En mi profesión de Contador Público, que ejerzo independientemente, he tenido clientes que han dejado de contratar mis servicios, después de años de buenas relaciones profesionales, una vez enterados que estoy identificado con el Proceso Revolucionario.
En el último o penúltimo año del siglo pasado hubo una encuesta internacional para “elegir” al mejor futbolista del siglo, equivocadamente, a mi manera de ver y sin ser experto en la materia, fue electo como tal Diego Armando Maradona, considero, como considera mucha gente, que a lo mejor si son expertos, que ese honor en buena ley debió otorgársele al Rey Pelé, sin embargo, sabemos que para este tipo de reconocimiento influye mucho el patrocinio comercial que tenga uno u otro deportista, esto generalmente es lo que inclina la balanza como en todas las cosas que tienen fines publicitarios.
A fuerza de justificaciones por parte de los medios de comunicación, hasta los que no creíamos que Maradona fuese el que mejor jugó al futbol en el siglo XX, terminamos admirándolo y queriéndolo mucho más que antes de ser elegido, pero resulta que a Diego se le ocurrió una vez identificarse con la Revolución Cubana y hablar bien de Chávez y Fidel, entonces dejó de ser admirado sobre todo por los escuálidos venezolanos quienes ahora lo tildan de todo lo malo que se les pueda ocurrir y se les olvida que si no fue el mejor si debe ser considerado, sin mezquindad alguna, entre los grandes del futbol.
Desde el año 1.959, cuando triunfó la Revolución Cubana, hasta finalizado el siglo pasado, para los venezolanos de derecha o de izquierda no existía personaje más admirado desde el punto de vista político que el Comandante Fidel Castro, buena parte de los periodistas que hoy en prensa, radio y televisión se la pasan hablando mal de Fidel, deseando que se muera en muchos casos y culpándolo junto a Chávez de todos los males que, según ellos, padecen Venezuela y Latinoamérica se peleaban para entrevistarlo o fotografiarlo; recuerdo cuando la coronación de Carlos A. Pérez en el año 1.989 se gastaron páginas enteras en los diarios dando la bienvenida al Comandante Fidel, que de buena fe asistió al acto, hasta un remitido firmado por puros comunicadores sociales en apoyo a Fidel y su Revolución fue publicado, pero Chávez , una vez insertado en la palestra pública, se declaró hijo político de Fidel y entonces se acabó toda esa admiración que los escuálidos venezolanos sentían hacia Castro.
Otro personaje admirado y querido por la gran mayoría de los venezolanos, de derecha y de izquierda, es el Ché Guevara, pero desde que Chávez apareció en la política siempre lo ha mencionado en sus discursos cuando habla de revolución y es junto a Cristo, Bolívar y Fidel guía de nuestro Comandante en este proceso de transición al socialismo.
Si un escuálido prescinde de mis servicios de Contador puede justificarlo tranquilamente alegando que ya no cumplo sus expectativas y que encontró otro que le cobra menos, eso sucede a menudo en esta profesión, por supuesto yo se muy bien que la única razón es el haberse enterado de que estoy identificado plenamente con las políticas del Gobierno Revolucionario.
Que los escuálidos venezolanos hayan empezado a odiar a Maradona y a Fidel podrán justificarlo basándose en ese axioma de que “si eres amigo de mi enemigo, también eres mi enemigo”.
Ahora bien; cuando asesinaron a El Ché en el año 1.967, Chávez tenía apenas 13 años de haber nacido y cuando empezamos los Venezolanos a saber de Chávez en el año 1.992 ya El Ché tenía 25 años de muerto, es decir, no creo que estos dos personajes hubiesen tenido oportunidad ni siquiera de verse, mucho menos de ser amigos, entonces qué excusa puede haber para que esos, que tanto lo respetaron y hasta lo idolatraron, puedan ahora odiarlo y aborrecerlo, será que con sólo mencionarlo en sus discursos y resaltar su obra El Comandante Chávez habrá sido capaz de cambiar en la tumba la forma de pensar o de actuar de El Comandante Ché Guevara.
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