Anda circulando por ahí la tesis de la existencia de una fractura en la mal llamada “coordinadora democrática”. Yo no me lo creo, ¿De verdad hay miembros de la descoordinadora golpista que no estan de acuerdo con las acciones de desestabilización que “otros” de sus miembros vienen haciendo? Porque declarar en los medios golpistas que las acciones de tal o cual organización, ONG o asociación civil de las tantas que proliferan en la descoordinadora no son aprobadas por los “descoordinadores verdaderamente democráticos” pero al mismo tiempo justificar y capitalizar tales acciones, me parece más una maniobra maquiavélicamente pensada para hacer creer a los “incautos” bolivarianos que hay ciertos grupos que ahora si se han dado cuenta que la forma de sacar al presidente es por la vía institucional (ellos saben que no ganaran ningún referéndum) y no por atajo violento del golpe de estado o el no menos violento del golpe institucional jurídico ( léase TSJ).
Esta es definitivamente una trampa caza bobos, que al igual que los asesinatos fríamente calculados para el 11-A, donde según palabras de Carrero Cubero “los muertos los pondría la sociedad civil” se esta pretendiendo hacer creer que los golpistas son de diferentes naturaleza, unos demócratas y otros anti-demócratas. La verdad es que TODOS son golpistas, asesinos, cómplices de violaciones masivas de los derechos humanos, cómplices activos unos y actores y ejecutantes otros de los decretos fascistas de Carmona, y manifiestamente actores de las acciones de desestabilización económica y social contra nuestro país aun cuando no aparezcan en las “escenas” montadas premeditadamente por la descoordinadora golpista con los medios.
Se puede entender que se “acepte” el discurso de “somos demócratas” intentando dialogar a favor de la tranquilidad de nuestro país, pero es necesario que las palabras de estos supuestos demócratas se acompañen con HECHOS, los que no vemos por ninguna parte y por el contrario se estan cumpliendo al pie de la letra las premisas que los golpistas han tenido desde el principio y la llamada “desobediencia civil” es una de las etapas de ese proceso, los invito a leer a continuación parte de un articulo aparecido en www.rebelion.org en el mes de marzo que detalla las premisas de los golpistas.
12 de marzo del 2002 www.rebelion.org |
Venezuela: Los cuatro ejes de la conspiración contra la revolución bolivariana
Goizeder Odriozola, Resumen Latinoamericano
CUATRO EJES
1. Desestabilización económica.
El incremento de los precios del petróleo, producto, entre otras razones, de la política venezolana en el seno de la OPEP, condujo a una notoria mejoría en la economía venezolana. Rápidamente los sectores financieros del país opuestos a la política del Presidente Chávez pusieron en marcha todos los mecanismos posibles para que ese repunte de los ingresos petroleros no se reflejara en una mejora de la economía. Para ello, pusieron en marcha una campaña de fuga de divisas nunca conocida en la historia republicana del país.
2. Desestabilización político-social.
Mediante la búsqueda del enfrentamiento entre el Estado y los diferentes agentes sociales que tienen influencia social, política, informativa y económica en el país. Esta campaña se inició a principios del 2001 y tuvo como eje las acusaciones de complacencia hacia la insurgencia colombiana y de que Venezuela marchaba hacia el modelo cubano. A la vez, se destaparon casos de corrupción que implicaban a oficiales de las Fuerzas Armadas por motivos administrativos en el llamado Plan Bolívar 2000.
Dado el desprestigio de los partidos políticos tradicionales y su escaso poder de convocatoria la oposición acuño el terminó de «Sociedad Civil», para definir a un grupo selecto de intelectuales, periodistas y personas ligadas a estos partidos pero no relacionadas directamente con ellos. A partir de ese momento en el que la «sociedad civil» comienza a convocar movilizaciones.
Si bien estas movilizaciones no son representativas numéricamente, si lo es el poder que tiene esa denominada «sociedad civil» dado que sus miembros forman parte y controlan los medios de comunicación masivos y el sistema económico. La campaña ha servido para crear una imagen mediática de oposición generalizada al proceso y a la vez podría servir para justificar, nacional e internacionalmente, una intervención del Ejército, respaldado por EEUU.
3. Desestabilización de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN).
A la vez que se puso en marcha una campaña de acusaciones de corrupción en el seno de las FAN, se intento vincular a ésta, sobre todo a los destacamentos fronterizos con la insurgencia colombiana.
4. Desobediencia civil.
Sería la última fase de esta etapa. Si bien es cierto que el apoyo popular a las tesis opositoras no supera el 30 o 35% no es menos cierto que ese sector tiene en sus manos el 90% de los medios de comunicación y del sistema productivo. Esto posibilitaría el desarrollo de una nueva «desobediencia civil» en la que la clase baja, media baja y media que representan casi el 80% del país se viera desplazada del debate y del accionar político y social por el 20% que controla los sectores productivos y los medios de comunicación.