Escuche declaraciones de Vladimir Villegas (MP3, 1,31 MB, 5m, 41s)
11 de enero 2010.-El profesor y analista internacional, Vladimir
Acosta, manifestó este lunes que las medidas económicas adoptadas por
el Gobierno Nacional y anunciadas por el presidente Hugo Chávez, tratan
fundamentalmente de una devaluación del Bolívar lo que traerá como
consecuencia beneficios en recursos para los sectores sociales.
Durante su intervención en el programa "De Primera Mano" que transmite Radio Nacional de Venezuela,
señaló que esta devaluación se realiza en dos planos, aumentando en 20
por ciento al dólar oficial, de 2,15 a 2,60 a aquellos sectores
considerados prioritarios; y una devaluación del 100 por ciento para el
resto de las operaciones de toda la economía, que de 2,15 pasa a 4,30
bolívares por dólar.
Acosta, refirió que el dólar estadounidense
es una moneda devaluada, que cada vez vale menos, pero sin que nadie
aprecie esa devaluación, la cual siendo real, se compensa con la
máquina imprenta de billetes que funciona en Estados Unidos, que de
manera irresponsable sigue imprimiendo billetes y todos los gobiernos
del mundo continúan aceptando como patrón.
Asimismo, apuntó que
el dólar ha sido una de las causas de la inflación en el país y de la
especulación que ha venido golpeando en los últimos años, la cual se ha
incrementado por los capitalistas que encuentran una justificación con
la obtención del dólar oficial y la necesidad de apelar a los otros
dólares, lo que permitía elevar de manera ilimitada el precio de los
productos.
Expresó que, lo más probable, en lo inmediato, en
consecuencia a la especulación y la histeria que han desatado esas
medidas, "el dólar innombrable" va a subir bastante; por ende, es
necesario que el Banco Central d Venezuela (BCV) pueda actuar
convenientemente para bajar este dólar.
En tal contexto,
Vladimir Acosta opinó que el Gobierno debió emitir un decreto de
congelación de precios por tres meses o más, calculando el tiempo de
que los depósitos o mercancía importadas y para los precios internos,
que ya tenían precios fijados, se agotaran para luego discutir con los
empresarios nuevos precios, que serán inevitablemente más altos,
afectando a la gran mayoría, pero serían menores que los impuestos por
la especulación.