21 de agosto 2010.-Con bombas lacrimógenas, palos y actos violentos, cientos de policías hondureños desalojaron a miles de educadores que, en reclamo pacífico de un diálogo directo con el presidente Porfirio Lobo, obstaculizaron las avenidas de Miraflores y de las Fuerzas Armadas en la ciudad de Tegucigalpa.
Los educadores exigen al Gobierno de Lobo la cancelación de sus pensiones y jubilaciones, además de un reajuste al alza del salario mínimo aplicado el año pasado. La deuda multimillonaria que mantiene el Ejecutivo con este gremio se calcula en casi 200 millones de dólares.
Las autoridades policiales locales informaron que durante el desalojo, al menos 20 manifestantes fueron detenidos y otros salieron con lesiones leves.
Ante el caos, los dirigentes magisteriales, quienes están apoyados por cuatro de los seis sindicatos agrupados en la Federación de Colegios Magisteriales de Honduras (FOMH), advirtieron que no continuarán en las negociaciones si no se libera a los detenidos.
El presidente del Colegio de Pedagogos de Honduras (Colpedagogosh), Joel Almendárez, informó que hasta este viernes no se ha producido un acuerdo definitivo con el gobierno de Porfirio Lobo, electo en unos cuestionados comicios organizados por el régimen de facto que sustituyó al Ejecutivo de Manuel Zelaya después del golpe de Estado de junio de 2009.
El dirigente alegó que las cosas se han puesto más difíciles en las últimas horas ya que la comisión asignada por el Gobierno para resolver el caos, constituida por el economista Rafael Leonardo Callejas; el ex director de fiscales, Humberto Palacios Moya y el ministro de Planificación, Arturo Corrales Álvarez; se ha declarado incompetente para llegar a un acuerdo con el gremio de profesores.
El Ejecutivo hondureño solicitó a los profesores un alto en la huelga, pero no dio fecha exacta para la cancelación de las deudas atrasadas que tiene con los profesores del país.
Este viernes su cumplieron 16 días de huelga nacional de maestros en Honduras, de los cuales los estudiantes ya llevan 12 sin recibir clases.
Pese a esto, Lobo no quiere dar su brazo a torcer e inclusive ordenó no pagar los salarios de los días que los maestros han estado en paro.