Las declaraciones de ayer 30 de marzo de 2014, del representante del Presidente Santos en las negociaciones de paz en La Habana con la guerrilla de las FARC-EP, doctor Humberto de la Calle Lombana, son una confesión abierta y declarada sobre la urgencia que tienen las autoridades colombianas de ocultar, a cualquier precio, lo sucedido políticamente entre los años 1945 y principios de 1949, ya que, de conocer la opinión pública lo que sistemáticamente se ha venido ocultando sobre este período histórico, quedaría a la luz del día el hecho indiscutible y comprobable, que fue el Estado colombiano el que le dio inicio en esos años a la Violencia política en Colombia para impedir el ascenso del pueblo al poder y que, por lo tanto, debe pedir públicamente perdón, señalando con nombres propios a los responsables, tanto dirigentes liberales como conservadores que, premeditada, deliberada y sistemáticamente generaron el genocidio que produjo la inevitable reacción de defensa de la vida de los humildes, dándole origen al conflicto armado que aún padece Colombia.
Todos los intentos de paz y desmovilización de la guerrilla que ha gestado el Estado colombiano han estado acompañados por el ocultamiento sistemático del origen del conflicto a fin de lavarles las manos a los dirigentes colombianos para que esa casta gobernante permanezca en el poder.
Repitiendo la torticera maniobra de encubrimiento de la comisión investigadora creada en 1958 y la elaboración del libro titulado La Violencia en Colombia, que silenció por completo a los autores que en esos años gestaron el derramamiento de sangre del pueblo para frenar su avance hacia el poder, como también lo hizo premeditadamente la Ley 1448 de 2011 llamada Ley de Víctimas, que reiteró la orden de callar ese período histórico, lo que desembocó en el sesgado informe del año pasado titulado ¡Basta ya!, ahora informa textualmente el noticiero de televisión de Caracol que: “Las Farc al inicio del ciclo había señalado la necesidad de crear una Comisión de la Verdad para establecer la realidad del conflicto armado en el país. Sobre el tema Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del gobierno – continúa informando Caracol - se pronunció diciendo (y se ve al negociador leyendo lo siguiente): “Creemos que esta comisión debe funcionar como producto del acuerdo del fin del conflicto. En ese momento, no antes, cuando hayamos pactado un acuerdo para la terminación del conflicto en el cual se recojan los acuerdos sobre los seis (6) puntos de la agenda en discusión”.
Esta declaración demuestra que TODOS los acuerdos anteriores y el de ahora, deben encubrir la verdad para que la paz se acomode al propósito de que sean los mismos sucesores y herederos familiares y/o políticos de los responsables de la Violencia, generada por la oligarquía liberal-conservadora, los que sigan gobernando.
Porque de llevarse a cabo ya esa comisión de la verdad que piden las FARC-EP – en la que la familia Gaitán espera participar para darle a conocer al país las pruebas contundentes sobre el genocidio premeditado, sistemático y generalizado que protagonizó la oligarquía con el propósito CONCRETO de impedir el triunfo popular que era inatajable para las elecciones presidenciales de 1950 – se restablecería la memoria histórica, demostrando que la misma casta oligárquica que hoy ha heredado el gobierno de sus antepasados frustró el triunfo popular mediante el baño de sangre de las huestes gaitanistas y que es a “sangre y fuego” como se han mantenido hasta hoy en el poder.
La oligarquía colombiana, con las declaraciones de Humberto de la Calle, ha confesado que requiere ocultar la verdad para desmovilizar a la guerrilla y pactar la paz con el fin de seguir gobernándonos a sus anchas y bajo su autocrático dominio.