Caracas, 30.- En el día de hoy comenzaron las conversaciones entre el gobierno y un sector mayoritario de la MUD, con el auspicio de El Vaticano. Esta reunión exploratoria entre el Gobierno y parte de la oposición venezolana se encontraba todavía en desarrollo en horas de la noche del domingo 30 de octubre, teniendo como escenario instalaciones de La Rinconada, en Caracas.
En el encuentro participan por la oposición Jesús Torrealba, Carlos Ocariz, Timoteo Zambrano y Henri Falcón, mientras que por el Gobierno, está el propio presidente de la República, Nicolás Maduro, la canciller de la República, Delcy Rodríguez, el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, y el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas.
También se encuentran en la reunión acompañantes internacionales; entre ellos el presidente de la Unión de Naciones Suramericana (Unasur), Ernesto Samper, y los expresidentes de España, José Luis Rodríguez Zapatero, el expresidente de Panamá Martín Torrijos, y el expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández.
El representante del Papa, Emir Paul Tscherrig, abrió el evento y agradeció la asistencia. Definió el diálogo como el instrumento social para que "las diferencias se complementen en un proyecto común" y como fórmula para "encontrar el camino en el marco de la ley, y de la paz". Reconoció que no se trata de una tarea sencilla, pero "estamos llamados a mirar lejos para buscar el bien de este país y sobrepasar las dificultades", ante un país que está esperando "señales auténticas para comprender que el diálogo es una realidad".
En declaraciones que fueron transmitidas por VTV, el presidente de la República, Nicolás Maduro, le dió las gracias al Papa Francisco y destacó, durante el inicio del diálogo, que dicho encuentro era una oportunidad para desarmar el odio y la intolerancia. También gradeció a la MUD "por estar presentes". Afirmó creer profundamente en el amor como el arma más poderosa para un proceso de paz. Dijo: "A la MUD le tiendo la mano, y le tiendo la palabra para comenzar", al momento de la instalación de la mesa de diálogo. El presidente Maduro también coincidió en que diálogo "no tiene alternativa para la búsqueda del interés común del país" y afirmó: "Tengo un compromiso total y absoluto en estos procesos de paz". Señaló que: "Hay que ser optimistas cuando se trata de la paz".
El enviado especial del Vaticano, Monseñor Claudio María Celli, manifestó que el diálogo es el principal instrumento de la política. "El país está esperando señales auténticas para comprender que el diálogo es una realidad".
Monseñor Claudio María Celli, leyó una carta enviada por el Papa Francisco, y transmitió que el jerárca de la fe católica sigue muy de cerca la compleja situación de Venezuela, convencido de que "ningún pueblo puede resolver sus tensiones con la violencia, siempre hay otra oportunidad, hay que encontrar caminos que conducen a una paz duradera". Añadió el comentario papal de que así como hay muchas personas que ven el diálogo como la única vía para recorrer el camino de la paz; al mismo tiempo "existen personas que son contrarias al mismo porque están desilusionadas". Según el Papa "estamos enfrentando un profundo desafío" y "el diálogo es el camino central de la política". Al mismo tiempo señaló que "la política tiene el deber de servir por el bien común de un pueblo garantizando alimentos, medicinas" y que por consiguiente "hay que encontrar el camino de la paz en el marco de la Ley, la democracia y la paz; y el poder público y la oposición tienen el deber de defender la Constitución y hacer cumplir las leyes".
Sólo la representación de tres partidos que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se incorporó a la reunión mediada por El Vaticano para avanzar la exploración de las vías de conducción del diálogo nacional entre estos factores. No asistió el partido Voluntad Popular, por considerar que en estos momentos no estaban dadas las condiciones por razones que vinculó con la existencia de "presos políticos" y su apreciación de situaciones de represión.
Sin embargo también hay otros sectores políticos y sociales ausentes, no porque no quieran el diálogo, sino porque éste parece estar siendo limitado a sólo dos factores políticos: el Gobierno y la MUD, sin incluir a otras expresiones de la sociedad venezolana.
En representación de todos los integrantes de la MUD, los partidos políticos Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, en compañía del Secretario Ejecutivo de la alianza, Jesús Chuo Torrealba, dijeron a través de un comunicado que asistían en función de "cumplir con la invitación del Vaticano para avanzar en la conformación de un espacio de diálogo que permita dar soluciones a la grave crisis que atraviesa nuestro país".
No obstante aseguraron que todos los partidos se comprometían a mantener la "agenda de lucha" anunciada para forzar cambios políticos urgentes en el país, mencionando entre los puntos de ésta "la evaluación parlamentaria de la responsabilidad política del Presidente de la República en la crisis humanitaria" y la "lucha social, en la calle y con el pueblo", por lo que al momento de la comunicación aún no se tenía información sobre el mantenimiento o suspensión de la convocatoria a la anunciada marcha hasta la sede del Gobierno Nacional en Miraflores, prevista para el 3 de noviembre.
El comunicado emitido por la MUD también exige "el fin de la represión y la persecución contra los demócratas y el pueblo" y advierte que "se comprometen a levantarse del espacio de diálogo en caso de no ser resueltas las demandas en el corto plazo", sin indicar la duración de éste. El partido Voluntad Popular asume que de lograrse las condiciones planteadas se incorporarán en el proceso de diálogo.
Maduro, por su parte, plantea que el diálogo es una "oportunidad para desarmar la intolerancia", pero hasta el momento el gobierno y otras instituciones del Estado como el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral mantienen las posiciones asumidas respecto al referendun revocatorio, a las elecciones regionales, a la agenda parlamentaria y a las protestas de calle, denunciadas estas dos últimas como parte de una intentona golpista, mientras que la oposición ha acusado al gobierno de autoritarismo e incluso de haber implantado una dictadura.
La ciudadanía venezolana y el ámbito internacional se mantienen a la expectativa sobre los posibles acuerdos o disensos que puedan permitir, o no, desactivar la violencia, para que el pueblo venezolano pueda decidir su destino y poder superar la crisis en paz y en democracia sin tener que asumir las cargas sobre sus espaldas.