Fabricio Ojeda y Hugo Chávez en tiempos de revolución en Venezuela (II)

El espíritu patriota y el pensamiento del Libertador Simón Bolívar, fue motor que motivaba a la lucha armada del Camino Político Tradicional Alternativo (CPTA) en 1960, para no permitir, a futuro, la neo colonia del siglo XXI en todos los campos: política, económica, cultural-comunicativa-tecnológica y militar, que pretendía los Estados Unidos para Venezuela y el resto de los países de Latinoamérica. Por ello no aceptaron ni el "Estado Libre Asociado", ni la "Misión Militar Norteamericana" que pretendía imponer los Estados Unidos para someter las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) a sus designios y a largo plazo intervenir militarmente en el país e instalarse con todos sus derechos para defender sus intereses económicos en tierras venezolanas.

Decir no al "Estado Libre Asociado" y a la "Misión Militar Norteamericana", era el propósito de la lucha armada perteneciente al CPTA para derrumbar el proyecto de los Estados Unidos, apoyado por el gobierno entreguista de Betancourt del Camino Político Convencional (CPC). Proyecto que esperaban consolidar a largo plazo, en las próximas cinco décadas.

El no asumir la guerrilla para la década del 60, era negar la libertad por la que luchó Bolívar. Como hijos e hijas de Bolívar tenían el deber y compromiso de defender la libertad de la patria. Por lo tanto también se enfrentaron y rechazaron la pretendida imposición en territorio venezolano de la "Alianza para el Progreso" (ALPRO). Esta fue promovida por los intereses económicos de los Estado Unidos, como política que enfrentaba al proyecto socialista que estaba siendo desarrollado en Cuba. Esta propuesta buscaba que los países latinoamericanos superaran el subdesarrollo en el que se encontraban, sin necesidad de negar el modelo capitalista que estaba ya impuesto.

La ALPRO como propuesta de desarrollo económico no pudo materializarse y fracasó pero se impuso en el control y dominio cultural, educativo, científico, comunicacional y político. Fue un instrumento de control del imperialismo. Le sirvió al imperio de los Estados Unidos para acabar con las guerrillas, como lo afirma Morales:

“(…) la Alianza para el Progreso (ALPRO), como respuesta al modelo de desarrollo socialista puesto en marcha en Cuba. La ALPRO planteó entre 1961-1970, que los países latinoamericanos podían superar los problemas del subdesarrollo sin necesidad de destruir el sistema capitalista. Conocemos el fracaso de la ALPRO como modelo de desarrollo, pero tenemos que admitir su éxito como instrumento imperialista para replegar los movimientos revolucionarios en América Latina en la década del 60”1 .

La "Alianza para el Progreso" (ALPRO) fue impuesta para penetrar y dominar el pensamiento, desplazando la tradición, los valores patrióticos, la ética y la cultura propia, a través del establecimiento en todo el país, del proyecto educativo, cultural y comunicacional que respondía a los intereses y servicios de los Estados Unidos con su ideología de la sociedad capitalista, mercantilista y consumista.

La política internacional asumida por el presidente Betancourt perteneciente al CPC, impactaba en la mayoría del pueblo de manera negativa, generando mayor pobreza, debido a la hipoteca a corto, mediano y largo plazo a la que sometía al país internacionalmente. Hipoteca que reafirmaba la dependencia y negación de la libertad en el campo económico, convirtiéndose en súbdito de los intereses externos y contribuyendo a favorecer el capital extranjero. Estos eran más ricos, crecían económicamente y Venezuela decaía, empobrecía. Día a día aumentaba la deuda externa debido a los préstamos que negociaba el presidente con la banca internacional. El pueblo permanecía ausente frente a estas negociaciones internacionales, que eran desconocidas.

El movimiento guerrillero defensor del CPTA, se enfrentaba mediante la lucha armada, con el propósito de detener esa política internacional entreguista que atentaba contra la soberanía de la nación y que no podían compartir al igual que otros sectores, como Fabricio Ojeda lo señaló: “(…) no pueden compartir el esquema del "Estado Libre Asociado", ni ven con buenos ojos la progresiva hipoteca del país o los fueros y privilegios de la "Misión Militar norteamericana”, (…)”2

Hoy en el 2008 se confirma que la lucha armada de la guerrilla de la década de los 60 no fue un fracaso y se cosechan los frutos, en lo referente a la política internacional con los Estados Unidos de Norteamérica. Es innegable que en el ser de la historia de la guerrilla, en las acciones y el pensamiento del pasado, estaba contenido el acontecer del ser como verdad de la historia del presente y el devenir del siglo XXI, dada su condición de historia efectual, así denominada por Gadamer dentro de la filosofía hermenéutica.3

Gracias al proceso de transformación política que vive Latinoamérica y Venezuela que tiene al frente al presidente Chávez, el sueño de los guerrilleros es una realidad: Los y las venezolanas no somos súbditos descerebrados, sin pensamiento y acción, objetos de manipulación como entes cosas. Somos seres entes humanos pensantes que sienten, accionan y asumen su ser histórico, para transformar las realidades negadoras que por siglos nos han sometido.

De una política internacional promovida por el presidente Rómulo Betancourt del partido AD del CPC, que para la década de los 60, era de ser súbditos, sin autonomía, sin valentía y considerados incapaces intelectualmente, negadores de la soberanía, se pasa a ser, junto al presidente Chávez, creadores, protagonistas y solidarios con nuestros países hermanos, por la construcción colectiva de la patria grande de nuestro padre Simón Bolívar.

Se puede decir que hemos crecido, que intentamos no repetir los viejos esquemas de dependientes por el miedo a la libertad y los retos creativos, así como el trabajo productivo y liberador o el estudio permanente para crear nuestro propio pensamiento y acciones. Hoy gracias a la práctica, con acciones liberadoras manifestamos que estamos en proceso de formación de un pensamiento y acción política auténtica y de la consolidación de una cultura de la resistencia y de la liberación (teoría) que va a lo concreto de la vida (práctica) al trabajo liberador, a la nueva economía para transformar y crear nuestro propio devenir histórico.

La referencia es a un devenir histórico donde se comprende el pasado de la lucha guerrillera, se interviene el presente de la política de relaciones internacionales y se aplica con hechos. Se enfrenta el gobierno de los Estados Unidos a través de su Embajada para que acontezcan nuevas y verdaderas relaciones que contribuyan a construir el nuevo devenir histórico.

Se asume el pasado y el compromiso de no olvidar, de comprender lo que sucedió en el tiempo y el espacio, como fue la lucha armada guerrillera de los 60 y sus héroes como Fabricio Ojeda, referencia de auténtica ética. Una lucha armada de la guerrilla venezolana identificada con el CPTA que impidió que hoy Venezuela fuera un "Estado Libre Asociado" de los Estado Unidos, como es actualmente Puerto Rico.

La política internacional asumida por el presidente Chávez en el siglo XXI, es de identificación y continuidad con la política internacional defendida por el movimiento guerrillero de los años 60. Es una política de no dependencia, de retomar la autonomía donde se asumen las propuestas de integración, de mantener relaciones de igual a igual con todos los países, de solidaridad en defensa de la democracia participativa, de integración, intercambio, organización y cooperación en todos los campos.

Venezuela vive una nueva experiencia de relaciones internacionales que son parte del proceso de transformación política correspondiente con el CPTA mediante la creación de nuevas instituciones protagónicas, de características endógenas, que nacen de adentro para fuera, según las necesidades de los pueblos. Un caso de política internacional, es la máxima ética del presidente Chávez con la creación del ALBA y entre otros, se cita a PETROCARIBE, como alternativas de unión para el crecimiento integral de nuestros países hermanos.

Necesario es entender que nada puede permanecer ajeno a los cambios y que las relaciones internacionales responden a las nuevas necesidades políticas y de transformaciones que se viven tanto en Venezuela, Latinoamérica y el mundo.

Las Relaciones Internacionales deben continuar avanzando y en ella se aboga por la nueva Diplomacia Alternativa Pueblo a Pueblo. Una diplomacia alternativa por el encuentro y las firmas de acuerdos y programas entre sectores del pueblo y organizaciones populares, la economía alternativa sin destrucción del ser humano y la naturaleza, el intercambio, las relaciones horizontales, la amistad, los lazos de amor que superan la guerra y promueven la paz y el respeto a la divergencia, la heterogeneidad cultural, las miradas filosóficas, éticas y teológicas donde el centro es el ser humano, el respeto a la vida con sus derechos humanos y al compartir armónico de todos los pueblos para la protección del ambiente, las culturas y el cuidado de la madre tierra por cuanto todos somos seres planetarios.

La Lucha continua con Chávez al frente
y Fabricio Ojeda con Bolívar sigue presente*.


Bettyoso@hotmail.com

Bibliografía:
1) MORALES Otoniel. El imperio estadounidense y América Latina (1947-1995) alianza y conflicto. Presente y Pasado. Año 1, Nº 1, Ene-Jun (1996) p.79.
2) FABRICIO OJEDA Dignidad y Firmeza Revolucionaria. (2007). Colección Historia. Ediciones COFAE. Caracas Venezuela. N° 3.
3) Gadamer, Hans-Georg. (1977) Verdad y Método. Salamanca: Ediciones Sigueme.



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Betty Osorio y José Valero

Profesora de la Universidad de Los Andes, Mérida y titiritera

 bettyoso@hotmail.com

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