26 de oct. 2008.- Una vez que el satélite Simón Bolívar inicie su vida útil -primer trimestre de 2009- el Gobierno nacional ampliará significativamente su oferta de cara a los venezolanos. De la mano de la Cantv, empresa que será la operadora del Venesat-1, se espera un significativo incremento de los puntos de acceso a servicios de telecomunicaciones y de la propia oferta de este operador.
Internet en cualquier punto del país, telefonía, televisión y servicios de teleeducación y telesalud suenan entre las primeras ofertas concretas que se ofrecerán.
La tecnología satelital sin dudas impulsará, si se encamina bien, el ingreso de todos los venezolanos a la sociedad del conocimiento. Todo lo contrario pasaría si el poder de conectividad que generará el Simón Bolívar se utiliza para actividades partidistas.
Más allá de las especulaciones y temores que puedan surgir, el Gobierno nacional está afinando sus estrategias; quieren sin dudas aprovechar y "sacarle el jugo", no sólo para impulsar e incrementar su oferta de servicios; quieren ir más allá, aspiran a fabricar antenas bidireccionales -necesarias para la comunicación para la teleeducación, telemedicina- e incluso terminales o módems satelitales necesarios para decodificar la señal satelital y transformarla para que esté apta para el acceso a Internet y televisión, entre otros servicios.
Pero el reto no terminará allí; de hecho, aspiran a que sea la propia comunidad organizada la responsable de darle mantenimiento a toda la infraestructura actual y futura que se cree en cada pueblo, urbanización o poblado del país.
Pensando en esto, a comienzos de semana, Julio Durán, otrora presidente de Telecom, anunció el nacimiento de Vedesat (Venezolana de Despliegues Satelitales).
¿Qué hará Vedesat? En una primera etapa tendrá dos roles: uno, atender las necesidades primarias de mantenimiento de la oferta de servicios que se generen una vez operativo el satélite; la otra -y quizás la más importante misión-, será capacitar y educar a miembros de las comunidades para que creen empresas de propiedad colectiva que se encargarán desde reparar una computadora en un infocentro hasta colocar una antena satelital e, incluso, darle mantenimiento a una radiobase de Movilnet ubicada en la comunidad.
Durán es optimista. Estima que en 18 meses a dos años las comunidades estén plenamente adiestradas. No oculta su interés en que los operadores de televisión por suscripción, de telefonía móvil entre otros servicios telemáticos, piensen en el futuro que estas empresas comunales les presten servicios en las propias comunidades.
¿Serán dos años suficientes? Quizás sí, quizás no, dependerá en buena parte de la disposición de la comunidad, de las universidades, de la retroalimentación entre Gobierno, empresas y sector académico. Por qué no pensar que las propias empresas de telecomunicaciones establecidas formen a las comunidades. Sin duda, sería ideal que se genere esta retroalimentación.
Por una parte, Vedesat y el Gobierno en general podrían sumar más comunidades y más empresas comunales; por la otra, las empresas privadas, que también llegan a estas comunidades, tendrán aliados que velarán por el buen uso y conservación de la infraestructura instalada. En repetidas oportunidades se reciben denuncias y quejas de robo de fibra óptica, cobre, antenas satelitales. Finalmente la comunidad organizada tendría acceso a mucho más conocimiento e ingresos que se distribuirán en su propio beneficio.
