Las destempladas e impertinentes declaraciones ofrecidas ayer en Miami por el presidente Alejandro Toledo en torno a la situación venezolana constituyen una flagrante intromisión en nuestros asuntos internos que rechazamos categóricamente, no solamente por ser violatoria de las más elementales normas que rigen las relaciones entre países soberanos, sino fundamentalmente por que agreden desconsideradamente a nuestro gobierno, al actual proceso político venezolano y al pueblo mismo.
Los propios hechos acaecidos en nuestro país esta semana son una contundente demostración del carácter profundamente democrático que caracteriza a nuestro gobierno y al proceso político en marcha: la demostración de fuerzas opositoras realizada el jueves pasado y otras similares, se han desarrollado de manera absolutamente libérrima sin que se produjese represión alguna en contra de estas manifestaciones. No es el mismo caso de situaciones producidas en el Perú, donde manifestaciones populares en las que la población se enfrenta a la política neoliberal del señor Toledo son enfrentadas con violenta represión. Arequipa es un buen ejemplo de ello. En Venezuela, entérese señor Toledo, no hay ningún preso político, ni una sola persona que haya sido torturada, ni ningún periodista encarcelado o perseguido por sus ideas, ni ningún político detenido por sus opiniones. Por otra parte, muy al contrario de lo que una prensa interesada pretende comunicar, la disciplina, orden y conciencia ciudadana que anima a los partidiarios del gobierno ha sido ejemplar, y así se puso de manifiesto en la mayor concentración de personas habidas en nuestro país, que expresaron el domingo pasado su apoyo al gobierno del presidente Chávez. Ese pueblo, cuya profunda vocación democrática ya se puso a prueba, y vaya de qué manera, cuando logró el pasado mes de Abril, al lado de la Fuerza Armada Nacional, restituir el orden constitucional violado, no le acepta señor Toledo sus acusaciones infundadas, interesadas y falsas. Ojalá la democracia peruana tuviese hoy día el dinamismo y la fortaleza de la democracia venezolana.
Es cierto, en Venezuela se desarrolla actualmente una intensa lucha política que desarrollamos dentro de los cauces de la democracia, y esa es justamente nuestra mayor fortaleza: Nuestro apego a la Constitución Bolivariana y a las normas democráticas. Son solamente las fuerzas opuestas al actual gobierno las que han utilizado procedimientos no democráticos, contrarios justamente a los principios establecidos en la Carta Democrática que usted hoy pretende invocar. Hemos aceptado a la ONU, la OEA y al Centro Carter como facilitadores de un diálogo necesario, no porque hubiese una situación de violencia sino justamente para evitarla, para que todos se ajusten al comportamiento democrático. Sean bienvenidos los facilitadores de ese diálogo, no los enredadores que, por otro lado, tratan de esconder sus propias crisis nacionales incursionando de manera irresponsable e irrespetuosa en los asuntos internos de otros países. Porque usted produce estas declaraciones en momento en que en su propio país es cuestionado seriamente; las encuestas le dan sólo un 7 % de respaldo. Esta falta de apoyo popular tiene que ver con su política económica y social. Todos sabemos su propio origen: usted fue una imposición del FMI y de la banca privada que lo financió. Usted pretende ser el líder del neoliberalismo en América Latina, defensor a ultranza del ALCA, pero le sugerimos verse en el espejo de Argentina. Por lo demás, le exigimos que no politice a la Comunidad Andina, pues le produciría a esta organización un daño irreversible. No se haga usted vocero del unilateralismo como tendencia política y económica mundial, reivindique con el pueblo latinoamericano al multilateralismo como expresión universal de la democracia. Y respete al pueblo y al gobierno de un país amigo que no persigue otra cosa que la profundización de la democracia.
Es auténtico
José Albornoz
Secretario General del PPT
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