En su edición del sábado 16 de junio el periódico griego en idioma ingles anuncia que ~Grecia define su futuro~. En la portada del mismo se ve una foto con Alexis Tsipras avanzando seguro, a paso firme y un Antoni Samaras esperando desconsolado la hora que marca su futuro.
Sobre el logo de ATHENS NEWS, así el nombre del periódico, se muestra una escena con Merkel, Hollande, Monti y Rajoy asustados esperando la hora de las elecciones griegas. Aterrorizad a los terroristas con vuestro voto, había dicho Tsipras, y ellos lucen verdaderamente atemorizados y se lo merecen.
Menos complicada es la escena en las calles de Atenas esta noche de sábado con 30 grados de calor, aparentemente normal. En los bares se transmite en directo el partido de futbol entre Grecia y Rusia. Grecia finalmente supera en las eliminatorias de la Eurocopa a Rusia y pasa a la siguiente fase. Las calles estallan de alegría como si fuera la obtención del título del mundo.
Debajo de esta euforia se cocinan decisiones más complejas. Los griegos se irán a dormir hoy con un dilema que tendrán que resolver entre esta noche y mañana temprano. Respaldarán a sus verdugos o votarán por un futuro seguramente difícil pero esperanzador y libre de las cadenas de la Troika europea.
Según las encuestas que privadamente reciben los partidos, y que no se pueden publicar desde el viernes pasado, dicen que la elección la definirá un 8% de los votantes que todavía, hasta ahora a las 12:28 a.m. de un 17 de junio histórico, no deciden como votarán. De lo que sí están seguros es que no volverán nunca más a apoyar a los viejos partidos. No apoyarán a Nueva Democracia ni al PSOK: partidos que firmaron la catástrofe actual y ataron el futuro de los griegos a los caprichos de la socialcristiana Merkel, el Banco Europeo y el FMI. Ese 8% de indecisos, deciden el futuro de Europa.
Grecia eliminó a Rusia de la Eurocopa. Y en las calles se respira el deseo de que Alexis Tsipras y Syriza, eliminen de una vez al régimen del terror y la corrupción de Nueva Democracia y el PSOK.
Se respira también un aire distinto. Al pie de la Acrópolis, caminando por las hermosas calles de Atenas, en esta media noche mediterránea, las parejas de jóvenes caminan abrazados, de vez en cuando se besan, miran el antiguo edificio que es el símbolo del nacimiento de la democracia en el mundo y suspiran. Quizás ahora sus urgencias no son políticas, pero ellos ya han elegido, mañana votarán Syriza. Ojalá que los indecisos se animen a dar ese paso que los llevará de la angustia a la libertad. Porque es cierto que habrá que luchar, pero no hay libertad más valiosa que la que se obtiene luchando.