06 de noviembre 2009. - Quito / La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) condenó hoy la violación de los acuerdos políticos en Honduras por parte del presidente de facto de ese país, Roberto Micheletti, y exigió la restitución inmediata en el poder del mandatario constitucional Manuel Zelaya.
La Unasur, además, exigió el cumplimiento inmediato de los acuerdos alcanzados la semana pasada, que suponían una decisión del Congreso sobre la restitución de Zelaya en el poder y la conformación de un Gobierno de Unidad Nacional, que ahora pretende encabezar Micheletti, por su propia decisión y sin contar con su rival.
En un comunicado de la Unión, difundido hoy en Quito, el texto afirma que los miembros de la Unión coinciden con lo que han expresado los ministros de Relaciones Exteriores de América Latina y El Caribe, en la reunión que celebran en Montego Bay (Jamaica), en la que "condenaron" la posición de Micheletti de "conformar unilateralmente el Gobierno de Unidad Nacional".
Ello significa una "violación del acuerdo", señala el escrito de Unasur, que insiste en exigir que el pacto sea "cumplido de inmediato en su integridad y sin dilación".
Además, Unasur, cuya presidencia Pro-témpore la ostenta actualmente Ecuador, recordó en su comunicado que ya el 23 de septiembre pasado se pronunció "en favor de la restitución inmediata e incondicional" de Zelaya en el poder.
En esa fecha, la Unión declaró que el depuesto presidente hondureño debía volver a ocupar el cargo "para el cual fue legítimamente electo en las urnas, en estricto cumplimiento al mandato constitucional interrumpido violentamente el 28 de junio pasado", tras el golpe de Estado.
Además, la Unasur insistió entonces en expresar "su más enérgica condena al golpe de Estado" en Honduras y demandó "el respeto a los derechos humanos del pueblo hondureño", añade el texto oficial.
Zelaya fue detenido y expulsado del país por militares el pasado 28 de junio, y horas más tarde el Congreso nombró en su reemplazo a Micheletti, hasta entonces presidente del Legislativo y cuyo Gobierno no es reconocido por ningún gobierno de la Comunidad Internacional.
El pasado 21 de septiembre, el mandatario Consitucional regresó clandestinamente a Tegucigalpa y permanece en la embajada de Brasil.