28 de octubre 2009. - Al cumplirse hoy cuatro meses del golpe de Estado en Honduras, la crisis política continúa sin solución por la negativa del régimen de facto de aceptar la reposición en el cargo del presidente constitucional Manuel Zelaya.
"Yo considero que a estas alturas después de cuatro meses, ya las autoridades de todos los países se han dado cuenta que en Honduras se está instalando un régimen dictatorial", denunció el primer mandatario legítimo.
Zelaya fue secuestrado y sacado a la fuerza del país por militares encapuchados el 28 de junio, el mismo día en que se iba a efectuar una encuesta para conocer la opinión de la ciudadanía en torno a futuras reformas a la Constitución.
Después de dos intentos infructuosos por volver a Honduras, el dignatario logró retornar sorpresivamente el 21 de septiembre y desde entonces se encuentra en la embajada de Brasil en esta capital, rodeada de un fuerte dispositivo militar y policial.
Regresé para buscar una salida pacífica a la crisis, para revertir el golpe y poder celebrar las elecciones y para que el país sea aceptado nuevamente por la comunidad internacional, dijo el primer mandatario.
Sin embargo, el diálogo iniciado el 7 de octubre bajo la supervisión de la OEA fracasó la semana pasada por la insistencia del jefe del régimen de facto Roberto Micheletti de mantenerse en el cargo.
Con la pretensión de revivir el diálogo, en las últimas horas llegó al país el secretario de Asuntos Políticos de la OEA, Víctor Rico.
También está previsto para hoy el arribo de una misión encabezada por el secretario de Estado adjunto para asuntos de América Latina Thomas Shannon.
El objetivo de la misión es hacer avanzar el Acuerdo de San José, promovido por Washington, que plantea como primer punto la restitución de Zelaya, aunque con una serie de condicionamientos que limitan sus funciones.
Horas antes de la llegada de la delegación, Micheletti reiteró su intención de no permitir el retorno del presidente e insistió en su propuesta de nombrar a un tercero para ese cargo, una maniobra que busca dilatar cualquier salida a la crisis.
