El diario La Prensa de Nueva York "tira una pa'l mingo"




12/09/2003

¿Qué vendrá tras el fracaso del Reafirmazo?



Enemigo no es aquel que nos ataca de frente, sino aquel que acecha como tonto para dar un zarpazo. (Napoleón Bonaparte)

La conjura internacional en contra de Venezuela nunca se detiene, unas veces amaina temporalmente para luego marchar con ímpetu como si el tiempo le urgiera al Gran Patrón para poner en marcha su plan de apoderarse del petróleo, no sólo de ese país, sino de cada gota que pudiera haber desde la Patagonia hasta Alaska.

Con el fracaso de la invasión a Irak - prueba de ello es que el presidente Bush viajó “entre gallos y media noche”, si es que realmente viajó hacia ese país donde a diario matan soldados norteamericanos- es fácil imaginar que los ojos estén puestos ahora en Venezuela, el segundo abastecedor de petróleo a EEUU.

Esta vez, la confabulación quizo utilizar como pretexto el “Reafirmazo”, como le han llamado a la recolección de firmas para solicitar ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) la convocatoria de un referendo revocatorio del mandato del presidente Hugo Chávez.

La insistencia de los medios de información internacionales, al servicio de los intereses norteamericanos y que a las claras mantienen una relación de estrecha cooperación con sus afines en Venezuela, raya en lo absurdo, amen del equilibrio informativo y el ejercicio ético del periodismo. Cualquier persona con cinco dedos de frente puede darse cuenta de la incongruencia de los informes donde sobrestiman a la oposición venezolana y dan por adelantado que es imposible un fraude en la recolección, mucho menos si es el gobierno el que denuncia.

Fue realmente vergonzosa la fotografía que difundió CNN donde daba como larga fila de la oposición para firmar, cuando realmente se trataba de un reparto de pollos que hacían unos soldados venezolanos en el mercado de una zona pobre de Caracas . Aunque la cadena pidió disculpas varios días más tarde, esta jamás le ha mostrado al público la opinión del otro lado y continúa evitando contrastar las diversas informaciones sobre “el Reafirmazo”.

Ningún medio aquí en Nueva York ha informado por ejemplo sobre las constantes denuncias de fraude, hechas por el pueblo venezolano, por legisladores de la Asamblea Nacional, por los partidos políticos y movimientos sociales que apoyan el Proceso Bolivariano y por miembros del Comando Ayacucho, conformado por el voluntariado de testigos y observadores de dicho proceso de recolección de firmas.

Nadie ha dicho nada, mucho menos el secretario general de la Organización de Estados Americanos OEA, César Gaviria, un individuo al que no le da vergüenza ser un personaje servil del departamento de estado norteamericano. Gaviria quien viajó como veedor en el “Reafirmazo”, sólo le dedicó su tiempo a entrevistarse con los líderes de la oposición, y cuando Chávez denunció que ya se sabía que estaban firmando “hasta los muertos”, Gaviria declaró impávido que todo se estaba desarrollando con normalidad. No tuvo ni la mínima diplomacia para siquiera saludar o hablar con el presidente Chávez

Qué se puede esperar de Gaviria, no sólo ha actuado así en Venezuela, ya lo hizo en Perú en tiempos de Fujimori y otros países latinoamericanos. Su presencia sólo sirve como de cortina de humo. Se podría decir que es como el mensajero de Roger Noriega el sub secretario de estado norteamericano para América Latina. Mas aún siendo la OEA un organismo mayormente mantenido por los Estados Unidos ( el 65 % del presupuesto lo solventa el Gran Patrón) .

Todos mienten, ocultan y la campaña de desprestigio y desinformación hasta se ha globalizado. Se está usando todo el poder para evitar cualquier tema o acción que pudiera ser positivo para el actual gobierno . Ya es sabido toda la lucha que están pasando para que la película “La Revolución no Debe ser Filmada” llegue a los cines de diferentes países porque el film muestra los hechos y personajes del fracasado golpe del 12 de abril del 2002 en contra del presidente Hugo Chávez. Ni qué decir de la SIP, y Reporteros Sin Fronteras, dos organismos bastante desprestigiados, que constantemente denuncian la “violación de la libre expresión” en Venezuela, preparando así el terreno para una posible nueva asonada.

Aunque ya se sabe que la oposición no ha llegado, ni de lejos, a completar las firmas requeridas; que sus dirigentes están divididos y cada uno da cifras diferentes y que apenas supo esto, el embajador norteamericano en Venezuela se apresuró en acudir a la televisión estatal para limar, por un tiempo las asperezas con el gobierno de Chávez, esos medios siguen machacando en el desprestigio aunque ya bajaron el tono a la espera de la nueva oportunidad.

Todo indica que se utilizará para Venezuela el modelo exitoso de hace una semana en Georgia, ex república socialista. Allí EEUU, para acelerar la construcción del oleoducto a través de ese país decidió sacar del poder a su ex aliado Eduard Shevardnadze -el mismo que hiciera desmantelar la ex Unión Soviética junto con Gorvachev-, y poner en su lugar al abogado educado en EEUUMikheil Saakashvili.

Al igual que en Venezuela la oposición fue preparada, adoctrinada y pagada por EEUU. La mano del billonario George Soros está tras del grupo Kmart que amenazó tomar las armas cuando Shevardnadze se negaba a dejar el poder. Los medios, al igual que en Venezuela el 12 de abril, jugaron un papel muy importante y difundieron día tras día el documental “Bringing Down the Dictator” que mostraba la caída de Slobodan Milosevic de Yugoslavia, hasta que la multitud Georgiana tomó el parlamento y obligó a Shevardnadze entregar el poder y refugiarse en su casa de campo.

Pero la diferencia entre Georgia y Venezuela es grande. Primero, en la oposición venezolana hay lucha por el poder, se sabe de hasta cinco grupos. Segundo, tanto en Georgia como en Yugoslavia había un consenso general de hacer caer a esos líderes, pero en Venezuela , el 30 por ciento, la clase mas marginada que lo apoya está lista a defender a Chávez y está armada. Eso hace la gran diferencia. Tercero, mientras persista el problema de Irak, a Estados Unidos no le conviene crear un foco de violencia que afectaría su suministro del petróleo y por ende la economía norteamericana se vería perjudicada. Hasta el momento, y aunque no les guste la Revolución Bolivariana tendrán que ‘hacer de tripas corazón’, todo sea por el oro negro.

vpelaez@eldiariolaprensa.com


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Vicky Peláez


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