123, Chávez menciona el magnicidio de mi padre y dice:
"¡Hemos abortado un magnicidio!. Estuvimos a punto.
Jorge Eliécer Gaitán hubiese sido Presidente de Colombia; la oligarquía
colombiana lo odiaba, el pueblo colombiano lo adoraba, y en una ocasión
Gaitán, q.e.p.d., pocos días antes de que lo mataran dijo algo y se
equivocó en esa expresión dos veces. Dijo:
- "La oligarquía colombiana - le preguntó algún periodista - hay rumores
de que a ustedes lo pueden matar, usted no se cuida, ¿usted no tiene temor?
Entonces él dijo:
- "No, a mí no me van a matar porque la oligarquía colombiana no me va a
matar porque ellos saben que si me mataran un baño de sangre caería sobre
Colombia. Y pasarían 50 años para que las aguas volvieran a su cauce".
Gaitán se equivocó doble ese día.
Primero, a los pocos días le metieron cuatro tiros en una calle de Bogotá y
lo mataron; y segundo, un baño de sangre cayó sobre Colombia.
Pero se equivocó, porque han pasado 50 años y más y el baño de sangre sigue
todavía cruzando a Colombia. Vean las noticias."
Pienso, con todo respeto y con el afecto, admiración y solidaridad que tengo
hacia Chávez y hacia la Revolución Bolivariana en Venezuela, que esta vez el
Presidente Chávez se equivocó, porque SÍ es cierto lo que dijo mi padre: que
pasados 50 años las aguas regresarían al mismo nivel. Es que desde afuera
puede que no se vea lo que aquí está pasando. Pero el pueblo colombiano ha
comenzado a decir ¡BASTA! Se está organizando, se está movilizando. Yo
siento un ambiente de rebeldía que antes no percibía. Los partidos
tradicionales, el liberal y el conservador, están perdiendo credibilidad. No
lo digo solo yo. Ellos mismos lo dicen. No ha habido en Colombia, desde la
muerte de mi padre, mejor momento para actuar políticamente en la
organización y movilización populares. Yo siento galopar la revolución en
Colombia y la memoria de mi padre está sirviendo de aglutinante. No en vano
el Consejero de Paz y Convivencia del Presidente Uribe, el psiquiatra Luis
Carlos Restrepo, ha dicho textualmente refiriéndose a mi padre en un
artículo que tituló "La sangre de Gaitán": "Cuando una cultura empieza a
convertirse en campo de difuntos insepultos - que nos acechan con su hedor
(sic) para que derramemos de nuevo sangre y saciemos sus anhelos de venganza
- se hace imprescindible aclimatar la profesión de enterradores. Astutos
maestros del olvido que nos ayuden a recuperar la fuerza y la inocencia en
aquellos momentos en que el culto a los muertos - y a los poderes que los
representan - torna irrespirable el ambiente para los vivos. Momento de
suscribir un nuevo pacto con aquellos que se han ido, escribiendo sus
nombres en cometas para contagiarlos con la liviandad del viento. Momento de
declararnos insolidarios con la historia, de asumirnos como apátridas si la
patria se sigue reduciendo a la estupidez colectiva de aplastar la vida para
que la sangre de mártires y caudillos continúe viva". Así habla el consejero
del Presidente Uribe, porque ellos saben, porque ellos perciben, que la
memoria de Gaitán es todavía un acicate de lucha para el pueblo, un
aglutinante para la batalla y por eso quieren enterrarlo.
Por eso han golpeado duramente nuestra labor en el Instituto "Jorge Eliécer Gaitán" y me han amenazado de muerte, porque saben que aún muerto Gaitán es un peligro
para ellos y que deben sepultarlo definitivamente. Por eso es tan importante
para nosotros que el próximo año, cuando el 23 de enero del 2003 se
conmemorará el CENTENARIO DEL NATALICIO de mi padre, que logremos realizar
un gran acto continental conmemorativo, como el que prepara Cuba para los
150 años del natalicio de José Martí que se cumplirá el 28 de enero del
mismo año, con el que se le demuestre a la oligarquía colombiana que las
enseñanzas de mi padre, de rebeldía, de defensa de los intereses populares y
de compromiso con la patria y con la historia, no lograrán enterrarlas y que
estamos viendo que las aguas están llegando, después de 50 años, a su nivel
normal, o sea, que el pueblo quiere asumir el papel de protagonista
principal de la vida nacional. Es por eso que los gaitanistas doctrinarios,
que estamos organizados en Círculos Gaitanistas y unidos en la Asociación de
Amigos de Jorge Eliécer Gaitán, esperamos el apoyo del pueblo venezolano, de
los pueblos de Nuestramérica, para este propósito y, lo esperamos,
concretamente del gobierno del Presidente Chávez.
Pero, antes de despedirme, quiero expresarles que los colombianos
solidarios con la Revolución Bolivariana estaremos fraternalmente pendientes hoy a
la espera de que el pretendido paro se convierta en un boomerang contra quienes
lo propician porque solo piensan en sus mezquinos intereses económicos y no en el
bienestar colectivo y popular.
Cordialmente, Gloria Gaitán