“Para predecir lo que ha de suceder, antes hay que observar lo que ha ocurrido anteriormente”.
Nicolás Maquiavelo
Parece más una declaración de aquel famoso cómico mexicano llamado Mario Moreno (más conocido como Cantinfla), que de la alta dirigencia deportiva nacional, sobre lo sucedido en Río 2007. Cualquier parecido con las famosas frases de un ex ministro de la Cuarta República, Teodoro Petkoff Malec quien señalaba “estamos mal, pero vamos bien”, o las del ex presidente Carlos Andrés Pérez cuando decía “ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario”, es pura casualidad o una cantinflada.
En un intento por querer evadir sus responsabilidades y el fracaso de su gestión, reflejado en el retroceso de nuestra delegación en los recién finalizados Juegos Panamericanos de Río 2007, el Ministro del Deporte y Presidente del Comité Olímpico profesor Eduardo Álvarez Camacho (doble responsabilidad) señala en declaraciones a la prensa algunas contradicciones, como por ejemplo: a- “el béisbol tuvo buena actuación pero no ganó”; b- “las pesas están en una renovación constante que no se está dando aquí”; c-“el atletismo se estancó, hay que trabajar con una generación nueva”; d- los números nos daban 42 disputas de oro”; e- “todo hacía suponer que había mejor perspectivas, pero la revisión al final es con números entregados y no con la actuación”; f- “rescatar las posibilidades aunque no se verificaran”; g- “el director de alto rendimiento es uno de los mejores técnicos que hay, pero falla en las relaciones interpersonales”. Estas y otras frases son un empeño de querer tapar el sol con un dedo.
Continúan en la testarudez de no reconocer los errores y mientras tanto tratan de ocultar sus responsabilidades con declaraciones, donde presentan: tablas, números, gráficos y estadísticas. Por su parte, otros especialistas argumentan con distintos criterios como: 1-total de medallas; 2- total de puntos obtenidos; 3- número de habitantes de los países participantes; 4- medalla obtenida por cada millón de habitantes; 5- número de deportistas que cada país llevó al certamen, y, otros tipos de juicios para justificar lo injustificable, en fin la excusa de unos resultados que para nada se acercan a los pronósticos. Señores permítame recordarle que el razonamiento que se ha utilizado desde hace mucho tiempo para ordenar el medallero en: Bolivarianos- Centroamericanos- Panamericanos- Olímpicos, son las medallas de oro. Otra cosa es querer cambiar las reglas del juego a estas alturas del partido para dibujar un panorama de nuestra actuación diferente y mentir diciendo que fue un desempeño que va en franco ascenso. Así es que las cosas no sólo dependen del color del cristal con que se miren sino también del índice que se use. Una correcta medida ayuda a interpretar mejor. Siga buscando el Bello Sino de Oro.
Nuestros máximos dirigentes deportivos parecen olvidar algunos dichos populares o refranes, como por ejemplo: “al buen entendedor, pocas palabras bastan”; “ antes de hablar piénsalo tres veces”; “ después del ojo “sacao” no vale Santa Lucia”; “ el que más habla, más yerra”; “ no ofrezca potro, sin tener yegua”;el que llora su mal no lo remedia”; “ a mi no me metas gato por liebre”; “la salsa que es buena para el pavo, sirve para la pava”. Estos y muchos otros refranes populares serán las respuestas acertadas que dará el soberano al ministro y sus declaraciones escurridizas.
Sin embargo, sería oportuno resaltar o preguntar una cosa muy simple ¿por qué no se brinda una explicación en función de un análisis costo-efectividad de la delegación venezolana? Comparen lo invertido y sus resultados con los de Colombia, México, Argentina, República Dominicana, Jamaica o Bahamas y verán cuáles son los resultados. Otra cuestión que debe quedar claro, es lo señalado por el profesor Eduardo Álvarez Camacho, cuando dice “el problema es cuando se habla de una misma administración se tiende a tratar de superar lo presentado. La comparación es con uno mismo y la tendencia es a mejorar…”. Olvida el Sr. Ministro que desde una perspectiva más general, se debe señalar que este ciclo Olímpico, que finaliza con los Juegos de Beijing 2008, fue la verdadera prueba de la actual gestión, pues el desarrollo y formación de la reserva olímpica comenzó en la última gestión deportiva de la cuarta república con la preparación de los deportistas para los Juegos de Sydney 2000, y el relevo continuó con el pasado ciclo que finalizó con los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Es decir, no se puede ganar indulgencia con escapulario ajeno, nuestro auténtico examen es este ciclo olímpico y en verdad por los vientos que soplan todo parece indicar que no pasarán la evaluación final nuestros dirigentes deportivos en Beijing 2008.
Con estas líneas no pretendo convertirme en un crítico de oficio, solo aspiro hacer un aporte al deporte nacional con base en la investigación científica aplicada al deporte, labor que desempeño desde hace varios años en el medio universitario. Para finalizar recuerden tener en cuenta que si no sabemos de dónde venimos, no podemos saber hacia dónde vamos y muchos menos qué hacer cuando lleguemos.
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