Tegucigalpa 26 de diciembre 2009.-El presidente Constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, dijo hoy que el gobernante de facto, Roberto Micheletti, ha "cumplido bien" con el mandato de la oligarquía empresarial, que le derrocó del poder el 28 de junio pasado.
"Micheletti ha cumplido bien su papel de esa oligarquía empresarial que me derrocó", indicó Zelaya a Efe en comunicación telefónica desde la Embajada de Brasil.
Zelaya permanece en la legación diplomática desde el 21 de septiembre pasado, cuando llegó por sorpresa a Tegucigalpa para exigir el mandato de la comunidad internacional para su restitución en la Presidencia de Honduras.
Agregó que su futuro sigue siendo incierto porque no está dispuesto a renunciar como presidente de Honduras. "Ese fue un mandato que me dio el pueblo y porque el Congreso Nacional no puede destituirme", dijo al respecto.
Dijo además que el "presidente electo" en los ilegales comicios del 29 de noviembre pasado, Porfirio Lobo, del opositor Partido Nacional, "tendrá dificultades para gobernar porque la comunidad internacional no reconoce esas elecciones espurias, ni reconocerá su Gobierno".
En ese sentido, Zelaya considera que "por eso es importante que se restaure la democracia en el país", lo que supone su restitución en el poder, lo que ya parece algo imposible porque Micheletti ha reiterado que entregará el poder el 27 de enero de 2010.
El mandato de cuatro años de Zelaya concluye el 27 de enero, cuando asumirá Lobo, quien también ha dicho que en su toma de posesión no deberían de estar ni Micheletti ni el presidente derrocado.
Micheletti asumió el poder el mismo día del golpe de Estado, por "designación" del Parlamento hondureño, organismo que entonces él mismo presidía, luego que primero presentara una carta de "renuncia" de Zelaya que luego resultó falsa, para después destituir al mandatario constitucional de manera ilegal.
Zelaya también expresó que no cree en la justicia hondureña porque sigue integrada por los mismos magistrados, el mismo fiscal general, los mismos diputados y los mismos militares que lo derrocaron.
"En Honduras se necesita un tribunal internacional para que se castigue a los golpistas, que a fuerza de fusil me sacaron de mi casa, de la Presidencia y me expulsaron del país", apostilló Zelaya.