En relación con lo sucedido en el hospital de Lídice con los médicos que junto con Globovisión montaron su show, el cuál se ve a las claras, que es otro bodrio más que tiene mucho que ver con las denuncias hechas por el camarada Mario Silva, que por cierto, pareciera que las instituciones del estado no le han dado la importancia debida y la afinidad que existe entre estos actos y los objetivos desestabilizadores planteados por las "Redes Populares" de Leopoldo López y Un Nuevo Tiempo; se presenta entonces, como una oportunidad de oro para que la Acaldía Mayor tome fuertes medidas disciplinarias contra ese grupo de médicos que no pueden ser otras, que la finalización de sus servicios con el estado, en virtud de que representan una amenaza, no solo en lo que se refiere a la mala atención y el maltrato que puedan darle a los pacientes de esa institución, sino que pueden estar muy tentados a dañar equipos costosos del hospital o robárselos o a darse a la tarea de sabotear el buen funcionamiento de las labores del mismo. Ahora bien, como la oposición vive en una campaña permanente de decir que el gobierno es el mayor violador de los derechos humanos, ¿Qué es una raya más para un tigre?, boten a esos médicos y que se ubiquen en las clínicas privadas, que seguramente si ya no están trabajando en ellas, los van a recibir con los brazos abiertos y también seguramente les van a pagar los sueldos supermillonarios que ellos aspiran y que quién sabe, quizás los hagan socios de las mismas por esa mística que han demostrado en su desempeño, sobre todo el tal doctor Colbiz ese que se mostró muy macho y dio un verdadero ejemplo de valor. Entonces, si la mejor manera de lograr que las instituciones funcionen como tienen que funcionar es deslastrarse de los saboteadores y están identificados, ¿Por qué seguir soportándolos?. Estimado Alcalde Juan Barreto, tiene una oportunidad brillante que seguramente la mayoría del pueblo venezolano se la va a agradecer y lo va a apoyar, porque no hay que olvidar que esos inconscientes también son nuestros empleados y según la participación popular que establece nuestra constitución tenemos el derecho a decidir quién trabaja o no para nosotros y usted aunque suene como feo y hasta capitalista es el capataz designado por el pueblo para que vele porque esos trabajadores cumplan con sus funciones y no pretendan hacer lo que les de la gana. Además que lamentablemente, la palabra "Jefe", que es una de las más desagradables que existe no podrá desaparecer ni siquiera en el socialismo. Así que como dijo dijo el libertador: "Es un vergüenza llamarse jefe para no serlo"
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