En un artículo en un diario (12/6/04), el sacerdote Manuel Díaz A., en actitud proselitista, ataca a Alcalde Bernal porque calculó en 600 millones la restauración de María Lionza.
“Me llevo las manos a la cabeza” escribió el político de púlpito. Insinuaba que como la obra sólo amerita “retoques” los millones del erario público “van a parar a los bolsillos de quienes contratan”.
Se pregunta tendenciosamente “¿De dónde importarán la cabilla” “¿Vendrá el cemento de Persia?” El señor Díaz A. creyó que con su cínico artículo haría lucir a Bernal como corrupto. Pero sucedió la UCV, se llevó con bombos y platillos, vía microondas de TV a la diosa (20/06/04) para restaurarla -en otro acto politiquero pues esa escultura nunca fue incluida en los catálogos de obras de artes de la UCV-.
Días después, la directora de Patrimonio de la UCV, cuando le preguntaron por el tiempo y costo de la restauración, declaró “8 meses, y más de 1000 (mil) millones de bolívares”.
¿Qué dirá de esto el señor Díaz? ¿A dónde se llevará las manos ahora? Y como puso el ejemplo de una pulpería para ilustrar sus ironías, cabe bien decirle “Zapatero a su zapato”.
NO a los curas politiqueros.