Los desestabilizadores


No hemos tenido tiempo todavía para darnos cuenta del comienzo de un nuevo año y ya los representantes del Gobierno de los Estados Unidos están atacando a nuestro país. El Sr. J. Adam Ereli, portavoz adjunto del Departamento de Estado de los Estados Unidos ha dado unas declaraciones que son dignas de dedicarles tiempo para su análisis.

¿QUIÉN HA SOCAVADO LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS?

El Sr. Ereli ha manifestado su preocupación por los estrechos lazos entre el Gobierno de Venezuela y el de Cuba, debido a que “Cuba tiene un largo historial de socavar a los gobiernos democráticos”. También manifiesta su preocupación por “cualquier acción que impida los procesos democráticos libres y justos a lo largo del hemisferio”.

Sin ser psicólogo, fácilmente uno puede notar en el Sr. Ereli aquel fenómeno que los expertos llaman proyección. Proyecta el Sr. Ereli lo que durante todo el siglo XX fue la acción de su país sobre Latinoamérica, y que hoy por hoy está ampliamente comprobada, entre otras cosas, porque muchos de los documentos que demuestran las constantes intervenciones de los Estados Unidos en la desestabilización de los gobiernos de América Latina han sido desclasificados y han podido ser revisados por historiadores, periodistas e investigadores en general.

INTERVENCIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS

Para refrescar su memoria, vale la pena hacer un pequeño recuento de la intervenciones más conocidas que el gobierno de los Estados Unidos ha perpetrado en contra de diversos países del continente:

GUATEMALA, 1954: Estados Unidos carga sobre sí el peso de la responsabilidad de haber participado en el derrocamiento del primer gobierno electo democráticamente en ese país, el del Presidente Jacobo Arbenz. El Coronel Carlos Castillo, entrenado en Estados Unidos, fue el escogido para sustituir a Arbenz, luego que los bombardeos aéreos de los B-26 y los F-47 estadounidenses lo derrocaron. Castillo se convirtió luego uno de los más sangrientos y corruptos dictadores de la América Central. Todo para proteger los intereses de la United Fruit Company.

BRASIL, 1964: El golpe de Estado que derrocó al presidente Joao Goulart fue respaldado por buques de guerra y portaviones de los Estados Unidos que permanecieron frente a las costas brasileñas para intervenir en caso de ser necesario. Muchos de los dirigentes que participaron en este golpe también habían sido entrenados en los Estados Unidos, lo cual fue posteriormente investigado por el Senado norteamericano. Coincidencialmente, Goulart estaba a punto de ganar el fallo de la Suprema Corte para expropiar las minas de hierro de la Hanna Mining Company, en Minas Gerais, lo cual fue detenido por los militares que tomaron el poder.

REPÚBLICA DOMINICANA, 1965: Estados Unidos tiene también el peso de haber impedido el regreso al gobierno de Juan Bosch, quien había sido derrocado por militares en 1963, luego de convertirse en el primer presidente elegido democráticamente en República Dominicana, con el 64% de los votos y con un 90% de asistencia a las urnas. Para impedir que el pueblo lo colocara al frente del gobierno nuevamente, Estados Unidos escenificó la invasión más grande que había protagonizado hasta ese momento, al punto de que llegaron a tener en territorio dominicano y en los alrededores de sus costas, el doble de soldados que los que Estados Unidos tenía en Vietnam para la misma fecha.

CHILE, 1973: Imposible no mencionar la participación grotesca de Estados Unidos en el derrocamiento de Salvador Allende, gobierno que también había sido electo democráticamente. Las denuncias sobre la conspiración que fraguaban empresarios privados y la CIA, habían sido hechas por la prensa desde 1972, luego que el gobierno norteamericano aprobó la Ley de Libertad de Información. El “Plan Camelot” coordinó fuerzas dentro de Chile, con el apoyo estadounidense, con la finalidad de derrocar cualquier gobierno electo apoyado por alguna coalición de izquierda. El resultado fue la instauración durante 18 años, con el apoyo de los Estados Unidos, del dictador Pinochet, juzgado por crímenes de lesa humanidad.

EL SALVADOR, DÉCADA DE LOS 80: Carranza, el dirigente salvadoreño de los ultraderechistas escuadrones de la muerte y jefe de la policía del tesoro, vinculado con los asesinatos de sacerdotes, religiosas y campesinos, figuraba por entonces en la nómina de la CIA. Los escuadrones de la muerte atacaron de manera particular a los líderes sindicales, torturándolos, asesinándolos, desapareciéndolos u obligándolos a pasar a la clandestinidad.

NICARAGUA, DÉCADA DE LOS 80: El apoyo a la contrarrevolución en Nicaragua que acarreó el escándalo Irán-Contras, por lo cual Estados Unidos fue condenado por el Tribunal Internacional de La Haya, que los declaró culpables en 15 cargos del derecho internacional por actos de agresión contra Nicaragua, incluidos ataques a instalaciones petroleras, puertos y barcos durante 1983 y 1984. Los “contras” eran un grupo de mercenarios dirigidos y entrenados por la CIA y por oficiales del antiguo dictador Anastasio Somoza. Otto Richt, estuvo involucrado con el caso y actualmente es uno de los que acostumbra a hablar mal sobre Venezuela y Cuba. Se violaron con esta operación la Ley de Exportación de Armas, la Ley de Neutralidad y la Enmienda Boland. En 1990 el propio Presidente Reagan reconocía que la idea de la operación había sido suya.

GRANADA, 1983: Todavía produce indignación la desproporcionada invasión del gran imperio a la pequeña isla de tan sólo 100 mil habitantes, para derrocar y asesinar al Primer Ministro, Maurice Bishop, quien había encabezado una revolución educativa, laboral y social. Le molestaba demasiado a Estados Unidos que algunos jóvenes granadinos estudiaran medicina en Cuba y que ese país contribuyera económicamente para que se construyera un aeropuerto internacional en la isla, con la finalidad de promover el turismo. En la Isla de Vieques, en Puerto Rico, se realizaron los simulacros para la invasión de Granada, la cual fue condenada hasta por la Thatcher.

PANAMÁ, 1989: La incursión de Estados Unidos en Panamá infringió la Carta de las Naciones Unidas, la Carta de la OEA, los Tratados del Canal y la Constitución de los Estados Unidos, sin embargo fue llamada “Operación Causa Justa” porque iba destinada a atrapar a un narcotraficante. Manuel Noriega había sido el protegido de Reagan mientras le servía para adelantar su guerra contra la revolución nicaragüense pero, como suele pasar, después de que dejó de ser útil cayó en desgracia. Estaba en la nómina de la CIA hasta 1976, y luego se le volvió a incluir en 1981. Fue acusado de infiltrar redes de inteligencia en Cuba y en Nicaragua. Si para el momento traficaba con drogas no era importante, porque era un colaborador para intentar desestabilizar los gobiernos de esos dos países.

Lamentablemente, estas son sólo son algunas de las intervenciones más conocidas de Estados Unidos en nuestro continente, sin mencionar las que han hecho contra Cuba que merecían otro artículo, y ni hablar de abril del 2002 en Venezuela.

Algún periodista acucioso le preguntó al Sr. Ereli sobre los antecedentes históricos que Estados Unidos también tiene de interferir en los gobiernos democráticos en Latinoamérica y su respuesta fue muy simple: “la comparación no es válida”. Es verdad, Sr. Ereli, no es válida.

mphelnacional@yahoo.com






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Mary Pili Hernández. Publicado en El Nacional el 8-1-04

Ex-ministra de la Juventud, ex-viceministra de Relaciones Exteriores para América del Norte, y ex-concejal por el Municipio Libertador. Cristiana, Periodista, Socialista, Bolivariana, Antiimperialista y Chavista.

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