¿Oposición apaciguada?

Neville Chamberlain, Primer Ministro británico, regresó a su país en 1938 después de haber firmado el Acuerdo de Münich con la Alemania nazi, mediante el cual se permitía al Führer, entre otras cosas, que se anexara casi la mitad del territorio de Checoeslovaquia.

Al bajar del avión que lo traía de regreso, el inglés transmitió solemnemente a sus connacionales, con la flema y el empleo de las palabras estrictamente necesarias que los caracterizan, una lacónica y tranquilizadora frase: "He logrado la Paz"

No era la primera concesión que Chamberlain hacía al iracundo jefe del Tercer Reich. Antes se había comprometido a no intervenir en la guerra civil española a favor de la república, asediada por las fuerzas del franquismo apoyadas por Alemania y también le había permitido a Italia ocupar Etiopía con el fin de congratularse con el Duce en la esperanza de quebrantar su estrecha relación con Hitler.

Chamberlain creyó que cediendo y concediendo había APACIGUADO, había CONTENIDO al nazismo alemán. La historia que siguió todos la conocemos. En septiembre del año 1939, 40 divisiones panzer cayeron sobre Polonia. Había comenzado la II Guerra Mundial, el conflicto armado más grande y sangriento de la historia que costó a la humanidad 62 millones de muertos, es decir, nada menos que el 2% de la población mundial de la época.

Y, todo este horror, a pesar de que meses antes Chamberlain creyó “haber logrado la paz”. En otra escala y circunstancias, los venezolanos tuvimos un presidente que recién comenzado su mandato nos dijo que “había logrado el mejor refinanciamiento del mundo” pero, al final del mismo, cuando nos dejó unas reservas internacionales que apenas alcanzaban para cubrir 15 días de importaciones, justificó la crítica situación con una frase tan lacónica como la de Chamberlain: “la banca nos jodió”.

Me pregunto, señor presidente, si en Octubre venidero, cuando conozcamos los resultados de las elecciones regionales y municipales, no tendremos que parodiar a ese expresidente de la cuarta y confesar al pueblo, también lacónicamente, “la amnistía nos jodió”. Ojalá no sea así. Nunca como ahora, deseo estar equivocado.

El perdón se otorga cuando se está triunfante y sobrado …como un gesto de hidalguía para aliviar tensiones y resentimientos en el adversario a quien previamente hemos vencido y sometido. Constituye a mi modo de ver, la máxima expresión de poder. Pero estas no eran precisamente las condiciones prevalecientes el pasado mes de Diciembre

Aún más, señor presidente, la medida tomada tampoco era necesaria pues, de hecho, estábamos viviendo una amnistía no decretada sustentada en la total impunidad de los hechos delictivos, políticos y no políticos. ¿cambiará esta situación con la nueva titular del Ministerio Público? Ojalá así sea.

Entonces, ¿Para qué alborotar el avispero?. ¿¿Para qué resucitar a un Enrique Mendoza que estaba muerto!! …. ¡¡ no estaba de parranda !!?? ¿¿Para que resucitar a los despedidos de PDVSA y a la CTV que ahora reclaman una amnistía laboral??

El perdón, el olvido de los agravios, la misericordia, la condonación, el indulto o la amnistía; no puede administrarse a quienes no han mostrado arrepentimiento o contrición.

jtrujillo@cantv.net


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