16 de noviembre 2009.- Las elecciones del próximo día 29 en Honduras sólo conducirán al agravamiento de la crisis desatada por el golpe militar, a juzgar por el vasto rechazo popular a los comicios bajo el régimen de facto.
A este repudio se sumó este fin de semana la decisión del presidente constitucional, Manuel Zelaya, de impugnar la cita con las urnas, que considera una maniobra antidemocrática para encubrir la asonada castrense.
Zelaya, derrocado por los militares el 28 de junio pasado, anunció la víspera que no aceptará a esta altura del conflicto ningún acuerdo para restituirlo en el cargo, cuando apenas faltan dos semanas para la votación.
Fuerzas antigolpistas hondureñas y la mayoría de los gobiernos del mundo demandaron la reposición del estadista como única alternativa para lograr elecciones limpias, seguras y transparentes.
Las negociaciones con ese objetivo se iniciaron poco después del golpe, pero se prolongaron sin resultados aún durante más de cuatro meses, por lo cual Zelaya las dio por fracasadas el pasado día 5.
El gobernante constitucional anunció sus decisiones en una carta enviada la noche del sábado al presidente estadounidense, Barack Obama, a quien reprocha el apoyo a los comicios venideros, aún sin la restitución del ex gobernante.
En la misiva, Zelaya advierte a Obama sobre el carácter ilegal de esas elecciones, pues el Estado de facto que vive la nación centroamericana no brinda garantías de igualdad y libertad en la participación ciudadana.
Añade que son "una maniobra electoral antidemocrática repudiada por grandes sectores del pueblo para encubrir los autores materiales e intelectuales del golpe de Estado".
El estadista recuerda la represión a la que es sometido el pueblo por las fuerzas armadas y la policía, que ha dejado un saldo trágico de más de un centenar de asesinatos y cientos de heridos.
Subraya que realizar los comicios en esas condiciones "será una vergüenza histórica para Honduras y una infamia para los pueblos democráticos de América".
El Frente Nacional contra el golpe de Estado, amplia alianza de fuerzas sociales y políticas, ratificó que desconocerá los resultados de los comicios, a los cuales califica de farsa para legitimar a los golpistas.
Este Frente, que ha mantenido la resistencia contra el régimen de facto durante los últimos 142 días, desarrolla una amplia campaña de movilizaciones populares pacíficas para oponerse a los planes del régimen.
Alertó también de un monumental fraude en las urnas, bajo control de las fuerzas armadas desde el pasado 29 de octubre al estar a disposición del Tribunal Supremo Electoral.
Tanto el Frente como Zelaya ratificaron que continuarán la lucha hasta alcanzar la restitución de la democracia en Honduras.
Estamos firmes, decididos a luchar por nuestra democracia sin ocultar la verdad y cuando un pueblo se decide a luchar pacíficamente por sus ideas, no hay arma, no hay ejército ni maniobra capaz de detenerlo, afirmó Zelaya.