Alrededor de 300 familias desplazadas invadieron este sector por falta de oportunidades para adquirir una vivienda digna, allí se instalaron en ranchos de plástico que albergan alrededor de 70 niños, 15 mujeres embarazadas y 30 ancianos, según sus habitantes.
Los habitantes sacan hoy sus pertenencias tras el violento desalojo que provocó un fuerte enfrentamiento con la Policía y dejó ocho heridos, entre ellos tres uniformados.