París, diciembre 18 - El venezolano Ilich Ramírez, alias "Carlos",
solicitó ser extraditado a Venezuela, tras ser condenado esta semana por
un tribunal francés a una segunda cadena perpetua, dijo hoy en una
entrevista a una radio estatal local.
Francia acusa a el Chacal,
de 62 años y nacionalidad venezolana, de encabezar unos atentados con
bombas hace casi tres décadas.
Ramírez ha estado encarcelado en
ese país por casi 20 años, tras ser capturado en Sudán y condenado a
cadena perpetua en otro juicio en el que se le acusó de matar a dos
agentes de la policía y a un informante en París en 1975.
"Hay
un acuerdo entre el presidente Chávez y (el expresidente francés)
Jacques Chirac de enero de 1999, confirmado por el presidente Sarkozy,
de que cuando termine el juicio yo regrese a Venezuela (...) La única
persona que puede oponerse a eso es el Jefe de Estado francés", dijo a
la radio.
El presidente Hugo Chávez ha manifestado varias veces
su apoyo a Ramírez, a quien considera un amigo desde el punto de vista
ideológico.
Un tribunal sobre terrorismo en París, integrado por
siete magistrados, dijo la semana pasada que Ramírez debe cumplir un
mínimo de 18 años en prisión como parte de su segunda condena, veredicto
que retrasaría la fecha en la que puede optar a libertad condicional,
prevista originalmente para 2012 .
Abogados defensores calificaron el veredicto de escandaloso.
Ramírez
alcanzó notoriedad por un asalto a una reunión de delegados
de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1975.
"A
mí que me condenen o que no me condenen me da igual. El problema es
político, se resuelve de manera política, a pesar de que traidores en
Venezuela, corruptos que reciben comisiones y están involucrados hasta
la cabeza en cosas sucias, hacen todo lo posible por retardar mi regreso
a Venezuela", añadió.
No quiso ofrecer detalles sobre la
apelación que introdujo su equipo de abogados después del veredicto,
pero dijo tener información de que será trasladado a una cárcel de
máxima seguridad bajo duras condiciones de reclusión.
"Un abrazo
mi comandante, pa' lante (...) Usted tiene un solo defecto: es
demasiado humano, un comandante de paracaidistas que no le gusta la
sangre. A mi tampoco me gusta la sangre, pero la sangre hay que
verterla, sobre todo la sangre del enemigo", dijo al final de la
entrevista en un mensaje dirigido al presidente Hugo Chávez, tal vez evocando el legendario decreto de Guerra a Muerte de Simón Bolívar, El Libertador.