Es indudable que lo que estamos viviendo es una situación muy similar a la vivida con el paro petrolero del 2002.
La diferencia ahora es que se han afincado en la escasez, el acaparamiento y la especulación. El objetivo específico es el de crear un gran malestar en la población y descontento generalizado en contra del gobierno, además de las colas interminables en los supermercados con los consabidos personajes bien ubicados estratégicamente en dichas colas de para denigrar y vociferar sus características maldiciones en contra del gobierno y valga lo redundante. Y es que el guión es el mismo, no tienen creatividad. Los mismos supermercados contribuyen en gran medida al descontento de la gente, por muchas razones que no vale la pena tratar de analizar.
El simple hecho de que una persona acuda a uno de estos locales solo a comprar uno o dos productos y tenga que calarse una cola de una hora, de hora y media para pagar, ya dice mucho de la participación directa del establecimiento en estos hechos, porque se supone que en condiciones normales uno puede observar en dichos comercios que disponen de cajas para la cancelación de pocos producto con letreros donde por ejemplo dicen : "Caja Rápida de hasta 10 productos".
Pues, ellos han obviado esto y se puede observar que ni eso está funcionando ya que se ve a personas con el carro de mercado hasta los tequeteques en estas cajas. Ese simple detalle nada más, es para reflexionar sobre lo que está sucediendo. Es un complot muy bien orquestado y es necesario que la gente entienda que lo de la guerra económica no es mamadera de gallo.