En Caracas, la revolución pierde también las elecciones en el Municipio Metropolitano, aparte de los ya sabidos municipios de Chacao y Baruta y del municipio Sucre del estado Miranda. Se ganó en el municipio Libertador, el cual tiene más habitantes que la suma de los municipios mirandinos. Pocos se esperaban la derrota de Aristóbulo dadas sus condiciones y la subestimación que todos hicimos de Ledesma, aunque era previsible si se la hubiera analizado desapasionadamente. Como en el municipio Sucre, el pueblo, mayoritariamente al lado del proceso, no sale a votar y desestima las exhortaciones presidenciales.
El drama se inicia hace cuatro años, cuando equivocadamente se escoge a Juan Barreto como candidato a Alcalde Mayor, sin saberse en absoluto los criterios utilizados ni los análisis efectuados para su designación. Barreto no es un “hacedor”, no tiene cualidades de gerente, es más un “hablador” al que “se le ocurren cosas”. Su desempeño hubiera sido mejor en lugares de “habladeras cualesquiera”, como es el caso de la Asamblea Nacional. Barreto se dedicó a tener algunas ocurrencias, lo cual es una labor muy difícil y muy mal visto en un gobierno donde toda la imaginación está en manos del Presidente.
Recuerdo de Barreto su hostilidad, en todo momento, con los alcaldes de la oposición; recuerdo sus “decisiones” sobre los campos de golf del Country Club de Caracas y del Country Club de Valle Arriba, recuerdo su polémica con Bernal sobre la fecha de la fundación de Caracas. Su actitud, guardando las enormes distancias del caso, tendía a parecerse a la del Presidente, una osadía difícilmente permisible. Barreto no enfrentó los gravísimos problemas de Caracas, pues esa no era su preocupación como alcalde.
La víctima del pase bolivariano de factura a Juan Barreto fue Aristóbulo, quien también recibió un fuerte coletazo con la factura cobrada a José Vicente Rangel Ávalos en el municipio Sucre del estado Miranda y que llevó a que la gente no asistiera a votar. Además, la votación de Jorge Rodríguez en Caracas no fue lo suficientemente alta como para compensar la abstención del municipio Sucre. Por último, la maquinaria partidista se descuidó al pensar que Ledesma no tenía ninguna posibilidad de triunfo.