LAS FUERZAS REVOLUCIONARIAS, DEBEMOS AVANZAR HACIA LA PROFUNDIZACIÓN DE ESTE PROCESO.
Un conjunto de Organizaciones Populares Revolucionarias, e individualidades, donde se encuentran intelectuales y artistas, hemos venido planeando que una Revolución y un proceso revolucionario, viene definidos antes que nada por el contenido de clase y las transformaciones correspondientes a dicho carácter que se lleva adelante.
Siendo esto así, y para que no exista duda y confusión al momento de la caracterización del desarrollo de los acontecimientos; por ninguna razón se puede olvidar que es el contenido de esa clase y la política económica, cultural y educativa de un gobierno, lo que define su papel histórico y su ubicación en las luchas; independientemente de que un gobernante y sólo él, tenga un discurso antiimperialista, antioligarca y anticlerical en el sentido de enfrentar la contrarrevolución.
Evidentemente las luchas que se han escenificado en el escenario Político-Militar a partir de 1989, han estado signadas por el carácter popular, asestándosele golpes y derrotas parciales a la burguesía y sus lacayos, pero esas victorias pequeñas o medianas no han redundado ampliamente a favor de las clases populares; por el contrario han terminado secuestradas y aprovechadas por los sectores socialdemócratas, de derecha y de izquierda.
Hasta ayer recientemente el panorama no era distinto, de nuevo la traición y la entrega de logros, de reivindicaciones populares, estaban a la orden del día. Las negociaciones en el ámbito electoral que se había venido desarrollando, donde la nota era retroceder en las posiciones para pactar entre el “Chavismo sin Chávez” la coordinadora democrática, la O.E.A y el Centro Carter. Estaba planteado con esta táctica minar la base moral del pueblo chavista y revolucionarios, para repetir la experiencia aplicada en Nicaragua, durante el Gobierno del Sandinismo, y que tambíen ewn Venezuela, mediante elecciones manipuladas por EU y la CIA, dieran la victoria a la elite de la descordinadora demoníaca.
Ante esta situación, es tarea ineludible para aquel que se considere defensor del proceso revolucionario, y aspire la transformación del orden existente, profundizar el estudio, la investigación de los problemas en general. Del tratamiento ideológico y de la claridad teórica que hoy le damos a los problemas de fondo de lucha de clase en el país, dependerá el rumbo de la revolución Bolivariana.
Observando los antecedentes que han movido la traición, el avance del reformismo y los intentos de retomar el poder, que sin duda vendrán por parte de los socialdemócratas, es que los trabajadores, el movimiento popular y el ejercito deben prepararse; sobre todo en la lucha diarias y concretas, si de verdad se le quiere arrebatar definitivamente el poder que todavía ostenta la oligarquía y sus aliados. Lo otro sería sólo competir ahora en la carrera para organizar el botín que contiene las migajas post-electorales (Consejalias, Gobernaciones, Alcaldías, etc.) conquistado sobre la miseria y la pobreza del pueblo.
El cuadro actual nos hace girar la mirada para ver que los intereses que defiende el comandante Chávez, no son los mismos que defiende la actual nómina mayor de PDVSA, la del BCV, Ministerio de Finanzas y una gran parte de funcionarios que permanecen en el actual equipo de gobierno.
Hasta el día de hoy existe la misma impunidad política y económica, se sigue favoreciendo a los grandes importadores, gran parte de las cooperativas están en manos de mafias organizadas, quienes impiden una nueva organización y un nuevo modelo de producción.
Un sector de esta mafia organizada representante de este gobierno en algunas esferas de la administración pública, independientemente de su origen de clase, no asumen ni siquiera en mínima proporción el proceso revolucionario; muy, por el contrario en el fondo añoran y defienden la estructura del estado burgués; son los llamados que “me pongan donde haiga”.
Estas capas se han convertido en la gran beneficiada de los logros alcanzados mediante los combates populares ; los más recientes son la gesta heroica de 11 de Abril y del reciente 15 de Agosto del 2004. Son los mismos que negocian una salida de reconciliación a su crisis, “borrón y cuenta nueva” para que se restablezca el viejo orden del estado sobre los oprimidos.
Estos que pregonaban que estamos en un periodo de transición, los que señalaban que íbamos a pasos de vencedores, solo que los pasos no terminan de pasar por los vencidos y a veces se sienten más los de la contrarrevolución. Con ellos que secuestraron las victorias del pueblo, no es posible el desarrollo de la revolución. A estos “revolucionarios de izquierda y derecha habrá que desenmascarar y ajustarles cuentas, para que termine de morir lo que tiene que morir y nacer lo que tiene que nacer. Para ese sector negociador, el proceso de Referéndum Revocatorio, se había convirtiendo en un fin inmediato a desarrollar, intentando ponerle un fin a la revolución y llevarla sólo por el camino electoral, donde de seguro saldrían victoriosos con la opción contrarrevolucionaria.
Para nosotros, los revolucionario, la consulta del referéndum, constituyó una etapa de la más urgente para profundizar la lucha de clase y agudizar las contradicciones en el mismo seno de los partidos y organizaciones que acompañan el Proceso Bolivariano. Significa entonces, la preparación militar, política e ideológica para la profundización y defensa de este proceso.
En este momento cuando, algunos señalan evitar las confrontaciones internas, se hace necesario que el pueblo y sus dirigentes naturales conozcan al enemigo, el de adentro y el de afuera, a la vez que en la toma de conciencia, se reconozca como fuerza emergente revolucionaria.
De este lado no hay crisis, existen las contradicciones inherentes al mismo proceso. Del lado de la oposición, hace rato que entraron en crisis los mecanismos de dominación; han sido incapaces de gobernar bajo el mismo engaño. En el terreno violento han sido derrotados, en el paro petrolero, en todos los intentos de golpe y en el campo electoral han sido derrotados ocho veces.
De los tantos males y pesadillas que aquejan a la oposición el más estructural , es que carecen de una sólida organización y cuadros políticos capaces de superar su propia ineficiencia, incluso no confían en uno sólo de ello para presentar una candidatura en las elecciones regionales y locales, mucho menos a la presidencial, para cuando el presidente termine su mandato Constitucional y se abra el nuevo escenario de lucha electoral.
En este momento de revolución dentro de la revolución y profundización de la misma, cabe recordar las palabras de Chávez, el 4 de Febrero del 1992 “El país tiene que enrumbarse a un destino mejor....”. Debe marchar hacia una situación verdaderamente revolucionaria, donde algunos gobernantes no puedan seguir mandando como hasta ahora lo han hecho y los gobernados no pueden seguir viviendo como hasta hoy lo han soportado. Esa será una de las etapas superiores de este proceso revolucionario.
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Prof. Bartolo Hernández
Escuela de Gestión Popular Alternativa
(EGEPAL)
Caracas 18-08-04