Para nadie es un secreto por la terrible situación económica por la que actualmente estamos atravesando en nuestra querida patria Venezuela, y lo primero que debemos hacer es reconocerla y establecer la ruta a seguir para dar la dura batalla que nos ha tocado emprender, tomando siempre en cuenta que esto obedece a un plan imperialista por la recolonización de nuestro continente y en nuestro caso particular, Venezuela, como el objetivo Político principal a derrotar y así desmontar el avance de los movimientos progresistas en la región. Sí cae nuestra patria habrá un efecto dominó en la región.
Tal y como lo señala el escritor Juan Uslar Pietri, en su obra “Historia de la Rebelión Popular de 1814”: “Los ilustres libertadores de Argentina, Cuba, Estados Unidos, Uruguay, etc., no se llegaron a ver en el terrible caso de Bolívar y los suyos. Por todas partes se decidían las independencias con dos o tres batallas importantes contra las autoridades españolas”. La lucha por la independencia no ha sido fácil y siempre nuestro Comandante Eterno Chávez nos lo recordaba, diciéndonos constantemente que el proceso por la independencia continuaba. Y es que la lucha por nuestra independencia se inició por allá en el siglo XVI con la insurrección del Negro Miguel y continuó en los siglos XVII y XVII con Andresote, José Leonardo Chirinos y muchos indios, negros y mulatos que mantuvieron ese espíritu de rebeldía contra la dominación extranjera.
Sí alguien en nuestro país entendió, en su justa dimensión, toda esta serie de procesos que han continuado a lo largo de nuestra historia como las rebeliones de nuestros campesinos con Ezequiel Zamora, la heroica resistencia y las tentativas de derrocamiento contra la tiranía de Juan Vicente Gómez, las luchas obreras de los años 1936-1937, la insurrección del 23 de enero de 1958 y la lucha guerrillera de los años 60, fue nuestro Comandante Chávez.
Chávez nos legó entre muchas otras cosas valiosas el Plan de la Patria que de cumplirse a cabalidad, por supuesto con una constante revisión, rectificación y reimpulso, nos hará traspasar la barrera del no retorno de nuestra revolución porque lograríamos la independencia económica que como le dijo el gran maestro de maestros Simón Rodríguez a nuestro Libertador Simón Bolívar, allá en el año 1830, desde Arequipa “una revolución política pide una revolución económica”.
De esta realidad se desprenden todos los ataques del imperio para impedir que llevemos a cabo el cumplimiento del Plan de la Patria, desatando sobre nuestra república una guerra no convencional con distintas mutaciones, una de ellas es la guerra económica, orquestada desde el exterior por parte de la oligarquía financiera (cerco financiero internacional) y desde lo interno con la burguesía importadora que ve en la economía rentista capitalista su mayor fortaleza.
El Presidente Nicolás Maduro ha creado la Gran Misión Abastecimiento Soberano como una manera de establecer, entre otras, una ofensiva contra el desabastecimiento, la especulación y el bachaqueo teniendo entre otros mecanismos activadores los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, los CLAP, en cuya conformación se dan cita distintas organizaciones de base que conforman el Poder Popular: UNAMUJER, Juventud, PSUV y las Milicias Bolivarianas como una manera de articular en un solo cuerpo al pueblo y así elevar el nivel de conciencia política y mediante una acción consciente y organizada enterrar las viejas formas sociales de dominación y abrir paso a un nuevo tiempo histórico que no es más que la emancipación nuestra como pueblo y la consolidación de nuestro Socialismo Bolivariano.
Cuando decimos que los CLAP son más que una bolsa de comida nos basamos en que su objetivo fundamental no es sólo el de garantizar que los alimentos lleguen a nuestro pueblo, en unión cívico militar, sino que todas estas acciones están orientadas al establecimiento de toda una estructura, o para parafrasear a nuestro líder Comandante Chávez, de toda una arquitectónica que nos prepare y nos forme para librar otras batallas cualquiera sea el escenario y así mantener el Poder Político conquistado.
Uno de los grandes temores de la oposición apátrida y la oligarquía imperial es que como se dice en el argot popular, “les está saliendo el tiro por la culata”, porque de esta crisis ha surgido un nivel de organización importante con un partido fortalecido, el PSUV, estrechamente enlazado con el pueblo en todos sus niveles y asumiendo el papel de vanguardia y guía del pueblo, que como lo señaló Eduardo Piñate en su libro “El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y su relación con el movimiento de masas”, “la democracia participativa y protagónica que propugnamos es un atributo esencial del modelo socialista que edificamos. Esto significa que el ejercicio de la democracia, o sea, del Poder o la Soberanía, no puede ser un hecho casuístico, cada cierto período, sino un hecho, cotidiano, la democracia como forma de vida”
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