Que no lo dude nadie, la eventual elección de Álvaro Uribe a la presidencia del hermano país y el Plan Colombia, son dos de las mayores amenazas que enfrenta el pueblo y el gobierno venezolano. El primero, representa la opción guerrerista de quienes vieron con agrado el golpe de estado y el segundo, intenta controlar no solo a Colombia sino también a Venezuela. Por su parte, Heinz Dieterich, va más allá y afirma que el mismo “ busca consolidar la hegemonía de los EE.UU. en el nuevo orden mundial”.
El próximo 26 de mayo los colombianos elegirán nuevo presidente y todo hace suponer que será Álvaro Uribe Vélez, de 49 años, graduado en Derecho y Cs. Políticas con especialización en Harvard. Èl ha basado su campaña en la noción de “mano dura” para enfrentar la guerrilla, armando a un millón de colombianos, lo cual produjo el asombro y la denuncia de Mary Robinson, Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
Durante su gestión como alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe, creo las cooperativas Convivir, que fortalecieron el paramilitarismo en la zona. Fernando Garavito, periodista colombiano, ahora en el exilio, afirma que durante el tiempo que fue Director de Aeronáutica Civil en Colombia (1980-82) las licencias del cartel al Medellín se incrementaron. Entre sus consejeros destacan Carlos Nader Simmonds, expresidiario en Florida y su jefe de campaña Juan Moreno Villa, dueño de una empresa de insumos químicos para la producción de coca, si vamos a hacer caso a los reporte de la DEA.
Todos estos lazos pretendieron ser indagados por Newswek en marzo de este año, lo que originó que el candidato cortara abruptamente la entrevista “señalando que él no respondía a eso”. Sin embargo, los paramilitares en la voz de sus jefes Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, no ocultan sus simpatías por Uribe Vélez y su rechazo por Chávez.
El principal argumento para aplicar el Plan- según el gobierno de Pastrana- es combatir el narcotráfico en Colombia, sin embargo, un negocio que mueve 400 mil millones de dólares anuales es “demasiado importante como para que los abanderados del poder mundial puedan liquidarlo” afirma Manuel Selgado, exvicepresidente del Congreso Ecuatoriano. Por eso las cosas se hacen al revés: se combate a los campesinos que la han cultivado durante siglos, pero son intocables las empresas químicas norteamericanas que producen el 90 % de los recursos necesarios para procesar la coca. Las cárceles se llenan de mulas mientras los banqueros que financian el negocio andan libres.
La verdadera cara del Plan es su componente militar: el 80 % de los 1.300 millones de dólares ofrecidos por Norteamérica son para compras de armas y asesoramiento bélico, acompañados de 400 asesores norteamericanos. Esto supuestamente reforzará al ejercito colombiano en su combate contra el narcotráfico, pero lo cierto es que el mismo servirá para combatir fundamentalmente a la guerrilla y apoyar a los paramilitares, quienes tiene una alianza con los militares para realizar el trabajo sucio de la guerra, llámese asesinatos y secuestros, entre los delitos más comunes, teniendo como principal objetivo eliminar lo que algunos analista llaman el triángulo radical, conformado por la guerrilla colombiana, la Venezuela chavista y el Ecuador de los Indios rebeldes. De igual modo, les preocupa un futuro triunfo de Lula en Brasil
Como puede apreciarse Alvaro Uribe y el Plan Colombia se complementan y se potencian el uno al otro, en un oscuro binomio que ven en Venezuela a uno de su principales obstáculos, por lo tanto un blanco a combatir. Preparémonos entonces porque que lo que viene es “candanga con burundanga” .