El pasado lunes en horas del mediodía, quien fuera hasta julio de este año ministro de la Defensa, y uno de los personajes emblemáticos del rescate de Chávez y su retorno a Miraflores después del triunfo revolucionario popular contra el golpe fascista de abril de 2002, ofreció una rueda de prensa en la que expresó públicamente las razones de forma y de contenido por las cuales no está de acuerdo con la reforma de la Constitución de 1999. Esto generó inmediatamente una ola de rumores, así como una avalancha de declaraciones de diputados, funcionarios del gobierno, y hasta del propio presidente Chávez, en las que se descalificaba a quien hasta hace poco fuera funcionario gubernamental, tildándosele de “traidor”, “saltatalanquera”, y otros calificativos.
El Movimiento por la Construcción de un Partido de los Trabajadores tiene una posición al respecto, que se distancia de las ofrecidas por la derecha golpista y proimperialista, así como de la manifestada por el gobierno y sectores del chavismo. Quisimos que fuera el propio Orlando Chirino, coordinador nacional de la Unión Nacional de Trabajadores y dirigente de nuestro movimiento, quien a través de un reportaje expresara nuestra postura.
¿Cómo ve Orlando Chirino y los promotores del Partido de los Trabajadores las declaraciones del ex ministro Baduel?
“Realmente Baduel no ha saltado ninguna talanquera, como tampoco lo hicieron Ismael García, Ramón Martínez, Didalco Bolívar, y antes de ellos Miquilena, Alfredo Peña o Guaicaipuro Lameda. Ninguno de ellos ha sido verdaderamente revolucionario, ni estuvieron nunca comprometidos con el pueblo y los trabajadores, mucho menos con el socialismo y la expropiación de la burguesía y las multinacionales”.
“La verdad verdadera es que sólo dejaron el gobierno o el chavismo para servirle o irse a la oposición de derecha, que es a donde pertenecen. El problema es que el presidente Chávez siempre les levantó la mano ungiéndolos como ‘revolucionarios’. Este es el destino de gobiernos de colaboración de clases como el del presidente Chávez, que no tienen empacho en albergar en su seno a personajes de derecha y vendérselos al pueblo como de izquierda y revolucionarios. Esto es un gran peligro para los trabajadores y el pueblo que tiene que dormir con el enemigo, gracias a la política del gobierno.”
“Por eso considero que es indispensable que sinceremos la discusión sobre Baduel y la reforma constitucional, ya que con acusarlo de traidor o pedir el paredón para él, lo que se hace es encubrir un necesario debate de fondo sobre el proceso revolucionario que transita el país y las perspectivas del mismo.”
¿Cuál es ese debate entonces?
“Consideramos que todas estas disidencias en el seno del chavismo y del gobierno reflejan que se está incubando una crisis mayor en su interior, producto de serias contradicciones entre sus distintos factores, las cuales se han puesto en evidencia con la propuesta presidencial de reforma de la Constitución, pero que ya se venían manifestando desde que el Presidente llamó a construir el PSUV, que como bien sabemos, ha significado una profunda reorganización de las jerarquías entre los factores que hacen vida en el gobierno. El reciente impasse con el general Müller Rojas y ahora con Baduel, reflejan que hay una disputa profunda en la que muchos están quedando marginados y otros sectores son los que están imponiendo las condiciones en el PSUV y en el gobierno”.
“Pero no se trata sólo del control burocrático del aparato del partido o del gobierno, porque lo que está detrás de este debate es mucho más cualitativo, y tiene que ver con cómo se concreta el viejo sueño que tienen todos los que están en el gobierno de desarrollar un proyecto nacionalista, que no rompa con la burguesía y permita convivir con todo tipo de explotadores nacionales o internacionales, que para nosotros es la esencia del actual debate sobre la reforma constitucional, más allá del discurso supuestamente socialista”.
“Esta disputa ha sido permanente y se ha desarrollado desde los tiempos de Miquelena y Alfredo Peña, pasando por Arias Cárdenas, más recientemente Podemos, y llegando ahora hasta el ex ministro de la Defensa Raúl Isaías Baduel. Las rupturas que cada tanto se producen y que se repetirán más a menudo, no se deben a “traiciones”, sino que reflejan el juego de posiciones o las relaciones que cada una de estas corrientes tiene con determinados sectores de la burguesía, en los cuales quiere apoyarse para implementar el proyecto nacionalista de conciliación de clases y de convivencia con la explotación capitalista”.
“Para muchos es evidente que los poderosos grupos económicos Mendoza y Cisneros, las multinacionales y sectores del capital financiero están presentes en la jugada y tratan de sacar la mejor tajada de esta situación. Lo más probable es que el general Baduel alentara a sectores burgueses distintos a los que protege la rosca que controla el gobierno, lo que lo llevó a perder espacio político al interior del mismo, razón por la cual ahora llama a votar No en el referéndum.”
¿Entonces no consideran ustedes que con la reforma se avanza hacia el socialismo?
“Ya lo hemos expresado en diversas oportunidades. Las críticas nuestras no son sólo de forma ni esencialmente democráticas, aunque también las consideramos importantes no son las trascendentales. Para nosotros lo fundamental es que con la reforma constitucional no se avanza hacia el socialismo, por el contrario se convalida la propiedad privada y por consiguiente la explotación capitalista sobre millones de trabajadoras y trabajadores venezolanos. De otra parte, se vulnera la soberanía sobre nuestro territorio y nuestros recursos, especialmente el petróleo, con la figura de la propiedad mixta, que abre de par en par las puertas a las transnacionales.”
“No es cierto que se consolida el poder popular, por el contrario, se pone en entredicho el papel protagónico de la población y de su capacidad de decisión, al incrementarse los porcentajes para hacer efectivos los revocatorios; se niega el derecho al voto para escoger a los vicepresidentes regionales, lo cual se establece como una prerrogativa unilateral del Presidente de la República; se crean zonas especiales sin participación popular; así como graves restricciones a las garantías democráticas como la libertad de información, la cual se suprimió del artículo 337”.
“Podría seguir argumentando muchos aspectos puntuales, pero lo importante que quiero señalar es que los objetivos generales y estructurales de la reforma constitucional no son la expropiación a los capitalistas y las transnacionales, la socialización de los medios de producción, el control de los trabajadores sobre la producción de bienes y servicios, y la distribución democrática entre todo el pueblo de los excedentes que produce la fuerza de trabajo”.
¿Pero la oposición dice lo contrario, al afirmar que se les van a confiscar sus propiedades?
“Es obvio que los capitalistas tienen que golpear con fuerza en este aspecto ya que para ellos no puede existir ningún cuestionamiento a la propiedad privada. Por eso se han quedado un poco más tranquilos con la decisión del gobierno y la Asamblea Nacional de ratificarles el derecho a la propiedad ‘privada’ y sus atributos, y ahora hacen mayores cuestionamientos de tipo ‘democrático burgués’, para empalmar con sectores estudiantiles que se oponen a la reforma o con el propio Baduel”.
“Para nosotros, la reforma constitucional es la continuidad de lo establecido en la Constitución de 1999 y en la política desarrollada durante 8 años por el gobierno, a través de la cual trata por todos los medios de imponer una política de conciliación o convivencia entre explotadores y explotados”.
“Entre otras cosas esto es lo que explica que a pesar de los grandes triunfos obtenidos por el pueblo y los trabajadores sobre la derecha y el imperialismo, estos sectores se reciclan, se recuperan y reinician importantes movilizaciones de su base social, apoyándose ahora en los estudiantes universitarios. ¿Cómo es posible que esto esté sucediendo? ¿Cómo es que la derecha está en posición de organizar los planes de desestabilización de que habla el gobierno? Esto es posible gracias a la impunidad reinante amparada por el gobierno, que posibilita que todos los golpistas civiles y militares anden libres y campantes, mientras que los que estuvieron presos se les hayan escapado en sus propias narices”.
“Pero no sólo políticamente se han recuperado, también lo han hecho económicamente, gracias a los buenos oficios gubernamentales los cuales han permitido que la banca gane millones de bolívares, convirtiéndose el de banquero, en el mejor negocio del país, como sin rubor lo dice Trino Alcides Días, superintendente de bancos; o por medio de las empresas mixtas establecidas en el sector petrolero y gasífero que posibilita que las transnacionales que participaron en el golpe y en el paro sabotaje se hayan convertido en socias del negocio petrolero, mecanismo nefasto y antinacional que ahora se quiere elevar a rango constitucional con la reforma; comprándole a las transnacionales a excelentes precios empresas como CANTV y Electricidad de Caracas, negociaciones que después se nos venden como supuestas ‘nacionalizaciones’, o llegando a acuerdos con golpistas proimperialistas como Gustavo Cisneros. De esta forma tan beneficiosa para la burguesía se concreta el lema gubernamental de que ‘ahora Venezuela es de todos’. Precisamente este es el drama de gobiernos como el de la Venezuela de hoy que parten de creer que es posible que los trabajadores y el pueblo podamos convivir con nuestros enemigos de clase, y a eso luego lo quieren llamar socialismo”.
¿Detrás del pronunciamiento del general Baduel no se está incubando una nueva acción golpista?
“Queremos decir algo con toda claridad, y esto va dirigido a la burguesía, a sus partidos golpistas y al imperialismo; si quieren aprovechar las declaraciones de Baduel para pescar en río revuelto, organizar güarimbas, desestabilizar o pensar si quiera en alguna aventura golpista, se encontrarán nuevamente de frente a los trabajadores y el pueblo. Desde las estructuras del movimiento sindical movilizaremos a los trabajadores para ocupar inmediatamente todas las empresas, así como a organizarnos para enfrentar al golpismo en todos los terrenos. Esto no es una amenaza. A diferencia del 2002, hoy estamos en plena capacidad de ejecutar esta acción”.
“Si la burguesía, el imperialismo y sus partidos, amparados en las declaraciones de Baduel, o en las movilizaciones estudiantiles, o por su propia cuenta, intentan alguna asonada golpista o desestabilizadora, defenderemos las conquistas de este proceso revolucionario y al gobierno del presidente Chávez de cualquiera de sus ataques, tal como lo hicimos en el golpe del 2002 y en el paro-sabotaje petrolero, pero lo haríamos sin darle un cheque en blanco y manteniendo nuestra total independencia política. Esta defensa del gobierno la haríamos en la perspectiva de profundizar el proceso revolucionario rompiendo de verdad con el imperialismo, la burguesía, los terratenientes y todo tipo de explotadores, así como con los burócratas y corruptos, para lo cual propondríamos un gobierno independiente de los trabajadores, los campesinos y el pueblo”.
“Es decir, nos movilizaríamos para expropiar a la burguesía, liquidar las desigualdades y avanzar hacia una sociedad sin explotados ni explotadores. Por ello les planteamos a los trabajadores confiar sólo en sus propias energías y en la fuerza de la movilización, de forma independiente del gobierno, así como en la necesidad de que nos organicemos en un partido propio de los trabajadores y los sectores oprimidos de la sociedad. Así como la burguesía tiene sus partidos, los trabajadores necesitamos nuestra propia herramienta política para luchar por el poder obrero y popular”.
“Si efectivamente es así como dice el gobierno, le exigimos que hable con toda claridad al pueblo y le diga en qué consiste ese plan, quiénes están detrás de él, quiénes lo financian y organizan. Eso no puede ser un secreto de Estado. Si hay un plan golpista en marcha, la mejor forma de desactivarlo es diciéndole al pueblo y a los trabajadores toda la verdad, y organizándonos en los sindicatos, en la comunidades urbanas y rurales para enfrentarlo y defender el proceso revolucionario mediante la movilización. Los que vamos a luchar contra algún enemigo debemos verle la cara, debemos saber de quien se trata. No basta con decir ‘allí viene el coco’, tenemos que saber a quien vamos a enfrentar para derrotarlo”.
¿No temen ustedes que por las críticas a la reforma constitucional sean catalogados como contrarrevolucionarios?
“Muchas gracias por hacerme esa pregunta. Consideramos que no se puede andar satanizando y calificando como contrarrevolucionario a todos aquellos que disientan con el gobierno. Debemos reivindicar el derecho democrático de cualquier ciudadano, especialmente de los que han defendido este proceso revolucionario, a emitir sus opiniones políticas con absoluta libertad”.
“Por otra parte, si bien no ponemos las manos en el fuego por Baduel por las razones políticas antes expuestas, rechazamos el expediente de claro corte stalinista de descalificar a través de la utilización de epítetos y calificativos como los de ‘escualido’, ‘traidor’, ‘salta-talanquera’, ‘agente de la CIA’, y otros, que funcionarios del gobierno, incluido el presidente Chávez, han proferido contra Baduel”.
En lo que respecta a nosotros y la posición política que hemos sostenido frente a la reforma constitucional, no aceptamos que se nos trate de descalificar con adjetivos como los de ‘traidores’ o ‘saltatalanquera’, por el hecho de tener posturas críticas a la reforma. Nosotros hemos estado en primera fila en los días del golpe y del sabotaje petrolero, enfrentando al imperialismo y a sus acólitos nacionales, así como defendiendo el proceso revolucionario, y como decía antes, lo seguiremos defendiendo”.
