Honduras es un gran campo de lucha, dice Juan Barahona

El líder de la resistencia hondureña, Juan Barahona en entrevista exclusiva para teleSUR.

El líder de la resistencia hondureña, Juan Barahona en entrevista exclusiva para teleSUR.

Credito: TeleSUR

2 Noviembre 2009 - Juan Barahona, líder de la Resistencia contra el golpe de Estado en HondurasSé que quizá voy a parecer repetitiva, sin embargo, las asambleas dominicales en el STIBYS (Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas y Similares) en Tegucigalpa, pueden excitar hasta la persona más fría de la Tierra. Son una explosión de alegría resistente, de cantos, de consignas, de los alimentos preparados con amor por manos voluntarias para permitir subsistir a todas las personas en la resistencia.

Y es aquí que conozco personalmente a Juan Barahona, coordinador general del Frente Nacional contra el golpe de estado en Honduras, quien desde la época de la secundaria, cuando todavía era un adolescente, ha dedicado toda su vida a luchar por los pobres, para los más humildes.

Este movimiento del Frente Nacional, que coordina, me sorprende por su capacidad aglutinante, que ha sido capaz de llegar a un acuerdo con las fuerzas progresistas, las mismas que antes del 28 de junio, habían sido incapaces de conversar como iguales.

Al hablar con Juan, un hombre lleno de optimismo y buen humor, las canciones de la Resistencia son el trasfondo en mi grabadora, la banda sonora de estos días históricos, dolorosos, llenos de esperanza, pero también de sufrimiento, de ira y de impotencia frente a la violencia gratuita por parte del gobierno de facto de Gorilletti, perdón, Micheletti y sus lacayos complacientes.

“Honduras, el pueblo está contigo”… “Honduras, un pueblo que no calla//Honduras resiste a la batalla//para que vuelva José Manuel Zelaya”, son las palabras del himno de la Resistencia, escrito y regalado al pueblo hondureño por Abiayala, una agrupación de venezolanos, una forma de ayudar a los rebeldes a luchar contra el terrible y violento golpe de Estado del 28 de junio que secuestró en su país al presidente democráticamente electo, Manuel Zelaya Rosales.

Explica Juan Barahona que el Frente Nacional contra el golpe de Estado nació exactamente el 29 de junio, mientras que el pueblo hondureño estaba en plena revuelta en las calles, todavía sacudido por la acción violenta que alteró el orden constitucional, y sin embargo, ya habían decidido que la lucha para el regreso del Presidente y la Asamblea Constituyente no se detendrá hasta la victoria.

Aquel día de junio la gente empezó a darse cuenta de que necesitaba una estructura que le permitiera poner en práctica la coordinación -que en la actualidad incluye todos los sectores populares como los indígenas, los maestros, las feministas en resistencia, la población negra “Garifuna”, médicos, sindicalistas, campesinos, trabajadores, una parte de las pequeñas y medianas empresas, jóvenes y estudiantes, un sector de la Iglesia católica y evangélica contra el golpe de Estado, los artistas contra el golpe de estado, los abogados contra el golpe de Estado- y construir la estrategia para hablar con la Coordinadora del Partido Liberal contra el golpe de Estado y con el Partido Unificación Democrática.

Personalmente, me interesa mucho cuando Juan Barahona me dice que la estrategia del Frente se basa en una estructura horizontal, participativa, más típica de los movimientos sociales que de los partidos políticos tradicionales: la gente está cansada de la elección de representantes que son corruptos, que no mantienen las promesas hechas en la campaña electoral ni sus compromisos con los electores una vez elegidos, y después de obtener su “pequeño” espacio de poder.

El hecho nuevo es que incluso algunos de los partidos políticos tradicionales están de acuerdo con el cambio y en el trabajo codo a codo con el Bloque Popular, el grupo del Frente que contiene la parte del pueblo que no pertenece a partidos políticos.

Juan me dice que el golpe no los tomó por sorpresa: la rapidez de la organización se debe también a una amplia labor en los barrios y lugares de trabajo, asambleas populares que sirvieron para informar y preparar a la población, y han permitido una difusión a nivel nacional del Bloque Popular nacido el 2 de mayo de 2000, con la característica de ser un anti-movimiento, anti-sistema y anti-modelo.

La confrontación con el gobierno neoliberal ha sido muy difícil desde el principio y en agosto del 2003 el Bloque Popular ya había “ganado la calle”, y logró llamar a una huelga nacional en la capital, un fenómeno que fue capaz de paralizar las cuatro entradas de la ciudad. En otras ocasiones todo el país ha quedado paralizado por los bloqueos de las carreteras principales de Honduras. Un papel importante en el bloque es el realizado por la Coordinadora de Resistencia Popular, que reúne a todos los movimientos sociales.

Una cosa que me impresiona mucho es que la comunidad rebelde considera a Zelaya como un líder indiscutible. Justo antes de la conversación con Juan, el presidente democráticamente electo y sitiado en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa desde el 21 de septiembre, llamó por teléfono a Barahona y saludó a su pueblo, entre innumerables muestras de afecto y gritos de alegría.

“Debemos seguir gritando nuestras verdades, están tratando de silenciarnos para perpetrar sus crímenes con impunidad, pero no lo podemos permitir, yo soy la solución al golpe de Estado, no el problema, como dice Micheletti”, dijo Zelaya.

Y realmente creo que, lamentablemente, la comunidad internacional no actúa con suficiente firmeza para conseguir una solución democrática; por ejemplo, una delegación de la Unión Europea que se reunió para firmar un Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y Europa, ha preferido conocer en ¡Costa Rica!, lo que está sucediendo en Honduras: nada más se preocupan por resolver el problema del contrato sobre el banano y no acercarse demasiado a los rebeldes, por temor del contagio de una extraña fiebre progresiva.

Intrigada y fascinada por el apoyo al Presidente, me pregunto si el Bloque Popular, había apoyado a Zelaya desde el comienzo de su campaña electoral, y sinceramente Barahona me explica que la gente estaba desconfiada de su procedencia burguesa y se acercó a él cuando se dio cuenta de hechos concretos como la reducción del precio de la gasolina, la apertura al ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y, especialmente, el aumento del salario mínimo.

Después de esto, cuando Mel Zelaya, como cariñosamente lo llaman sus partidarios, sugirió la encuesta de las cuarta urna (para saber si la mayoría de la gente en Honduras quería convocar una asamblea constituyente), ya todo el movimiento estaba dispuesto a seguir juntos. Y como Juan dice, “estamos dispuestos a continuar esta lucha pacífica hasta el resultado final, como lo demuestran nuestros mártires, que no se murieron en vano”.

Y mientras que Juan pronuncia esta frase, un rebelde del Frente lo oye y me grita en la grabadora una de las tantas consignas, para reafirmar: “Sangre de mártires, semilla de libertad”. Pero… ¿toda esta energía, esta convicción y esta gran dedicación absoluta a esta nación, cómo ha comenzado en Juan?

El dirigente sindical, con su sonrisa franca y honesta, me dice que desde la secundaria era un muchacho militante. Asistió al Colegio más grande no sólo en Honduras sino también en toda América Central, el Instituto Central Vicente Cáceres y aquí, además de los temas de estudio, confiesa que él también aprendió a luchar en la calle para defender sus derechos de estudiantes. “Este instituto es famoso por haber formado los líderes que lucharon por las causas justas de los 70 y 80 y continúan hoy en la batalla, puesto que están en Resistencia, están enseñando a sus estudiantes a preservar la escuela pública y tienen que tener la fuerza, valor y valentía para defender su país y solicitar una nueva nación”. Y mientras Juan está hablando conmigo, creo que es realmente envidiable la fuerza de este hombre, que cumplió 55 años recientemente, el 12 de julio, y no pudo celebrar tranquilamente con su familia porque él estaba en la calle de la Resistencia, pero a cambio fue acompañado por el afecto de todo un pueblo.

Fijo mi mirada en la gorra con la imagen del Che Guevara, un símbolo de Barahona, que permite reconocerlo en forma rápida entre los cientos de “caminantes”, como llaman a la gente en la resistencia, cuando nos encontramos en el lugar de reunión todas las mañanas.

Un símbolo tan emblemático que, en el diálogo entre las dos delegaciones, una de Zelaya y la del golpe de Estado que tuvo lugar en un hotel a cuatro estrellas y muy snob, ha sido parte de su atuendo y el compañero Barahona no ha abandonado el Che Guevara y sus jeans fieles; por eso fue apreciado aún mas por los miembros del Frente: cualquier líder de un movimiento es amado por sus seguidores, por supuesto, cuando es coherente con sus ideales.

“Compañera, si usted tiene puesto este broche de Mel debe estar en la resistencia, entonces por favor, dile a Juan Barahona, que me conmovió cuando vi cómo estaba vestido en el hotel de los ricos, aún más porque no tenía saco y corbata y el Che Guevara estuvo presente en el diálogo, le dice que la gente lo quiere, porque no le interesan las convenciones vacías”, dijo un taxista mientras me llevaba a la casa donde estaba hospedada. Cuando le digo lo que pasó, Juan me mira con su amplia sonrisa y me dice: “me siento feliz cuando la gente comprende plenamente la forma de aplicación mía, siempre del lado de la gente; querida amiga, me alegro de que nos acompañe en estos momentos tan difíciles, la prensa internacional progresistas es la que nos permite vivir, tener una voz gritando en los oídos de los sordos del mundo, el tirano está tratando de tirarnos al olvido, al silencio, que nadie sepa las violaciones, la tortura, los abusos de poder que está soportando el pueblo hondureño”.

“Las cosas que han pasado han causado el hecho de que el pueblo hondureño siga en la calle, también después del retorno del Presidente Zelaya, también después de la formación de la Asamblea Constituyente, cuando se pueda lograr”.

“La gente hondureña finalmente dio una vuelta de cambio en su vida, los hombres de hoy, los de después del 28 de junio, no son los mismos que la gente antes del 28 de junio, hemos aprendido a luchar mucho más en estos últimos 4 meses que en los últimos 90 años”.

Después, saludo a Juan y le doy las gracias por la entrevista y le expreso el deseo de que su maravillosa gente pueda obtener el retorno, lo más rápido posible, de su presidente democráticamente elegido y la formación de una asamblea constituyente.

Recordando las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro, que tratando del tema Honduras, dijo: “Hemos visto surgir una nueva conciencia en el pueblo hondureño. Toda una legión de luchadores sociales se ha curtido en esa batalla. Zelaya cumplió su promesa de regresar. Tiene derecho a que se le restablezca en el Gobierno y presidir las elecciones. De los combativos movimientos sociales están destacándose nuevos y admirables cuadros, capaces de conducir a ese pueblo por los difíciles caminos que les espera a los pueblos de Nuestra América. Allí se engendra una Revolución”.


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