“… seamos honestos y reconozcámoslo todos. No importa lo que digan nuestros enemigos. Seamos serios. Revisemos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte. Debemos ser profundos en los análisis de este fenómeno social, aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos. …”
Fidel Castro
Apreciado,
compatriota y camarada Hugo, después de reflexionar sobre los resultados
deportivos en Beijing y las justificaciones que un sector privado representado,
por el Comité Olímpico Venezolano, y otro público, el Ministerio
del Deporte (garantes de dirigir todo lo pertinente a los 109 deportistas
que nos representaron en Beijing) donde uno le atribuye al otro la responsabilidad
de lo sucedido, he decidido hacer públicas estas notas para el debate
abierto, franco y sincero sobre el fenómeno deportivo en tiempos de
revolución. Es hora de balances, de rectificar cuentas, de investigar
las pequeñas y grandes controversias, de revelaciones y de graves preocupaciones.
El malestar y el descontento de todos los actores así lo exigen, es
urgente “la ruptura del consenso deportivo”. No podemos quedarnos
mudos. Se le dice al primer mandatario nacional que la crisis del modelo
deportivo que vivimos es coyuntural, pero es realmente estructural.
Los problemas no son superficiales o de simples formas y apariencias,
sino que están fundamentados en un acumulado de medio siglo de improvisaciones,
ausencia de políticas deportivas efectivas, bajo nivel de preparación
en la dirigencia y entrenadores, creciente corrupción y una mal entendida
burocracia, siendo estos los nudos gordianos que siguen afectando nuestro
deporte.
Ya en un plano
más concreto, es fácilmente apreciable que las viejas estructuras
se encuentran radiantes, la concepción del deporte medallero y mercantilista
domina todavía y se continúa estimulando de una manera exagerada el
deporte profesional, ése que reúne todos los rasgos típicos de las
categorías y estructuras de la sociedad capitalista, como son la explotación
del hombre por el hombre y el deportista como mercancía. Lo antes expuesto
permite concluir, al menos preliminarmente, que el fundamento filosófico
e ideológico del sistema deportivo nacional, está sustentado sobre
ideales capitalistas. Es una crisis heredada de la cuarta república,
en donde los antivalores o conductas basadas en el clientelismo, el
individualismo, el facilismo, la trácala y la corrupción, siguen manteniéndose
incólumes en la organización deportiva nacional. Lamentablemente,
las nuestras instituciones deportivas parecen tocadas apenas tangencialmente
por el ideario del proceso revolucionario, en contraste con lo apreciado
en otros organismos e instituciones del Estado, quizá otrora tildadas
de conservadoras, tales como PDVSA, BCV, el Sistema Educativo Nacional
y los órganos castrenses, por sólo mencionar algunas. En todas ellas
se realizaron transformaciones de fondo, que las han colocado en sintonía
con el proyecto socialista, edificando la patria grande que soñó Bolívar
y contribuyendo a la formación integral de la sociedad desde la base.
La demostración
más fehaciente de lo que describo en las líneas anteriores, la constituye
la actuación deportiva de nuestros atletas en los recién concluidos
Juegos Olímpicos de Beijing. Sin ánimos de desmeritar el desempeño
de nuestros atletas, estos resultados son la crónica anunciada de un
desenlace que quizás no queríamos ver o simplemente se crearon falsas
expectativas en el pueblo. En los Juegos Deportivos previos a la justa
olímpica (Bolivarianos, Centroamericanos y Panamericanos), se dio una
campanada al deporte de alto rendimiento, al cosechar en conjunto unos
resultados que no eran los esperados. Al parecer, tanto la dirigencia
como los medios de comunicación ignoraron en buena medida estos hechos.
Evidentemente, de los medios de comunicación, no se puede esperar otra
cosa, pero ¿por qué los líderes del deporte nacional, no alertaron
sobre esta situación ¿que acaso no formamos todos parte de un mismo
equipo? ¡VENEZUELA!
Apreciado camarada Chávez, con todo el respeto que usted se merece, permítame como un amigo suyo señalarle que el problema no se trata únicamente de aumentar significativamente el presupuesto, invertir grandes sumas en más infraestructura, incrementar los resultados deportivos en competencias internacionales ni propiciar el crecimiento y desarrollo de la estructura deportiva o asignar la responsabilidad de la alta competencia a PDVSA, ya que esto al final se traduce en más burocracia. De esta manera, la concepción revolucionaria del desarrollo deportivo debería estar apoyada en la premisa de la masividad, así como en los valores éticos y morales de sus dirigentes, entrenadores y deportistas. Esto respondería a los principios del socialismo, con una ideología respaldada y apoyada con la participación del pueblo en la defensa de sus conquistas, con un deporte como parte de su vida y de la lucha, del hacer y el crecer, del ser y el sentir.
Es por ello
que, desde mi punto de vista, las funciones del nuevo paradigma deportivo
deben estar dirigidas a la construcción de los aspectos: a-educativo:
contribuyendo con valores que desarrollen cualidades como la lealtad,
cooperación, disciplina, honestidad, respeto y compromiso social;
b-lo sanitario: en función de la salud pública, creando hábitos
saludables que mejoren la calidad de vida; c-
el componente social: como forma de organización e integración de
las comunidades, generando espacios de convivencia con sentido de pertenencia;
d- en el aspecto cultural: las particularidades antropológicas
(rescate de lo tradicional) derivadas de la identidad nacional y la
soberanía; e- lo recreativo: como una forma de rescatar el elemento
lúdico de esta actividad física.
En ese sentido,
el nuevo proyecto deportivo podría convertirse en un valioso instrumento
para la construcción del hombre nuevo, ayudando en su formación integral,
donde los valores de igualdad, solidaridad, altruismo, colectivismo,
entre otros, florezcan. Ese sería el papel rector del deporte revolucionario
en estos tiempos de transformaciones. Nosotros los socialistas siempre
hemos considerado la práctica deportiva como un derecho de todos los
ciudadanos. Este nuevo plan deportivo debe apostar por una actividad
física de calidad y para todos, en ese sentido, se propone:
1-El impulso de un plan nacional de deporte ajustado a la nueva realidad nacional y a los cinco (5) motores constituyentes, que desde mi punto de vista, están más vigentes que nunca.
2-La aprobación de una genuina Ley del Deporte, comprometida con el proceso revolucionario.
3-Cambiar la concepción del deporte mercantilista (capitalista) por el deporte humanista (socialista).
4-Desmontar toda la estructura burocrática que se ha creado alrededor del Ministerio del Poder Popular para el Deporte, transformándolo en un organismo del Estado centralizado en su política deportiva y descentralizado en su ejecución, que sea capaz de manejar los planes y programas con rigurosidad científica garantizando el paso de lo cuantitativo (masivo) a lo cualitativo (élite), respetando y garantizando el derecho de cada ciudadano a lograr el más completo desarrollo integral.
5-Invertir la pirámide deportiva elitista, potenciando la masificación deportiva, apuntalando a la misión barrio adentro deportivo, para generalizar el acceso a la práctica deportiva a todos
6-Apoyar la creación de consejos comunales deportivos (que desborden las arcaicas y anacrónicas estructuras) e involucrarlos en la contraloría social de la infraestructura, dotación, alimentación de los atletas, entre otros aspectos.
7-Incluir a los deportistas de distintos niveles de competición en los procesos de toma de decisiones.
8-Poner en marcha de un programa de recuperación de los espacios públicos destinados al esparcimiento del pueblo, tales como parques y plazas.
9- Promover el modelo mixto del deporte, en donde coexistan lo público y privado, pero introduciendo algunos cambios en la forma actual de hacer las cosas, ya que actualmente el Estado otorga los recursos y no se controla la administración que de estos hacen las federaciones, dejando a su discrecionalidad la asignación de prioridades sin que exista regulación alguna al respecto.
10-Establecer la ampliación (mayor tiempo de práctica) de los horarios curriculares de educación física y deporte en todos los niveles del sistema educativo, así como la promoción del rescate de nuestros juegos y deportes tradicionales.
11-Fomentar la creación de la industria deportiva nacional a partir del incentivo a las cooperativas deportivas, como una manera de romper la dependencia tecnológica y cooperar en el desarrollo económico sustentable de las comunidades.
12- Acabar con la hipócrita “controversia” entre deportista profesional vs amateur (eliminación de las formas de comercialización existentes), devolviendo la esencia de lo lúdico en detrimento del hombre como mercancía. Todos los eventos deportivos tanto deben ser de interés público y, por lo tanto, gratuitos o con una tarifa accesible a las grandes mayorías.
13-Propiciar en todas las organizaciones sociales y de masas, su incorporación a las distintas (recreativas, juegos y deportes) actividades físicas, aprovechando esos puntos de encuentro para promover la necesaria discusión sobre el deporte que tenemos y el deporte que queremos, incorporando a los protagonistas principales, los deportistas.
14-Promover la creación del Instituto de Altos Estudios de Investigación y Docencia especializados en la cultura física, en estrecho vínculo con las universidades nacionales e internacionales que hacen aportaciones científicas en estas áreas de conocimiento.
15-Fomentar la lucha contra la falta de democracia en el movimiento deportivo internacional y concluir con esa extraña interferencia a nivel nacional del COV en los asuntos pertinentes al IND y del Ministerio de Participación Popular para el Deporte..
16-Implementar programas que garanticen el mantenimiento de todas las infraestructuras deportivas, erradicando de una vez por todas, la desidia y apatía de los gobernantes con este tema tan importante, tanto por sus implicaciones para el desarrollo de la masividad y el deporte élite.
17-Diseñar
y ejecutar una acertada política estatal de asistencia y ayuda efectiva
al deportista activo o en retirada, con el objeto de garantizarle un
nivel de vida cónsona con sus esfuerzos, buscando no sólo satisfacer
necesidades materiales del atleta, sino considerando actividades que
garanticen el desarrollo espiritual, la libertad, el respeto a sus derechos,
entre otros aspectos, los cuales ayudarán a mejorar y desarrollar como
persona al deportista, en consonancia con su rol de actor social, a
cuyas múltiples y complejas necesidades hay que darle respuestas.
Amigo Presidente,
se trata de una política de creación y explosión de pequeños consejos
comunales deportivos que desborden las arcaicas y anacrónicas estructuras
que no fueron capaces de atender a todos los sectores de la sociedad,
sobre todo a los más desasistidos. Este deporte tiene el desafío de
abrir caminos al hombre nuevo del siglo XXI en su vida cotidiana, proveyéndole
una mayor salud, que lo aparte del ocio pasivo y lo ayude a organizarse
dentro de su comuna, en pro de su bienestar físico y mental. El deporte
humanista conlleva en si el patrimonio de todos los ciudadanos contribuyendo
además con la abolición progresiva de la discriminación y la existencia
de deportes medalleros reservados a una élite deportiva. Comandante
Chávez, a su estrategia política de las 3R, le agregaríamos una cuarta
R de radicalización del proceso deportivo, para que esta actividad
física sea un derecho de todo el pueblo.
Por lo antes
expuesto, considero que es un deber como revolucionario notificar y
persuadir a nuestro Presidente sobre las dimensiones sociales, económicas,
educativas, culturales y el alcance tanto político como ideológico,
que se están detrás del fenómeno deportivo, así como la analogía
profunda que hay entre la estructura mercantilista capitalista y la
organización deportiva burguesa vigente en nuestra patria. Se trata
de cambiar esas arcaicas estructuras por un deporte verdaderamente socialista.
Todas estas categorías sociales y políticas ayudarán en la construcción
del nuevo sistema deportivo que anhelamos.
Quisiera cerrar
estas reflexiones con unas frases suyas, que he considerado muy apropiadas
para este artículo, en donde pedagógicamente nos señala que “…
el deporte es un maravilloso instrumento para la inclusión del ser
humano en la sociedad, que va más allá
de la simple competencia deportiva y de los valores que ella encierra,
además de ser una vía para la incorporación del ser individual al
colectivo. Por eso, desde su inicio, la Revolución Bolivariana ha venido
impulsando la práctica deportiva como un mecanismo de superación integral…”
PATRIA, SOCIALISMO
O MUERTE… ¡VENCEREMOS!
*Antropólogo-Sociólogo
Email: pedro_garciaa@yahoo.es