Aún no se sabe quién ganará las elecciones de EE.UU., pero sí sabemos algo sobre el próximo presidente de ese país. Será de los más ricos del país y tendrá estrechos nexos con las corporaciones y los políticos de Washington. Estará determinado a imponer su voluntad en el "nuevo" Irak y no dudará en enviar más soldados. Va a defender al aliado favorito de Washington, Israel...no importa cuán brutal sea la represión israelí contra los palestinos.
Y sabemos esto por las declaraciones de Kerry, las cuales muestran que él está de acuerdo con Bush en mucho más de lo que difiere.
Lo único que se escucha en la campaña electoral estadounidense son las pequeñas diferencias entre los ods, porque para la mayoría de los liberales (progresistas) estas elecciones se han convertido en "las más importantes de nuestras vidas". Este resultado no cambiará el panorama político. Sobre la ocupación de Irak, por ejemplo, Kerry critica los cuándos y cómos, no los por qués--como si Estados Unidos debió haber invadido a Irak.
A los millones que se oponen a Bush y su guerra por petróleo e imperio, se les ha dicho que pueden detenerlo con su voto. Pero en la "oposición" tienen a un Demócrata que está tan comprometido con los intereses de Washington como Bush. Votar por Kerry es votar por las políticas de Bush, con otra cara. Si esta elección fuera "la más importante de nuestras vidas", ¿por qué los Demócratas no ponen a Bush a la defensiva? En cambio atacan a Ralph Nader, el único candidato que ha tomado los asuntos que Kerry no se atreve--la guerra contra Irak, la avaricia corporativa, y los ataques a las libertades civiles.
En julio, el director del Comité Nacional Democrático Terry McAuliffe habló por televisión para cotorrear acerca del financiamiento republicano de la campaña de Ralph Nader (candidato independiente de izquierda), pero se calló acerca de los esfuerzos de su partido para dejar a Nader fuera de las elecciones. Según dijo la Republicana Carole J. Jordan, "los Demócratas se quejan de la privación del derecho a votar [por los Republicanos], pero sin ningún problema le echan sus abogados a Ralph Nader". Cuando un Republicano sale defendiendo los derechos básicos democráticos, sabemos que los Demócratas se han sumergido a nuevas profundidades.
Atacar a Nader no es nada nuevo para tipos como McAuliffe, quienes lo culpan por la derrota de Al Gore en las pasadas elecciones. Los "progresistas" también se han sumado a la diatriba contra Nader, incluyendo a algunos que lo apoyaron en el 2000. El Partido Verde se rehusó a nominar a Nader este año, y escogieron a David Cobb, quien solo hace campaña en los "estados seguros" (donde hay mayoria democrata) para no amenazar a Kerry en los "estados en disputa". Su compañera de campaña, Pat LaMarche dijo a un periódico que no votaría por ella misma si esto afectara a Kerry.
En seguida, el columnista Norman Solomon, quien apoyó a Nader en el 2000, aplaudió a los Verdes y escribió, "a medio camino de las elecciones, mientras su base electoral decrece, uno de los grandes reformistas del siglo XX (Nader) se va a la deriva". Pero es Solomon quien está a la deriva y se aleja de lo que él mismo una vez abogó--la necesidad de una alternativa política independiente de los dos partidos corporativos.
Construir esa alternativa independiente empieza por rechazar la lógica del "cualquiera pero que no sea Bush".