06-12-15.-Todas las conjeturas posibles se han tejido en torno a las elecciones parlamentarias convocadas para hoy. Todos los sectores se dan como vencedores en cada uno de los comicios, pero “es posible que el resultado no llene las expectativas de ninguno de los dos actores”, razona el profesor e investigador Javier Biardeau.
Pero Biardeau va más allá. En conversación telefónica con el Correo del Orinoco -y también lo ha sostenido en sus mensajes en redes sociales- insiste en que, gane quien gane, el país necesita consensos básicos.
“Se deben lograr consensos mínimos” para hacer frente a los desafíos del año 2016. “No se puede seguir manteniendo incertidumbre con relación a la situación económica; debe venir un reconocimiento de que el escenario petrolero no será igual”, expone.
Eso requiere “consensos mínimos: aclarar el panorama con relación al modelo económico, relación entre sector público y privado, medidas que se van a tomar, gasto público”, enumera.
En todo caso, para tomar medidas “el sacrificio principal debe ser arriba”, y por ello la ética pública “va a ser fundamental”. Estas ideas las ratifica Biardeau
“Gane quien gane, Venezuela requiere de consensos básicos, ¿Dijo usted acuerdos? ¿Es un usted un reformista? Escuche bien: consensos básicos”, tuiteó el docente de la UCV en su cuenta @jbiardeau.
CANSADOS DEL DESGASTE
La situación de mantener una estrategia de desgaste y confrontación “está completamente agotada para encarar las dificultades que vive el país en el ámbito económico y social, y en el ámbito propiamente de las expectativas positivas que puede generar el liderazgo político hacia la población”.
Según su análisis, “la gente se está cansando de una batalla polarizadora que no genera beneficios para las condiciones de vida”.
Otro asunto es cuánta estabilidad institucional se puede generar la próxima semana. “Espero que no se genere un ciclo de violencia, porque eso generaría más desconfianza”. Si los actores “parten de la premisa de la desconfianza, el otro actor no tiene incentivo para confiar en el que desconfía, y ese es un ciclo de retroalimentación bastante negativo” que impide “llegar a acuerdos mínimos, que es el camino que debe consolidarse a partir del resultado” del 6-D.
DESMENUZAR LAS POSIBILIDADES
De acuerdo con Biardeau, una abstención masiva del chavismo le daría la victoria a la oposición. Si el chavismo se abstiene se maximiza la oportunidad de la oposición. Tal como lo subraya, el chavismo debe salir a votar si quiere defender los logros que ha conquistado y si quiere presionar para una corrección del rumbo del Ejecutivo. Como analista, recuerda que el Gran Polo Patriótico ofrece la posibilidad de votar por tarjetas de otros partidos de izquierda.
Conoce bien los datos de las encuestas y, sin restarles méritos, advierte debilidades como que en algunas se recurrió a entrevistas telefónicas y muestras muy pequeñas por circuito. Cuestiona que, además, se diga que la intención de voto puede leerse como una definición del comportamiento electoral definitivo. “Las encuestas tienen debilidades”, manifiesta, y “están proyectando una expectativa desproporcionada para lo que ha sido la realidad electoral”.
Biardeau estima que las diferencias entre chavismo y oposición serán mucho más pequeñas y descarta que la oposición gane los dos tercios del Parlamento. A su juicio, el escenario más favorable para la oposición es de entre 88 y 100 diputadas y diputados, lo que sería “un éxito para la oposición y una catástrofe para el chavismo”.
A su juicio, esta elección tiene particularidades y complejidades por el carácter de las circunscripciones y porque “venimos de los resultados de una AN de 2010 que difícilmente pueden ser comparables con la situación de 2015”.
ESTRECHOS
El analista ve un escenario de diferencias pequeñas entre los dos grandes bloques. “Creo que el resultado va a ser estrecho para ambos contendientes, gane la oposición o Gobierno; no creo que haya una diferencia de más de 10 o 12 diputados, aun cuando la oposición tiene ventajas en el clima de opinión”, analiza. “No creo que gane uno u otro por más de 10 diputados”, calcula.
Solicita no olvidar que las encuestas “reflejan también un desencanto hacia la oposición, con un segmento de población que no se ha decantado” por la candidatura que más le simpatice. Tampoco cree que la oposición tenga una maquinaria como la del GPP o una alianza más cohesionada que la del chavismo.
En su criterio, “la gran incógnita es el peso que sigue teniendo la memoria del voto bolivariano”, al igual que factores como “el respaldo al presidente Hugo Chávez que aparece en la encuesta de Datanálisis, quien tiene un rememorar positivo de 58”. Factores como la maquinaria del PSUV y el rememorar de Chávez son factores que las expectativas opositoras están subestimando, asevera.
Para Biardeau, “aun cuando hay disposición para ir a votar la gente en el campo bolivariano duda de si participar o no, aun cuando también persiste la idea de que ‘para atrás ni para coger impulso’, y eso es algo que no leen las encuestas”.
Responsablemente argumenta que es muy complicado “que se pueda señalar a simple vista, con un muestreo nacional, el resultado probable del 6-D”, pues “a pesar de lo que muestran las encuestas hay una fuerza electoral en el campo bolivariano que, si no es debilitada por decisiones abstencionistas, por la abstención-castigo, puede generar sorpresas”.
El GPP tiene una ventaja histórica en cuanto a la movilización, además de contar con Chávez como “gran polo de referencia”. Mas afronta la desventaja de la desmoralización porque se habla de “la tesis del sacrificio compartido que no es compartido, porque se ve que el sacrifico es solo hacia abajo”. Está pendiente para el chavismo, por otra parte, asumir lo que el general Jacinto Pérez Arcay, maestro de Chávez, describió como una constituyente ética urgente, con una fuerte lucha contra la corrupción.