El lunes 25 de agosto, el diario El Nacional publicó las opiniones que le
merecieron al artista plástico Pedro León Zapata la "intervención" que,
según su criterio, sufrió el mural de su autoría ubicado en el mural del
gimnasio cubierto, en la autopista Francisco Fajardo. La agrupación que
firmó dicha intervención le dirigió la siguiente respuesta al caricaturista
Ciudadano Pedro León Zapata:
Hemos leído con atención sus declaraciones del pasado lunes en El Nacional.
En ellas se expresa usted de las pintas que algunos de nuestros integrantes
tuvieron a bien colocar en "su" mural, de manera tal que a los lectores de
ese diario -sobre todo a aquellos que están dispuestos a absorber y a
aceptar dócilmente todo cuanto se diga del actual proceso de cambios- pueden
verse inclinados a pensar que esas pintas las mandó a hacer el Gobierno, y
que son expresión de la "revolución cultural". Esa repugnante y ridícula
-aunque sutil- manera de mentir y de mediatizar la opinión de venezolanos,
nos ha movido a responderle a sus declaraciones a partir de estos puntos:
1) La Coordinadora Cultural Simón Bolívar es una Asociación Civil que tiene
diez años de existencia, y sus más antiguos integrantes hemos hecho vida
política y activismo social en la parroquia 23 de Enero desde finales de los
años 70. No debemos nuestra existencia ni nuestras líneas de acción al
Gobierno nacional, aunque respaldamos el indetenible proceso de cambios y de
reconstrucción del país que actualmente está en marcha en Venezuela.
2) Usted dice, en un tono irónico que pretende además ser inteligente sin
lograrlo, que nuestras pintas son "Una expresión artística perfectamente
premeditada y mandada a hacer, realizada con coordinación. Es la expresión
misma de un criterio acerca de lo que debe ser el arte". Queremos devolverle
su falsa lisonja, su caramelo envenenado, e indicarle que esas cortas frases
contienen dos premisas falsas y una correcta. Rebatamos las falsas: las
pintas no fueron premeditadas ni mandadas a hacer: nosotros "intervinimos"
ese mural porque cuando pasábamos por allí nos dio la gana de hacerlo. Usted
también "intervino" con su mural la obra maestra de Carlos Raúl Villanueva
(la Ciudad Universitaria, Patrimonio Artístico de la Humanidad), no porque
le salió del corazón sino porque Fundarte le pagó en su momento 30 mil
dólares; por cierto, usted recibió ese pago y no le entregó a Fundarte las
maquetas que incluían ese precio. ¿Ya va entendiendo Zapata por qué ese
mural no le pertenece a usted sino a los ciudadanos?
3) La expresión que contiene la premisa correcta dice: "Es la expresión
misma de un criterio acerca de lo que debe ser el arte". Ciertamente,
creemos que el arte y la cultura son una hechura colectiva de las sociedades
y no un puñado de objetos pertenecientes a la colección privada de algunas
familias multimillonarias. A estas alturas de la evolución del arte y de las
sociedades, nos parece insólito que alguien de su renombre como artista
plástico considere que las obras expuestas en las calles son intocables y
sagradas. Pero lo comprendemos: su percepción de la cultura ve a ese
concepto como la propiedad privada de un cenáculo de artistas divinos e
inaccesibles. Debería entonces desmontar "su" mural y guardarlo bajo llave
en alguna bóveda. pero legalmente no puede hacerlo. Recuerde que esta ciudad
le pagó 30 mil dólares antes de ponerlo donde está.
4) Por último, y para resarcir de alguna forma la molestia que le hemos
causado al "intervenir" "su" mural, queremos obsequiarle un consejo, por el
bien de su reputación como artista. Dice usted, según transcribe el
periodista que redactó la nota: "en arte, lo único imperdonable después del
plagio es la repetición". Pues bien, estimado caricaturista, debería pensar
en hacer algo distinto en el espacio que ocupa en El Nacional. Tiene más de
cuatro años repitiendo el mismo chiste, el mismo trazo, las mismas figuras
monótonas. ¿No le parecen imperdonables tantos años de repetir la misma
fórmula día tras día?
Coordinadora Cultural Simón Bolívar, parroquia 23 de Enero, 25 de agosto de
2003