Si José Vicente Rangel me falta el respeto yo no tengo porque guardárselo a él. Demasiado le ha durado la patente de corso que obtuvo por denunciar con valentía -aunque nunca se sabe por qué no hay rasguños que mostrar y la política cuarta republicana es inmunda- el asesinato de Alberto Lovera. Me dirán que hay más denuncias. Es verdad. Pero también hay más denunciantes y muchos de ellos fueron también asesinados y ninguno vivió vida de privilegios dentro del "estamento" betancurista.
Jose Vicente es el único provocador que tenemos aquende la talanquera, si a ver vamos. No hay día que pase que no le recuerden que la derrota en Sucre y en Miranda por allí fumea. Por soberbia. Eso es provocar la ira del pueblo, del cual soy hijo. No hay día que la gente de pueblo no manifieste por tierra, mar y aire que su cruzada por el "diálogo" es una inmensa bolsería cuando la Historia (con HACHE mayúscula) nos ha demostrado una y otra vez que con el fascismo no se debate, al fascismo se le combate. Y quizás nos jodan: "Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen, ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos." (Salvador Allende, Septiembre 11, 1973)
Rangel (¡está de moda el apellido!) piensa que es una hazaña citar a Azaña, cuando debería citar como mínimo a Durruti, si quiere hablar de guerra contra el fascismo. Seguidamente desembucha: "en las filas del chavismo se impone una severa vigilancia y la autocrítica de aquellas actitudes repudiables, silenciadas debido a compromisos políticos o personales subalternos." ¿Lo dice por la Alcadía de Sucre? Agregando: "Hay que actuar con implacable decisión para condenar no sólo los hechos recientemente acaecidos, sino para detectar a quienes los planifican o se prestan a ejecutarlos. No puede haber vacilación de ningún género. A lo largo de la historia, el provocador directo o indirecto, comprometido o no, le hizo un daño irreparable a los procesos revolucionarios. Hay casos, incluso, en que acabó con ellos. Basta citar lo sucedido durante el gobierno de Allende."
Métete con el santo pero no me toques la limosna. No basta citar lo sucedido con el gobierno de la Unidad Popular, yo quiero que me lo expliques, José Vicente. Yo quiero leer en detalle tú interpretación de lo que aconteció en Chile. Te aseguro que eres una madeja de contradicciones, como buen católico que eres. Yo quiero que me expliques si el golpe de Estado fascista preparado en la Casa Blanca desde 1969 -cuando apenas asomaba el triunfo de la izquierda unida- y bajo la supervisión directa de Henry Kissinger era detenible con una mesa de diálogo presidida por un señor que aparenta ser bonachón y que quiere estar de buenas con dios, el diablo y el portero del purgatorio, en la tercera, en la cuarta en la quinta, y si su dios católico le da salud, también en la sexta.
Venezuela no está a la vera de una guerra civil. La pequeña-burguesía y los aspirantes (que son lo peorcitos) no tiene guáramo para empuñar un rifle. Lo más que puede haber es mercenarios pagados por Hillary Clinton, en representación de los "american interests". Eso es guerra. No es guerra civil. Aunque tú muy bien puedes jugar el último rol de Manuel Azaña. A mi, particularmente, no me extrañaría ese proceder. No habrá guerra civil. Hay guerra. Se está peleando esa guerra desde el 22 de junio de 1826. Los compañeros "díscolos" no están provocando, como tú acusas. Están reaccionando con naturalidad ante la permanente provocación. Otro gallo cantaría si los poderes "creedores" (creyones!) del Estado actuasen. Porque de revolución pacífica ("¡Pero armada! ¡Que nadie se equivoque!!!") estamos entrando en el umbral de proceso político pendejo desde el mismo instante en que, crucifijo en mano, Chávez ordenó el repliegue de las fuerzas populares. La Revolución victoriosa y popular apenas duró 48 horas. ¡¡¡Que nadie se equivoque!!!
¡Hazme el favor!, que algo queda...
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