22-07-13.-“No hay elemento probatorio” que le dé sustento a la impugnación de las elecciones del 14 de abril que introdujo la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), aseguró el abogado constitucionalista Hermann Escarrá.
Por decir “puedo decir muchas cosas”, pero la prueba es “una foto a lo lejos, unos autobuses… Eso lo puedo hacer yo, pero cómo conecto eso con el argumento”, se pregunta el abogado, en conversación con el Correo del Orinoco.
“Creo que la impugnación electoral -yo la leí, la estudié- carece de argumentaciones jurídicas, éticas y morales”, sentencia.
“En el orden jurídico, las pruebas, que son fundamentales para un jurista, no son consistentes”, explicó. “En el orden ético y moral lo que procedía no era una impugnación, sino el reconocimiento honesto de quien había ganado las elecciones; en este caso, Nicolás Maduro Moros”.
Escarrá refirió que vio detrás de la impugnación “juristas muy serios, catedráticos que trabajaron el recurso”, y dijo esperar que “su discernimiento los lleve a entender que las pruebas no fueron suficientes”. A lo mejor “se vayan a actuaciones internacionales y eso se respeta, pero hay que entender que Venezuela tiene un posicionamiento como nunca en el orden internacional, por lo que es extremadamente difícil” que eso prospere. “Venezuela está como en una vidriera que ven todos los sectores; es líder en instituciones y organismos internacionales”.
No obstante, “si eso lo quieren ejercer, están en su derecho; de ninguna manera se cuestiona”, aclaró.
ANTIBOLIVARIANOS
Como parte de su análisis de la situación nacional, el abogado aseguró que, en ciertos sectores del antichavismo, se ha “llegado al extremo, y lo digo con dolor, de atacar al Libertador sin fundamentoa. Hay una corriente ahorita que está dedicada al cuestionamiento del fundador de la nacionalidad”. Cita a Miguel de Unamuno, quien dijo “que sin Simón Bolívar la mejor historia de la humanidad hubiera quedado incompleta, aquí tenemos venezolanos atacando al Libertador Simón Bolívar”.
“Eso preocupa”, añade Escarrá, quien piensa que “hay que empinarse sobre eso, y más bien buscar los puntos de coincidencia, que son muchos, pero hay que apartar la paranoia, hay que apartar la iracundia, hay que ser un poco más serio, proponer un pensamiento alternativo, que se respete, pero no lo hay, no existe un pensamiento; lo que hay son acciones, son denuncias y, al menos las que yo conozco, todas sin fundamento”.
Escarrá vincula el antibolivarianismo con el antichavismo. “En esa cosa desesperada, antichavista, se llevan, no la patria solamente, sino al Libertador Simón Bolívar; esto no es poca cosa, porque hay que ver lo que significa Simón Bolívar en nuestra historia y en la historia de la humanidad.
Es la primera vez que le toca ver una arremetida tan fuerte contra Bolívar, lo que golpea especialmente porque fue secretario de la Sociedad Bolivariana de Venezuela antes de cumplir los 25 años, y ha escrito sobre el Libertador. Siente “un gran amor y respeto por el Libertador” y señala que estuvo obligado “a estudiar la detracción bolivariana, pero yo no la había visto en estos términos en Venezuela”.
Cita a Salvador de Madariaga, uno de los más furibundos detractores de Bolívar, quien “mantiene en el fondo un gran respeto al Libertador, por su concepción de estadista, por su genio militar”.
A diferencia de los alegatos de Madariaga, Escarrá comentó que en estos días leyó “una declaración increíble, en la que se decía que el Libertador nunca estuvo en la Batalla de Carabobo. Por favor. Eso es el extremo del extremo. ¿Cómo se va a llegar allí? Hay una obra que se llama Los héroes olvidados, y yo la compré por el título; resulta que toda la obra, de principio a fin, está dedicada a denostar del Libertador con falsedades y mentiras”.
BUSCAN DESMONTAR DOCTRINA BOLIVARIANA
-¿Qué intención tiene el ataque contra el Libertador?
-Desmontar la doctrina bolivariana del Estado, desmontar la idea de un Gobierno Bolivariano, desmontar la unidad y la integración latinoamericana, desmontar el antiimperialismo, desmontar también la autodeterminación y la no intervención, desmontar el sentido de solidaridad hacia otros países y desmontar un principio fundamental: moral y luces son nuestras primeras necesidades. Uno ve que se pierde el discernimiento, y es una forma de llevarnos a estadios que suponíamos ya superados.
-¿Se suponía que los superamos cuándo? ¿En el siglo XIX?
-Se suponía que lo habíamos superado y resulta que hemos regresado a una especie de confrontación agresiva, sin contenido ideológico ni doctrinario. Yo creo que por eso algunos sectores dicen que renace el fascismo, porque se parece en la manera de intimidar, se parece en las mentiras como lo que dicen sobre la nacionalidad del Presidente; lo hacen adrede, porque cualquiera que lea la Constitución sabe exactamente, artículo 32, quiénes son venezolanos por nacimiento, a quién la Constitución considera venezolanos por nacimiento, y el presidente Nicolás Maduro es venezolano por nacimiento de acuerdo con esta Constitución y la anterior.
Hay, diagnostica, “mucho de mentira colectiva”. Producto del “golpe tan fuerte de la desaparición física del presidente Chávez hubo un descontrol que hay que comprender, más que estigmatizarlo. Se aprovechó esa circunstancia para colocar mentiras, lo que llamaba Mario Briceño Iragorry mentiras colectivas”. Y “al final ¿qué ocurre? Lo que ocurre en definitiva es que el pueblo va dándose cuenta de dónde está la verdad, quien está trabajando por sus necesidades, que es donde debíamos establecer un programa de acción, una agenda de coincidencias para entre todos resolver los grandes problemas nacionales”.
-¿Quién sembró esas mentiras colectivas?
-Hay parte de los medios de comunicación social; no voy a decir todos, pero algunos medios privados sin lugar a dudas. Pero también hay parte de sectores, incluso nuestra academia, nuestra intelectualidad, profesores universitarios. Yo mismo me quedé muy sorprendido cuando debatimos el tema de la juramentación presidencial y se dijeron tantas mentiras. No puede ser. Un constitucionalista, un jurista, tiene mecanismos de interpretación. Entonces resulta que el tema del sesgamiento, el tema del antichavismo lleva a no importar la patria, no importar las instituciones.
SENTENCIA HISTÓRICA
El abogado aseveró que “si no se hubiera producido esa sentencia histórica de la Sala Constitucional, sin lugar a dudas la confrontación no sé a dónde nos hubiera llevado, y eso no lo midieron. Hay personas que a veces lo cuestionan a uno, y yo me pregunto: ¿Y los 11 muertos no existieron? ¿Esos 11 nombres no existen?”. Alude así a las víctimas de la violencia del antichavismo.
Escarrpa enfatizó que la de la oposición no fue “una respuesta democrática, en el marco del Estado de Derecho y donde nadie está negando que se ejerzan los recursos que se quieran ejercer… Ahora, tiene que respetar, si usted no consigna las pruebas debidas, sin lugar a dudas tiene que saber cuál va a ser la decisión. No hay que ser un especialista extraordinario. Si yo no pruebo lo que argumento indudablemente quedo en una situación muy vulnerable, muy de sospecha ética y moral”.
-¿Continúa la crispación como hace tres meses?
-La crispación está en cúpulas, pero no a nivel colectivo. A nivel colectivo la gente quiere trabajar, la gente quiere resolver sus problemas diarios, la gente quiere construir sus destinos familiares y personales, y el Gobierno le está dando tranquilidad, le está dando paz, le está dando seguridad y le está dando demostraciones inequívocas de dedicación a esos problemas.
“No digo”, prosigue, “que no pueda haber errores; no digo que todo es perfecto. Lo que digo es que se está haciendo un esfuerzo y que los resultados se ven”. Por ejemplo, “cuando hablamos de la seguridad se plantea el programa Patria Segura, se plantea el despliegue militar, y entonces viene una crítica. ¿Qué hacemos? ¿Cuál sería la alternativa? No la hay; no hay una propuesta alternativa; lo que hay es una crítica a nuestra Fuerza Armada”.
Sobre el tema militar, alega que haber nombrado a una mujer como ministra del Poder Popular para la Defensa “es de verdad un hecho, además de republicano, extraordinario, que ha debido ser aplaudido por todo el país”.
Comentó que, aun cuando anteriormente hubo ministras de la Defensa en otras naciones, todas eran civiles. Con Meléndez “se trata de la culminación de una carrera brillante en el orden militar”, y de una mujer que está “directamente intentando llevar adelante los programas sociales”.