Porqué es importante el ecosocialismo

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece Artículo 127. “Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado. El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica.

EN ESTE PROCESO REVOLUCIONARIO LLEGARA EL MOMENTO EN QUE TENDREMOS QUE TOMAR DECISIONES IMPORTANTES SOBRE EL FUTURO DE NUESTRO DESARROLLO EQUILIBRADO TOMANDO ENCUENTA EL BIENESTAR DEL SER HUMANO Y LA NATURALEZA O DESARROLLISMO DESMEDIDO SIN TOMAR EN CUETA QUE IMPACTO QUE PODREMOS CAUSAR A NUESTRO AMBIENTE

En fin, la crisis sistémica evidenciada en Copenhague nos obliga a entender que el reto fundamental del ECOSOCIALISMO del siglo XXI es nada más y nada menos que propiciar una TRANSFORMACIÓN CIVILIZATORIA GLOBAL QUE LOS PERMITA VIVIR EN ARMONIA CON LA NATURALEZAY EL HOMBRE.

Y sólo con este horizonte en mente, podremos redefinir apropiadamente los objetivos estratégicos de las políticas a corto, mediano y largo plazo del Estado Venezolano, si aspiramos de veras construir una nueva sociedad que garantice la sobrevivencia y la calidad de vida de nuestra especie. De otro modo, corremos el riesgo de que nuestras políticas públicas no sean más que ejercicios burocráticos de reproducción del viejo orden capitalista al que aparentemente pretendemos transformar.

La explotación maderera de los bosques tropicales –con sus efectos letales sobre el clima del planeta-, por ejemplo, es apenas una de las muchas actividades económicas que tendrán que ser abandonadas o sustituidas. El modelo energético basado en la quema de los hidrocarburos es otro de los patrones tecnoproductivos que estamos obligados a reemplazar cuanto antes por un esquema centrado en energías limpias y renovables (solar, eólica, geotérmica, mareomotriz, etc.), lo que significa un enorme desafío para Venezuela y el resto de los países petroleros de América Latina y el mundo. Los sistemas agrícolas “modernos”, basados en la siembra de monocultivos con uso intensivo de agrotóxicos y semillas genéticamente modificadas controladas por las corporaciones, también deben ser urgentemente reemplazados por policultivos orgánicos que permitan alimentar a la humanidad sin destruir la Tierra eliminando la contaminación de las aguas de los suelos y fundamental preservando la salud del ser humano. Las grandes ciudades deben ser desmanteladas o reorganizadas radicalmente, para dar paso a patrones de asentamiento de la población articulados mediante sistemas de transporte colectivo a base de energías limpias, que nos permitan prescindir de los automóviles individuales a base de gasolina, diesel o etanol. Todos los ecosistemas que nos proveen de agua, suelos y aire limpios deben ser regenerados, lo cual implica una transformación profunda de la totalidad de los patrones de producción y consumo impuestos, a escala planetaria, por el sistema-mundo capitalista.

En efecto, la catástrofe ecológica en marcha exige no sólo socializar la propiedad y la gestión de los medios de producción, sino transformar la configuración misma de los medios productivos desarrollados por el capitalismo. Con esto me refiero a la necesidad urgente de evaluar las tecnologías y estrategias productivas hegemónicas, para desechar aquéllas que por su misma naturaleza son ecológicamente destructivas y fomentar las tecnologías y estrategias de producción limpias y sustentables. Esta es la vía para la supervivencia de la especie humana en el único planeta que tenemos la tierra, démosle un chance a la madre tierra.


sflores@ivic.gob.ve


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Saúl Flores


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