27-06-13.-El internacionalista venezolano Ilich Ramírez Sánchez tuvo la última palabra este miércoles en el tribunal especial de París en donde fue condenado en apelación a cadena perpetua por cuatro presuntos atentados cometidos en Francia en 1982 y 1983.
El Tribunal de Apelación de París también impuso a Ramírez Sánchez (63 años) un periodo mínimo de 18 años antes de poder solicitar cualquier beneficio penitenciario, como en primera instancia.
“No somos terroristas, somos combatientes de la libertad”, subrayó él que la prensa mal llama “Carlosl El Chacal”. Ramírez ha estado encarcelado en ese país por casi 20 años, tras ser secuestrado en Sudán por los servicios secretos franceses.
El tribunal lo consideró culpable de complicidad, no como autor material, en los cuatro atentados objeto de este proceso iniciado el pasado 13 de mayo en el que también estaba encausada la alemana Christa Frohlich, juzgada en ausencia porque no quiso arriesgarse a acudir desde su país, donde está a resguardo de la justicia gala.
Frohlich, que había sido absuelta en primera instancia, hoy también fue absuelta por los diez jueces de la corte.
La Fiscalía había pedido para ella veinte años de condena por el atentado de la calle Marbeuf de París.
El fiscal Jean-François Ricard se esforzó en su requisitoria en subrayar la “gravedad excepcional de esos crímenes” con los que se intentó “aterrorizar” a Francia, así como la “extrema peligrosidad” de Ramírez Sánchez, que lleva casi 19 años entre rejas, así como la “inhumanidad total” que a su juicio ha demostrado, una vez más, durante las audiencias de las últimas seis semanas.
Los cuatro atentados causaron once muertos y cerca de dos centenares de heridos y, para la acusación, fueron la materialización de una “guerra privada contra Francia” desencadenada por Ramírez Sánchez en respuesta al arresto en París en febrero de 1982 de dos miembros de su grupo, incluida la que sería su esposa, Magdalena Kopp.
Insistió en que no era “un mercenario”, concepto que definió como “el que mata por dinero”.
Sobre el objetivo de esa causa, Ramírez Sánchez hizo diversas alusiones a su implicación en los movimientos para la liberación de “Palestina ocupada por heréticos no semitas (…) que explotan al pueblo autóctono”; pero también a su admiración por Stalin: “para mí es la referencia, con todos los errores que cometió”.
Igualmente alabó al derrocado líder libio Muamar Gadafi porque “tenía un sentido del deber histórico” y consideraba que el petróleo que había en el subsuelo de su país no debía beneficiar únicamente a los libios, sino a todos los africanos frente al imperialismo.
“Carlos” dedicó en total casi cuatro horas de monólogo a lo que él mismo había llamado por adelantado “desmenuzar” el proceso en el que se le juzga desde el pasado 13 de mayo, que descalificó como “irregular” y orientado en su contra por dos magistrados que “trabajan para la embajada estadounidense”.
Y recordó que tanto el juez instructor, Jean-Louis Bruguière, como uno de los fiscales, Jean-François Ricard, figuran en un cable diplomático estadounidense desvelado por Wikileaks en el que se relata que ambos acudían a la embajada de EEUU en París para contar procedimientos terroristas franceses bajo secreto sumarial.
Con información de Agencias