Insurgir contra todo un Estado, por la ansiedad de tumbar un gobierno legitimo que ha tocado los grandes privilegios de un sector reducido de la sociedad, valiéndose no solo de artimañas y de dinero mal habido acumulado en las bóvedas de los principales bancos de MIAMI, sino también de hechos atentatorios contra la población venezolana sin medir consecuencias, no tiene otro nombre que terrorismo.
Lamentable para Venezuela hasta los días 11, 12 y 13 de Abril de 2002, no se había descubierto la verdadera dimensión del terrorismo encubierto, pero a partir de a de allí ante la impotencia de los golpistas se han desatado algunos hechos de terrorismo, planificado por un grupo de apátridas y antinacionales y por algunos con intereses petroleros en los EE.UU., que tienen por objetivo buscar el control y el sometimiento de países.
Sin embargo la verdadera dimensión del terrorismo en Venezuela ante los ojos del Mundo, no ha sido otra que el famoso golpe de estado petrolero, cuando un grupo de esos “mal llamados”, “gerentes de petróleo” y otros menos en sus cargos, que erigiéndose como dueños de la principal industria de Venezuela, quisieron poner a todo un pueblo de rodillas, paralizando la industria y auto bloqueando al país para impedir el ingreso de alimentos e intentar generar hambre, miseria, muerte y desolación..
Toda comparación es mala, pero sin llegar a ello, debemos recordar los sucesos lamentables del 11 de Septiembre, cuando se produjo ese ataque terrorista sobre blancos u objetivos determinados en los EE.UU., y que trajo como consecuencia además de los daños materiales, millares de victimas, hechos que merecieron la condena de todo el mundo como algo insólito e inesperado para esos miles de inocentes.
Ahora bien, en nuestro caso venezolano, como paradoja histórica ese golpe petrolero fue no solo apoyado sino también impulsado desde los propios EE.UU., por algunas personas con intereses petroleros y de dominación y control de países. De haber ocurrido esto en el País mencionado, ya esos “mal llamados” “gerentes de petróleo” y todos aquellos que fueron protagonistas de los daños materiales a la industria, dañando equipos, laboratorios, tuberías, sistemas, etc., estarían presos y condenados a cadena perpetua como grandes terroristas y criminales.
Debemos recordar que también aquí hubo muertos, pocos, pero los hubo como consecuencia del paro petrolero, por la falta de combustible que le impidió a mucha gente movilizarse para llegar a tiempo a una emergencia de hospital, y las personas fallecieron en el intento, a parte de los daños al patrimonio nacional, también hubo las pérdidas económicas de pequeños y medianos empresarios, así como el retraso en el pago del salario de los trabajadores que dependen directamente del ingreso petrolero, llámense petroleros o empleados públicos y también los indirectos que son privados y que dependen del oro negro, el comercio en general y la economía doméstica e informal.
A parte de eso, los 4 jinetes del Apocalipsis que son conspiradores permanentes causaron pánico y alarma a la población, al difundir falsas noticias como por ejemplo: “Va a explotar el barco Pilín León en el lago de Maracaibo”, “La refinería de El Palito a punto de explosión e incendio y sus alrededores corren peligro por estar en manos de técnicos inexpertos”, esto es terrorismo de estado que además de ser responsable los dueños de los canales, también lo son los seudo periodistas que tampoco han medido las consecuencias, porque eso de alarmar y causar pánico es criminal y terrorismo, en esos países que se dicen desarrollados es motivo para ser penalizado y los responsables encarcelados como terroristas.
“El Pueblo reclama justicia, cárcel para los golpistas y terroristas
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