de cambios hasta las fuerza de seguridad: DISIP, Militares; Policías, Paramilitares desapareciendo gente, asesinando, destruyendo todo vestigio revolucionario, y paremos de contar.
Es esto lo que está en juego y no podemos estar chapándonos los dedos; Dios ha detenido a estos nazistas porque conoce lo oculto de sus pensamientos donde solo hay ansias de poder, riquezas y sangre. La rabia de ese sector es que todo lo que hacen solo deja resultados negativos que los hunde cada vez más; pero el dinero verde y criollo los alienta a que sigan a pesar de, y que cumplan los objetivos de los aves de rapiña Los Halcones para garantizar petróleo barato de por vida.
El Estado debe asumir políticas más contundentes no posterior a los sucesos, sino previo a los mismos. Detener esa estrategia violenta de parte de los guapetozos golpistas quienes se burlan de las leyes y sus autoridades; acaso vamos a someternos a otro ambiente de zozobra en otro llamado de Peña, o de Mendoza o de esos desadaptados que solo deja una estela desgracia en los hogares. Hasta cuándo vamos a seguir pasivamente poner los muertos y los heridos. Por qué no se ejecuta el peso de la autoridad y meter entre rejas a estos organizadores antes de que lleve al Pueblo a males peores.
El Petarazo fue realmente el Peñonazo; cárcel o manicomio para esta gente enferma.